Francisco
Aular
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Lectura devocional: Mateo 4:5-7
Jesús le dijo:
Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Mateo 4.7 (RV60)
“¡Fran, Satanás no existe! Es un
mito babilónico…” me dijo mi amigo, -un respetable teólogo evangélico
latinoamericano-, por poco se me cae el vaso de jugo que me él me había
brindado. Me vi en la necesidad de confrontarlo, le dije algo sobre mi modesta
tesis de mi licenciatura en teología se llama: “Algunos aspectos del ocultismo
venezolano.” Allí nombro muchos ejemplos de Satanás vivo y activo en la
historia y el mundo de hoy. Le compartí una cita de un cristiano sabio quien
dijo: “La táctica número uno de Satanás, es convencer al mundo de que él, no
existe.”
Ciertamente, como dijo el Apóstol
Pablo hablando sobre algunos lideres cristianos: “Estos
individuos son falsos apóstoles. Son obreros engañosos que se disfrazan de
apóstoles de Cristo. ¡Pero no me sorprende para nada! Aun Satanás se disfraza
de ángel de luz. (2 Corintios 11:13,14,NTV).
En
relación con este tema, mi inolvidable maestro de teología en mis tiempos de
seminarista, el Dr. Roy Lyon, nos decía que en el escenario de un desierto de
Israel, se libró una de las más importantes batallas decisivas de la historia de
la salvación del ser humano.
Los
personajes fueron el campeón de la maldad en contra del campeón de la verdad.
La apuesta era la salvación del hombre. ¡CRISTO triunfó! La guerra esta ganada;
pero usted y yo necesitamos pelear y ganar cada momento para la gloria de
nuestro Dios.
Vencer la
tentación es apenas el comienzo de un triunfo sobrenatural, contundente e
indiscutible. Ciertamente no podemos evitar la tentación pero sí podemos
vencerla. Solamente el discípulo de Cristo tiene la fuerza para resistir y
vencer la tentación. Porque por encima de todo, está el ejemplo perfecto de
nuestro SEÑOR JESUCRISTO.
Una de las
tentaciones que tendremos que enfrentar como discípulos del Señor en estos
últimos tiempos. Es el concentrarnos en crecer hacia la madurez en Cristo sin
caer en el sensacionalismo.
El tipo de
evangelización con un pretendido poder que obra contrario a la Palabra de Dios,
no es otra cosa que llamar la atención sobre nosotros. Esa evangelización es de
pura oferta; pero sin demandas. El verdadero discipulado cristiano es agonía. A
Dios le costó Su único Hijo, al Hijo le costó Su única vida humana. El Señor no
nos ha dado permiso para rebajar la responsabilidad que tenemos los pecadores
delante de Su santidad y de Su justicia.
El SEÑOR
JESÚS fue bautizado para mostrar Su obediencia. Satanás quiso apartarlo del
camino de la obediencia. Pero la Palabra nos dice que Él, se mantuvo obediente
hasta la muerte. En cuanto respecta a nosotros: Sin obediencia al Señor no hay
salvación. Sin obediencia no hay crecimiento espiritual. Sin obediencia no hay
victoria sobre la tentación. Debido a la seguridad que tenemos, basada en la
Palabra de que somos hijos de Dios. No tenemos ninguna necesidad de probar que
somos hijos de Dios por medios sensacionalistas. Si verdaderamente somos Sus
discípulos y CRISTO es nuestro SEÑOR: obedezcamos. Nuestro trabajo como
mentores de otros, es llevarlos, con amor y ejemplo a que obedezcan al SEÑOR y
tengan sobre las tácticas de Satanás: ¡El triunfo sobrenatural!
Oración:
PADRE
ETERNO:
Hoy necesito tu dirección a través de tu
Palabra para los asuntos que tengo que realizar. SEÑOR aliméntame con este pan
sobrenatural al oír, leer, estudiar, memoriza, meditar y aplicarla. En el
nombre de JESÚS. Amén.
Teniendo a CRISTO, lo tenemos
todo. Sin Él, no tenemos nada. Su triunfo sobrenatural sobre el mal, es nuestro
también.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual
pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por
aprender?
¿Existe alguna bendición para
disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por
obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para
llevarlo conmigo?
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