Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional:
Filipenses 2:5-11
Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios,
no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario,
se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza siervo y
haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se
humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y
le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. Filipenses 2:5-9 (RV60)
“En
aquel tiempo apareció un tal Jesús, hombre sabio, si es que puede llamársele
hombre: era efectivamente autor de obras prodigiosas, el maestro de los hombres
que reciben la verdad con alegría, e indujo a muchos entre los judíos y también
entre los griegos (a ser sus discípulos)”.Flavio
Josefo. Antigüedades judaicas, XVIII 63-64
Aquel tal
JESÚS siendo por naturaleza Dios, se hizo hombre y anduvo entre nosotros, y su
obra permanece y cada día, cien mil personas se añaden diariamente a Sus
discípulos, y muchos de sus discípulos están entregando sus vidas por Él.
Aquel tal
JESÚS siendo el pan de vida comenzó Su ministerio teniendo hambre.
Aquel tal
JESÚS siendo el agua de la vida, terminó Su vida terrenal exclamando: “Tengo
sed”.
Aquel tal
JESÚS tenía necesidades y sufrimientos como nosotros, pero como Dios, sanó,
resucitó a los muertos, consoló a los afligidos y alimentó a las multitudes.
Aquel tal
JESÚS sufrió el cansancio por nosotros y nos ofreció descanso, y en Él, por Él
y con Él podemos descansar.
Aquel tal
JESÚS lloró y por eso Él comprende nuestros corazones atribulados y enjuga
nuestras lágrimas.
Aquel tal
JESÚS fue traicionado y vendido por treinta piezas de plata, y ahora, Él
rescata a todos los pecadores gratuitamente.
Aquel tal JESÚS,
fue asesinado pasó por la muerte, pero volvió del más allá, y con ello, mató a
la muerte, todos los que confían en Él, tenemos esta esperanza: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá.” (Juan 11:25)
Aquel tal JESÚS
nos compró un lugar en el cielo, y lo está preparando para venirnos a buscar
“Para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3).
Aquel tal
JESÚS fue perfectamente obediente al Padre, y ahora Él es el SEÑOR “Para que en
el nombre de JESÚS, se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en
la tierra, y debajo de la tierra” (Filipenses 2:10).
Aquel tal
JESÚS el Hombre humilde, despreciado, humillado, y asesinado vilmente, está
sentado sobre la cumbre de la historia, dirige como Comandante en Jefe su obra
misionera en todo el mundo, y tiene toda autoridad en los cielos y la tierra,
Él va con nosotros como lo ha prometido: “Y he aquí estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28).
Aquel tal JESÚS que fue clavado en una cruz con los
delincuentes, y como uno de ellos, Dios le hizo esta invitación: “Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por
estrado de tus pies” (Hebreos 1:13 NVI).
Aquel tal
JESÚS vendrá como lo ha prometido, y se llevará a Su Iglesia para que more con
Él y participe de Su entronización final. Entonces, nos uniremos al coro
celestial con: “Un nuevo cántico, diciendo: Digno eres
de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu
sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y
nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos
sobre la tierra” (Apocalipsis 5:9-10).
Quiero que sepas que hace 54 años con mis 17 años de edad, tuve un
encuentro personal por la fe con el tal JESÚS, y aquella decisión transformó mi
vida. Me di cuenta que ese tal JESÚS es el centro del plan maravilloso de Dios
para llevarme a Él, y solamente vivo para proclamar que JESÚS quiere hacerse
parte de nosotros y darnos la vida eterna (Vida Zoé) para llevarnos al cielo.
¿Qué debo hacer para nacer de nuevo? El arrepentimiento de mi parte
al confesar mis pecados y confiar únicamente en JESÚS como el Regalo de Dios,
creer por fe que el Espíritu Santo le levantó de la tumba, y permitirle que Él sea
mi Salvador y Señor, desde aquí y el ahrora, me dará por gracia el nuevo
nacimiento, con todos los atributos y consecuencias que el Señor nos ha
prometido como un hijo de Dios: “Mas a cuantos lo
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de
Dios.” (Juan 1:12, NVI).
¡Ese es el Evangelio, la Buena Noticia para nosotros del tal JESÚS!
Oración:
Padre Celestial: ¡Gracias por darnos a JESÚS nuestro amado Señor y
Salvador, me rindo a Él y lo alabo por siempre! Amén
Perla de hoy:
JESÚS
vendrá como lo ha prometido: ¿Estás preparado para irte con Él?
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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