Francisco
Aular
Lectura
devocional: Salmo 126
Restaura nuestro bienestar, Señor, como los arroyos renuevan el desierto. Salmo 126:4 (NTV)
¡Hoy es mi
retorno! La tristeza de la despedida de ayer se ha convertido en el gozo de
hoy, mi corazón salta de alegría y contagia mi rostro con una sonrisa. Los
momentos de soledad en mi paso breve por el valle del sufrimiento, produjeron
una cuota de fe, esperanza y amor, la cual es un anticipo del cielo que me
espera. Los saludos con todo el entusiasmo del que soy capaz, porque soñaba con
este regreso noche y día. Confieso que hubo momentos de debilidad, pero
recordaba la experiencia de aquel hombre de Dios que afirmó: “…porque cuando
soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10). Expreso mi gratitud a
Dios, mi Dios, quien me elevó a momentos supremos con Él que no puedo describir
con palabras humanas, pero, como siempre, en mi andar con el Señor, su
fortaleza, su misericordia, su poder y gracia me tocaron. Frente a las pruebas,
a veces he sido fuerte, en otras, muy débil, pero Dios es fiel, ¡nunca llega
tarde!
¡Hoy es mi retorno!,
pero esta prueba me dejó un legado inolvidable: El amor de los seres humanos
por sus semejantes, pese a sus propias cargas, es enorme. En efecto, Dios levantó
personas que me expresaran su aprecio por todos los medios posibles, sin que se
les agotaran las palabras, los mensajes y sobre todo, las oraciones. Gracias a
ellos y a ustedes porque todo el sufrimiento se lo llevó la brisa; la Iglesia
del Señor es la colmena divina en donde cada miembro tiene una tarea que
cumplir, nadie permanece sentado e indiferente. Los líderes no somos los dueños
del rebaño, a la verdad somos
siervos. La fuente principal que llena
la vitalidad de la Iglesia es la Palabra de Dios, la cual conjuntamente con el
Espíritu Santo nos hace nacer de nuevo. Es la Palabra que nos sostiene en medio
de un mundo injusto y en donde el sufrimiento es una realidad cotidiana. La
Palabra de Dios es miel a nuestro paladar, y en la hora del pesar, nos da la
victoria en el sufrimiento. Podemos exclamar: ¡Cuántas maravillas ha hecho el
Señor en nosotros, para nosotros, por nosotros y sin nosotros! ¡Que viva la
unidad entre los seres humanos! ¡Que viva el amor que se da a otros sin esperar
nada! Sé que en las instituciones que cuidan a las personas que tienen
problemas de salud, existen hombres y mujeres admirables, verdaderos apóstoles
de la difícil tarea que la enfrentan con valor y vocación cada día.
¡Hoy es mi retorno!
Vengo lleno de entusiasmo a llevar a cabo la tarea que Dios me ha asignado
dentro del Reino, y en los límites de mis posibilidades la debo terminar. Es cierto que la labor principal de nuestra
iglesia es sembrar la semilla de la Buena Noticia en distintos corazones y por
distintos medios posibles; no es tarea fácil. Solamente la compasión hace
posible que a pesar de las lágrimas, logremos hermosas cosechas para la gloria
de Dios. Tampoco ha sido fácil para Dios, quien desde antes de la creación del
mundo tuvo en su plan, hacernos miembros de su familia y para lograrlo, ha
hecho todo lo posible, de su parte, porque de Él es la iniciativa de buscarnos,
desde principio hasta el fin.
La Biblia
afirma que Dios es amor y también es justo y para cumplir su propósito eterno trajo
a la tierra a JESÚS. Él, y sólo Él, es la vida eterna: “Jesús le dijo: Yo soy
el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan
14:6). Muchos caminos religiosos tiene el mundo hoy, pero, solamente JESÚS es
el verdadero camino. ¡No hay dios tan grande como nuestro Dios! Durante mis
pruebas, aunque he estado ausente de muchas acciones de mi pueblo, el Señor ha
estado obrando con su gracia y amor, por ello, hoy mi gratitud toma forma de
oración para llegar al Padre, como lo hizo el salmista al regresar del
cautiverio y la prueba: Restaura nuestro
bienestar, Señor, como los
arroyos renuevan el desierto. Salmo 126:4 (NTV).
¡Que mi vida sea el incienso que se consuma en altar de Dios!, porque, ¡hoy es
mi retorno!
Frente a las pruebas
(al retornar a escribir
Perlas del alma)
Francisco Aular
Restaura nuestro bienestar, Señor, como
los arroyos renuevan el desierto. Salmo 126:4 (NTV)
I
Hoy es mi retorno de la prueba; es como un
sueño,
mi corazón salta y mi rostro risueño.
Los saludo a todos con gran alegría,
soñaba con esto de noche y de día…
¡Gracias Padre santo, gracias Padre mío!
Porque tu socorro nunca es tardío.
Llegaste a tiempo y tocaste a mi puerta,
que para ti siempre ha estado abierta.
Frente a las pruebas, a veces valiente, a
veces cobarde,
pero Dios es fiel, ¡nunca llega tarde!
II
Hoy es mi retorno de la prueba, nos llenamos
de risa
todo el sufrimiento se lo llevó la brisa;
por eso cantamos con mucho fervor,
como cantan las abejas cuando ven la flor,
porque siempre sabemos que en esta colmena
se predica Palabra que
limpia y barre las penas…
“¡Cuantas maravillas ha hecho el Señor!...”
¡Que
viva la unidad, que viva el amor!
Frente a las pruebas, a veces valiente, a
veces cobarde,
pero Dios es fiel, ¡nunca llega tarde!
III
¡Así es
el Señor quien ha hecho maravillas por nosotros!
Nos ha dado su Amor, y así nos amamos los unos
a los otros.
Es cierto que lloramos al llevar las semillas,
pero, retornamos felices, con muchas gavillas.
¡No hay un dios tan grande como nuestro Señor!
En mi ausencia, abundó su gracia, abundó su
amor.
Suba a ti mi gratitud en la oración como un
perfume,
y mi corazón un incienso de amor que se
consume…
Frente a las pruebas, a veces valiente, a
veces cobarde,
pero Dios es fiel, ¡nunca llega tarde!
Oración:
SEÑOR,
tus juicos son justos, puros y verdaderos. Ayúdame a edificar sobre ellos el
resto de mi vida en esta tierra, y tendré paz contigo, conmigo y con mi
prójimo. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla
de hoy:
Nunca
estaremos tan lejos de Dios en medio de nuestras pruebas que Él, según su
voluntad, no llegue a tiempo para restaurarnos y hacernos retornar.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento a obedecer?
¿Existe
un pecado a evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios