Cuando leemos esta correspondencia del apóstol Pablo a la iglesia de Filipos, descubrimos que dos hermanas en la fe, Evodia y Síntique, que se congregaban en aquella iglesia local, estaban en conflicto relacional y pide al encargado de aquella iglesia “que arreglen su desacuerdo”. Se nos exhorta en otra parte de la Escritura a buscar la paz: “Procuren estar en paz con todos…” (Hebreos 12:14.DHH). ¿Por qué la urgencia en arreglar las relaciones rotas de aquellas dos servidoras de la iglesia en Filipos? La respuesta es esta: ¡Las malas relaciones entre los hermanos de la iglesia impiden que la iglesia cumpla su propósito eterno y que las bendiciones de DIOS se manifiesten como debe ser!
¿Por qué ocurren cosas como esta en una iglesia local? ¡La iglesia local es gente, viviendo esta vida temporal y viviendo al mismo tiempo la vida “Zoé”, la vida que nos vino como un regalo eterno de parte de DIOS. Sin embargo, pasamos por los problemas, las pruebas y aflicciones como todos los seres humano, entre ellos también, conflictos relacionales. Nuestra responsabilidad como discípulos del SEÑOR es evitar la inmadurez de la niñez espiritual y vivir una vida de amargura y el resentimiento: “Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos”. (Hebreos 12:15,NTV).
Las relaciones rotas impiden que el tren del amor de DIOS haga su recorrido en una iglesia. A continuación es urgente reparar las vías que impiden una buena relación. Es necesario y urgente, recobrar el camino del amor y el perdón. Hacer esto nos conducirá de “triunfo en triunfo” por medio de nuestro SEÑOR Y SALVADOR JESÚS.
¡Todos somos importantes en una iglesia local porque cada uno de los que estamos allí, tiene una misión histórica que cumplir, un papel que jugar y una obra que realizar. ¡He dedicado mi vida desde que llegué a la iglesia (agosto de 1963) a desafiarme a mí mismo y desafiar a otros para vivir una vida cristiana para la honra y gloria de DIOS. ¡Allí sigo!
Me encanta despertar a nuestra iglesia y a mi mismo por medio de un despertamiento espiritual que nos ayuda a vivir nuestra fe con pasión y gozo delante de DIOS. ¿Por qué razón? Lo digo así: Un cristiano con un entusiasmo contagioso que puede contagiar a otros, es una bendición en el Reino. Esos pueden a su vez, contagiar a los otros, mover a un pueblo, una sociedad, una nación y desde allí al mundo entero para JESÚS, nuestra única esperanza.
¿Cuál es nuestro propósito como iglesia local o agencia del Reino de DIOS? ¿Qué nos mueve? Esta Buena Noticia: ¡JESÚS es nuestro Comandante Nazareno, llevemos Su Mensaje de amor y esperanza! Hoy mi corazón está lleno de gratitud por todos los que han estado a mi lado, esos seres humanos tan especiales que DIOS ha colocado en mi camino, puedo decir como el Apóstol: “..mis demás colaboradores, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida¨. Por otra parte, tantos amados en 58 años de Vida Cristiana, se ha invertido en mí que creo sinceramente, si tuviera que devolver todo los que me enseñaron y mostraron en sus propias vidas: ¡Quedaría muy poco de mí!
¡Gracias a todos esos amados que día tras día en la iglesia, cumplen sus apostolados voluntarios, sirviendo con gozo al SEÑOR y facilitándome, que yo pueda llegar, más allá de las cuatro paredes! Si por cualquier razón, has dejado nuestro compañerismo en el redil por relaciones rotas con algún u otros amados, por favor ¡perdona y pide perdón!
Llénate del poder de DIOS disponible a través del ministerio del ESPÍRITU SANTO y asume un entusiasmo contagioso que impacte, cambie y te mantenga firme en Aquel que nos ha dado tanto, entre esas bendiciones: la existencia de tu iglesia local en donde nos estamos preparando para la plenitud de nuestra verdadera vida, al salir de aquí.
¡Gracias al SEÑOR nuestras amadas Evodia y Síntique, arreglaron sus problemas y creo que les ayudo mucho lo que el Apóstol les escribió: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13,RV60).
¡Ven! ¡Te esperamos!
¡Feliz domingo del SEÑOR!
¡Adelante, siempre adelante!
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