Lectura devocional: 2 Tesalonicenses 3:6-13
El que se
esfuerza en su trabajo tiene comida en abundancia, pero el que persigue
fantasías no tiene sentido común. Proverbios 12:11 (NTV) Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 2 Tesalonicenses 3:10b
(RV60)
Dicen algunos
historiadores que en los primeros siglos de nuestra era, los emperadores
romanos en medio de la gran necesidad y situación de pobreza del pueblo,
inventaron un sistema para mantener a las multitudes entretenidas, ellos lo
llamaron pan y circo, de acuerdo a Wikipedia, “Panem et circenses, es decir,
pan y circo; es una locución latina peyorativa, que en la actualidad describe
la práctica de un gobierno para mantener tranquila a la población, ocultar
hechos controvertidos y permite proveer a las masas de alimento y
entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas”.
Viendo el
panorama del mundo actual, podemos decir que ese mismo grito atravesó los
siglos y nuestra generación está conformándose con lo mismo, la limosna de los
gobiernos. Esto nos dice que la humanidad ha cambiado muy poco, le encanta
cambiar el sistema de trabajo que lo lleva a la abundancia por la diversión
pasajera que se les ofrezca para mantenerse en la dependencia y la pobreza. Así
los pobres son siempre necesarios para justificar la asistencia pública. Pan
para no morirse de hambre, en vez de un trabajo que dignifica, y circo para
distraerse en vez de la obra duradera de la educación. El proverbista en el
versículo de hoy, lo escribe en forma de poema en hebreo, pero ese mensaje nos
llega todavía: El que se esfuerza en su trabajo tiene comida en abundancia, pero el
que persigue fantasías no tiene sentido común. El principio es universal y por aquel mismo
tiempo, el filósofo chino Confucio, dijo: “Dale a un hombre un pescado y comerá
un solo día; enséñalo a pescar y comerá todos los días de su vida”.
Por otra
parte, la Biblia enseña que a JESÚS, al inicio de su ministerio, Satanás lo
tentó con sus promesas de pan y circo que le habían dado muy buen resultado con
nuestros primeros padres, Adán y Eva, pero el Hijo de Dios le respondió: “No
solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
(Mateo 4:4; RV60). Sin duda que Dios sabe que tenemos necesidades fundamentales
como el comer y el beber, pero, “¿no es la vida más que el alimento?”, exclamó
JESÚS en sus enseñanzas al
respecto (Mateo 6:25), alimentar nuestra alma y espíritu con la Palabra de Dios
es prioritario, y poder decir como
el profeta Jeremías: “Cuando se
presentaban tus palabras, yo las comía; tus palabras eran para mí el gozo y la
alegría de mi corazón …” (15:16; LBLA). ¡Esta es la comida que no perece!
Pues bien, en cuanto al “circo” que el mundo nos ofrece, el ser humano
de hoy es distraído por la diversión en las cosas de esta vida y la
indiferencia ante el llamado de Dios y su Palabra. Por una parte, la publicidad
le vende la mentira de que estará en este mundo para siempre, por lo tanto, la
muerte es algo que se disfraza y no se menciona; indiferente sobre cuál será su
destino después de esta vida, se sumerge en la fantasía de las diversiones,
estrategia que maneja Satanás para mantener al ser humano en esta triste
condición: muerto espiritual (Efesios 2:1,2); ciego de mente (2 Corintios 4:4);
encadenado por el diablo (2 Timoteo 2:26); bajo el poder del maligno (1 Juan
5:19), por ello, la admonición de Pablo a su amado discípulo Timoteo también
deben ser para nosotros: “No pierdas el tiempo discutiendo sobre ideas
mundanas y cuentos de viejas. En lugar de eso, entrénate para la sumisión a
Dios. El entrenamiento físico es bueno, pero entrenarse en la sumisión a Dios
es mucho mejor, porque promete beneficios en esta vida y en la vida que viene»
(1 Timoteo 4:7,8). Del mismo modo, hay que hacerle caso a Salomón que definió
todo lo que se hace debajo el sol como “vanidad de vanidades”, y por ello
escribió: El que se esfuerza en su
trabajo tiene comida en abundancia, pero el que persigue fantasías no tiene
sentido común. Proverbios 12:11 (NTV)
Poniendo en práctica ese consejo, nos ayudará a no sucumbir, como otros, que caen bajo la trampa de ¡pan
y circo!
Oración:
Padre Celestial:
Hoy resuelvo llenar mi vida con tu Palabra, de modo que sus verdades
me eleven a ti. Bien sé que solo JESÚS tiene palabra de vida; Él es mi pan; ¡Él
es la fuente que calma mi sed de ti! SEÑOR, ayúdame a divertirme con la alegría
tuya, con tu gozo santo y a contagiar a otros con tu amor, fe y esperanza. En
el nombre de JESÚS. Amen.
No te distraigas con la trampa de pan y circo que te da
comida por un día, pero te esclaviza toda la vida. ¡Sé libre!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de
su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual
pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por
aprender?
¿Existe alguna bendición para
disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a
obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para
llevarlo conmigo?
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