Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
JUEVES, 3
de enero de 2019
Lectura
devocional: Mateo 3:13-17
Y hubo una
voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia. Mateo 3.17 (RV60)
¿Es fácil vivir la vida cristiana o es difícil? Pregunté al auditorio
lleno de jóvenes cristianos universitarios. El auditorio se dividió. Una minoría decía que sí, la
gran mayoría decía que no. Todos me miraron. Yo sabía que había roto el pesado
hielo inicial de la conferencia. Pero ahora, el ambiente se había puesto al
rojo vivo.
A continuación, levanté la voz sobre todos los presentes y les dije:
Si la vida cristiana dependiera de nosotros mismos, no sería ni fácil ni difícil;
sino ¡imposible! Dios lo sabe. Por ello, nos brinda toda la ayuda divina para
que seamos verdaderamente vencedores, en medio de un mundo y atmósfera hostiles
al estilo de vida cristiano. En efecto, el mundo, el demonio y nuestra carne,
destruyen el buen propósito y las buenas intenciones que los hijos de Dios
tenemos para vivir una vida victoriosa. Pero alabado sea el Señor, también en
esto Él ha hecho provisión.
Verá, es muy significativo el hecho de que el mismo SEÑOR JESÚS, fue
sometido a las mismas tentaciones, burlas, sufrimientos y aún la misma muerte
como los demás seres humanos y especialmente, los cristianos. Pero con la
diferencia de que Él, ¡venció!
En efecto, el mundo con sus halagos y críticas no lo hizo desviar.
Satanás no lo pudo seducir con sus grandes ofertas temporales. Su naturaleza
divina llenaba todo su Ser. No dejo ningún espacio para el pecado. Lo grande de
todo esto es que Dios nos envió a Su amado HIJO como ejemplo perfecto de
mayordomía. Vino con el plan divino de buscar lo que se había perdido y rehusó
cualquier intento personal que le apartara de la voluntad del PADRE.
Ciertamente es imposible vivir nosotros una vida victoriosa aparte del
SEÑOR JESUCRISTO.
Por ello, el SEÑOR RESUCITADO va con nosotros. Dándonos Su victoria y
tomando nuestras derrotas. Dándonos Su fuerza y tomando nuestras debilidades. Dándonos
Sus riquezas y tomando nuestra pobreza. Dándonos Su vida, Su propósito, Su
gracia y Su misión.
Entonces, nuestra vida cristiana es realmente Su vida viviendo en
nosotros. ¡Una vida así, es sobrenatural!
¿Quién o qué puedes superar una vida como esa? Digámoslo de una vez y
sin miedo: ¡Nada, ni nadie! ¡Alabado sea el SEÑOR!
Oración:
PADRE ETERNO:
Ayúdame a poseer en todo tiempo un carácter al
cual tu puedas mostrar tu complacencia en mi andar diario. Ayúdame SEÑOR que la
cadena sobrenatural de hombres y mujeres que te han servido por todos los siglos,
siga enlazada conmigo. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de
hoy:
Una vida sobrenatural es aquella en la cual como
cristianos nacidos de nuevo podamos mostrar con un carácter como el del Hijo de
Dios.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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