Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura
devocional: Salmo 1:1-15
E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me
honrarás. Salmo 50:15 (RV60)
“Le temo más a un ejército de personas orando, que a un ejército
militar”. Reina Elizabeth I de
Inglaterra.
La lista de oraciones que han
cambiado la historia de la humanidad es grande. La Palabra de DIOS es también
la historia de los hombres y mujeres que oraron. Los ejemplos abundan. Estoy seguro
que en su propia vida, como en la mía, la oración es altamente estimada. En mi
caso, estoy convencido que DIOS siempre tiene hombres y mujeres que oran y ÉL,
los escucha. También he llegado a creer que DIOS no ha terminado de una vez con
este mundo y su maldad, y con nosotros los cristianos y nuestra tibieza,
gracias a los hombres y mujeres que claman día y noche por nosotros y DIOS los
oye. Estos hombres y mujeres pueden hablarnos como el profeta Joel a su pueblo: No temas, tierra, sino alégrate y regocíjate, porque el Señor hará grandes cosas. (Joel 2:21
NVI)
Hoy quisiera contarles acerca de la
oración que una nación entera hizo y que fue el factor decisivo para cambiar la
historia y marcar el desenlace final de la Segunda Guerra Mundial. Aquella era
la hora más negra que tuvieron los Aliados. Francia había caído y trescientos
mil soldados ingleses huían hacia el Canal de la Mancha. Hitler, sus consejeros
militares y sus brujos se reían insolentemente. Sí, pronto Inglaterra quedaría
en sus manos al destruir a aquel ejército que lo había enfrentado para que su
país y Europa no cayeran en las manos del temible dictador. Humanamente
hablando, los ingleses no tenían como escapar.
Fue entonces que el rey Jorge VI de
Inglaterra, en una conmovedora proclama a su pueblo, decretó un día Nacional de
Oración, en todo el Imperio Británico. Era el domingo, 26 de mayo de 1940.
Muchos otros hombres y mujeres en el mundo entero se unieron a los ingleses.
Los boletines radiales, daban por seguro que la derrota del mundo libre era
inevitable… ¡Pero el rey y los creyentes clamaban al REY de reyes y SEÑOR de
señores! ¡Ah que gran día fue aquel! DIOS abrió los cielos y descendió. DIOS
arremangó su brazo poderoso y obró como sólo Él sabe y puede hacerlo. En el
lado de las fuerzas alemanas se desencadenó una tormenta como nunca la habían
visto antes. Todos los aviones fueron abatidos. Los tanques quedaron atascados
en el barro. Ni un solo soldado alemán pudo moverse. En cambio en el lado
británico, el Canal de la Mancha parecía un espejo. ¡Jamás sus aguas habían
estado más tranquilas! Miles de botes atravesaron el canal ese día, trasladando
al ejército inglés. Hasta las mujeres ayudaron con pequeñas embarcaciones. Ese
día fueron salvados doscientos noventa mil soldados ingleses.
Inglaterra nunca fue invadida, y los
historiadores están de acuerdo al afirmar que Hitler jamás se pudo levantar de
una derrota tras otra de allí en adelante. ¿Por qué? Porque DIOS intervino en
contestación a la oración, porque a más de setenta años de aquel memorable día,
se dice que si alguna vez ha habido una causa justa, entre los muchos
conflictos que han empapado con sangre los campos de guerra, era la causa por
la cual peleaban los Aliados en la Segunda Guerra Mundial. Según un artículo
que apareció en aquellos días entre las muchas noticias que salieron por el
mundo, los soldados ingleses al ver la forma maravillosa como la mano de DIOS
los había librado, organizaron círculos de oración y se unieron al rey y al
pueblo inglés para dar gracias a DIOS. En respuesta a los efectos de aquel
clamor en oración. La esposa del rey Jorge VI, nos legó un gran pensamiento que
luce como un monumento a la oración: “Le temo más a un
ejército de personas orando, que a un ejército militar”. (Reina Elizabeth I). Porque
está escrito:”Invócame en el día de la
angustia; Te libraré, y tú me honrarás”…
Hoy pongo final a este tema con las estrofas del himnólogo José Mora en su
himno “Dad a Dio inmortal alabanza” #12 del Himnario Bautista, CBP.
I
Dad a Dios inmortal
alabanza;
Su merced, su verdad
nos inunda,
//Es su gracia en
prodigios fecunda,
Sus mercedes humildes
cantad.//
Al Señor de señores dad
gloria,
Rey de reyes, poder sin
segundo;
//Morirán los señores
del mundo,
Mas su reino no acaba
jamás.//
II
Vio los pueblos en
vicios sumidos,
Y sintió compasión en
su seno.
//De prodigios de
gracia está lleno,
Sus mercedes humildes
cantad.//
A su pueblo llevó por
la mano
A la tierra por El
prometida;
//Por los siglos sin
fin le da vida,
Y el pecado y la muerte
caerán.//
III
A su Hijo envió por
salvarnos
De la muerte y la
muerte eterna.
//De prodigios de
gracia es torrente,
Sus mercedes humildes
cantad.//
Por el mundo su mano
nos lleva,
Y al celeste descanso
nos guía;
//Su bondad vivirá
eterno día,
Cuando el mundo no exista ya más.//
Oración:
Padre Eterno:
Vengo delante de Ti para darte las gracias por tu intervención en los
momentos de angustia al darnos la paz que sobre pasa todo entendimiento. No
tengo dudas que eres el SEÑOR de la historia. Mi corazón viene delante de Ti
lleno de gratitud y alabanzas. Ayúdame a ser un intercesor por este mundo en
crisis y llevar la esperanza a toda persona que hoy me encuentre en mi camino.
En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Cuando el ser humano toca fondo
descubre que DIOS es un fundamento firme, clama a Él y cambia la historia.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de Su
Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda
aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo
conmigo?
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