viernes, 25 de enero de 2019

Fe con obras

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com 
Lectura devocional: Santiago 2:14-26
Porque como el cuerpo sin  espíritu está muerto, asi también la fe sin obras está muerta. Santiago 2:26 (RV60)

Al comienzo de mi vida cristiana, nuestra pequeña congregación compró una propiedad para utilizarla como nuestro templo. Era una casa grande con muchos habitaciones. El patio trasero de la casa era un baldío de piedras, espinas, malezas, troncos; en fin, un muladar. Pero bajo la dirección, ejemplo y esfuerzo de nuestro amado pastor y misionero, el pastor Carlos Clark, todos los miembros y congregantes nos dispusimos a hacerlo un lugar digno de nuestro Dios. ¡Nada puede vencer a un pueblo inspirado! Lo hicimos. Todavía recuerdo aquel primer culto allí. Nuestro pastor en su primera predicación dijo algo como esto: Por fe, Dios nos dio este lugar; pero en Su gracia nos dio fuerza y esfuerzo para poderlo hacer útil… En otras palabras: Dios nos dio la tierra prometida; pero nosotros teníamos que conquistarla para Su gloria.

Algunos se preguntan si el hacerse cristiano trae consigo alguna responsabilidad de nuestra parte. En realidad para ser salvo no. Desde el principio hasta el fin la salvación es obra de Dios y nada más. Pero Dios no nos salva para que nos quedemos ociosos y seamos una especie de zánganos en Su divina colmena. La Biblia es clara al afirmar que hemos sido hecho personas nuevas en Cristo Jesús para buenas obras. Tenemos que tener bien claro que somos nuevas personas, capaces de entender que tenemos un destino eterno en el cielo; pero que tenemos una misión histórica que cumplir en la tierra. No necesitamos hacer buenas obras para conquistar con nuestros esfuerzos humanos el cielo; pero si necesitamos hacer buenas obras para hacer sentir la influencia de nuestro Señor Jesucristo en la tierra, mientras vivamos. Sin embargo, lo hermoso de la vida cristiana es que todo corresponde a un plan divino. Dios dispuso de antemano las buenas obras en las cuales debemos andar. Todo cristiano tiene la responsabilidad de averiguar la obra que Dios quiere hacer por su intermedio y lanzarce sin más dilación a realizarla. Ser socios de nuestro Dios es el privilegio normal de todo creyente. Alabe al Señor por ello.
Oración:
PADRE ETERNO:
¡Gracias por salvarme y darme una misión histórica para realizarla bajo tu dirección como el propósito fundamental de mi vida en esta tierra! ¡Ayúdame a cumplir mi misión y llevar a otros delante de ti para ser parte de nuestro destino eterno en tu Reino! En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Hemos sido salvados para cumplir una misión histórica a la luz de nuestro destino en el Reino.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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