Francisco Aular
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Lectura devocional: 1 Corintios 13:1-13
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia,
el amor no es jactancioso, no se envanece. 1 Corintios 13:4 (RV60)
Las
iglesias son como los seres humanos nacidos de nuevo, y como tales: seres
finitos con posibilidades infinitas. Esto lo comprobamos mejor al estudiar el
caso de la iglesia de Corinto, El apóstol Pablo y sus discípulos el matrimonio:
Aquila y Priscila, según Hechos 18, fundaron la iglesia. Por lo general, el
misionero que funda una congregación, deja también su marca, todo depende en
que los miembros de la iglesia, sigan sus consejos y su ejemplo, no fue así.
Los hermanos de Corinto, que tuvieron el honor de ser fundados por el teólogo y
misionero más grande que el cristianismo ha dado, se desviaron. Cuando una
iglesia local, pierde su razón del ser y hacer, pierde su esencia. Porque el verdadero
propósito al plantar una iglesia local en una comunidad, es la ser la agencia
del reino de Dios en esa comunidad para el cumplimiento del mandato de JESÚS: “Por tanto, vayan y hagan
discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a
ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo
28:19-20 NVI)
Por las dos cartas
que el Apóstol le escribe a los corintios, nosotros aprendemos que un verdadero
misionero, nunca olvida a su rebaño. Lo que le preocupa a Pablo de la situación
de la iglesia de Corinto es que se halle perturbada y dividida por la forma en
que los dones espirituales se utilizan. Aquel hombre de Dios, les explica que
sin amor “ágape” -vale repetir otra vez, el amor de Dios viviendo en nosotros
por el poder del Espíritu Santo-, los dones espirituales, aún los milagrosos,
son estériles. Son puros esfuerzos humanos y nada más. Así surge, el precioso
capítulo 13 de Primera a los Corintios, un verdadero poema al amor, el cual
hemos estado considerando en estos devocionales. En esta carta, Pablo señala
magistralmente, lo que es y lo que no es el amor. Sin embargo, lo que Pablo
dice constituye el panegírico más perfecto al amor que jamás se haya escrito.
En sólo quince frases, sin desperdicio alguno, Pablo describe como trabaja el
amor en una iglesia, en un matrimonio, en una familia porque tiene poder dado
por el Espíritu Santo para transformar toda la vida humana.
Pablo nos dice: “El amor es sufrido…” En esta afirmación, niega lo que predica una secta en estos días: “¡Pare de
sufrir!”. Por el contrario, la palabra griega que el Apóstol, utiliza es “makrothymein”, es la palabra que
describe la actitud del cristiano frente al sufrimiento que nos causan los
demás, la cual siempre significa la paciencia activa con las personas, y no con
las circunstancias. “Crisóstomo decía que la palabra que se usa para describir
a la persona que es ofendida, y que puede vengarse fácilmente, pero no lo hace.
Describe a la persona que es lenta para la ira, y en este sentido se usa de
Dios mismo en Su relación con los seres humanos…Tal paciencia no es una señal
de debilidad, sino de fuerza; no es derrotismo, sino el único camino a la
victoria”[i]
Se cuenta la
anécdota histórica que nadie trató tal mal a Lincoln como en un señor llamado
Staton. Le llamaba el “Astuto payaso”, le puso el mote de “El gorila original”
y decía que los cazadores de gorilas eran tontos al ir al África al tratar de
capturar un gorila cuando podían encontrarlo tan fácilmente en Sprinfield,
Illinois. Lincoln no contestaba. Por el contrario, cuando llegó a la
presidencia, nombró a Stanton ministro de guerra porque era el mejor para ese
puesto y desplegó hacia él toda clase de cortesía. Los años transcurrieron y
llegó la noche en que la bala de un asesino acabó con la vida de Lincoln en un
teatro. Condujeron a una pequeña habitación el cuerpo de Lincoln, allí estaba
Stanton, y, contemplando el rostro de Lincoln, dijo entre lágrimas: “Aquí yace
el mas grande gobernante de hombres que ha conocido el mundo” La paciencia del
amor había conquistado su victoria final.
Oración:
Padre justo y amoroso:
Hoy vengo delante de ti para darte las gracias por tu gran amor al recibirme
tal como soy y seguir formándome hasta tu plenitud. Ayudame SEÑOR a vencer toda
oposición hasta obtener la victoria final de tu amor en mí. En el nombre de JESÚS.
Amén.
Perla de hoy:
La victoria final del amor nos llegará
si dejamos que en nuestro carácter reine la paciencia.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento a obedecer?
¿Existe
algún pecado a evitar?
¿Existe
algún nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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