martes, 22 de enero de 2019

Amor en acción

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com 
Lectura devocional: 1 Juan 3:14-18
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1 Juan 3:18

Se ha dicho que al final del primer siglo del Cristianismo, un anciano acostumbraba a visitar las congregaciones, al reconocerlo los líderes de la iglesia, con frecuencia, le daban la oportunidad de decir algunas palabras a los feligreses. Solemnemente se ponía de pie, con su báculo golpeaba el suelo, mientras decía: “Ámense los unos a los otros”, y todos respondían: Amén. Aquel anciano era el apóstol Juan. Con razón es conocido como el apóstol del amor.

Cuando el Apóstol afirma que los cristianos “no amemos de palabra, sino de hecho y en verdad”, está diciendo que nos relacionemos de tal manera que podamos ayudarnos los unos a los otros. ¿Cómo podemos hacer esta verdad bíblica una realidad en nosotros? Veamos.

Existen en el griego –el idioma original del Nuevo Testamento- al menos cuatro palabras diferente para el verbo amar. El amor “ágape” lo llamo el amor bíblico porque es el mismo amor de Dios derramado por Su gracia en nosotros, de tal manera que lo podemos compartir con otros: “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Romanos 5:5b,RV60). Ciertamente, el amor sólo se puede mostrar cuando lo ponemos en acción. Será muy difícil encontrar la felicidad, si todo lo que poseemos y mostramos es un monumeno es el egoísmo en nosotros mismos. En cada uno de nosotros habita tanto el deseo de amar como el de ser amados. Pero el amor es importante en la medida que nos relacionemos con los demás, sin la relación de los unos con los otros no puede circular el amor. Así el amor sólo fluirá en mí, si lo pongo en acción con los demás. De lo contrario, se convierte en egoísmo que a la postre será como el Mar Muerto, que recibe pero no da.

Una persona que es capaz de amar y darse, sin esperar nada a cambio es la mejor imagen de nuestro SEÑOR JESÚS. Creo que el amor nos mantiene jóvenes y llenos de ilusión, porque la juventud se mide por el esfuerzo y su actividad a favor de los demás. En el otro extremo está la ancianidad, no existe nada más bello que ver a un anciano, como el caso del apóstol Juan, sobre cuya persona flota una sensación de vida y frescor, por su insistencia sobre el amor.

A veces palpamos en nosotros un amor que fluye hacia todo lo que existe y que respira, especialmente hacia el pueblo de Dios, nuestra familia espiritual aquí en la tierra. Eso se debe a que la Biblia dice que “Dios es amor”, y también dice, lo repito nuevametente, que ese amor “fue derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo” (Romanos 5:5). De tal manera que todos, sin excusa alguna, podemos amar: El amor de Dios nunca deja de ser y está en el corazón de Sus hijos ¡Pongámoslo en acción!

Oración:
PADRE ETERNO:
¡Gracias por amarnos y perdonarnos, solamente por tu gracia! Haz SEÑOR que nosotros que somos tus discípulos, mostremos en todo momento y circunstancias que has derramado tu amor en nosotros. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Pase lo que pase, el amor y el perdón son vencedores
Interacción
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

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