Francisco
Aular
faular@hotmail.com
Lectura
devocional: 2 Crónicas 7:11-22
“Pero si
mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta
de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y
restauraré su tierra. 2 Crónicas 7:14 (NTV).
“El que
exalta así mismo será humillado”
En la Sagrada Escritura, el
ser humilde delante de DIOS es muestra de real y profundo arrepentimiento: “Si
el pueblo que lleva mi nombre, se humilla y ora”. Este pacto entre DIOS y el
joven rey Salomón, es condicional. Si nos humillamos y oramos,Él, nos escucha
nuestro clamor por la patria, por nuestro pueblo, por nuestra tierra. En realidad la humildad es un valor
humano que se le atribuye a quien desarrolla un carácter conciente de sus
propias limitaciones y debilidades, y actúa en consecuencia. JESÚS quien ha vencido a Sus enemigos de todos los tiempos gracias a
Su humildad y conociendo el corazón y nuestra naturaleza humana, nos advierte a
nosotros Sus discípulos: “El más importante entre ustedes debe ser el
sirviente de los demás. Pero aquellos que se exaltan a sí mismos serán
humillados, y los que se humillan a sí mismos serán exaltados”. (Mateo
23:11-12,NTV). El salmista David, el rey poeta, podía enaltecerse al final de
sus días de todos sus grandes logros, pero con humildad, oró que confiaba en
DIOS como un niño:
“Dios mío, yo no me creo más que nadie, ni miro a nadie
con desprecio; no hago alardes de grandeza, ni pretendo hacer grandes
maravillas, pues no podría llevarlas a cabo. Más bien, me he calmado; me he
tranquilizado como se tranquiliza un niño cuando su madre le da el pecho.
¡Estoy tranquilo como un niño después de haber tomado el pecho! Israel, ¡pon tu
esperanza en Dios ahora y siempre! (Salmo 131,NTV).
La escalera
de Jacob, subidas y bajadas.
Jacob, tuvo
un sueño y vio una escalera que subía y bajaba desde el cielo a la tierra. Esa
escalera bien puede ser nuestro trabajo en la iglesia del SEÑOR, al principio
cuando somos nuevos creyentes, nos esforzamos por subir la escalera de nuestro
liderazgo porque sabemos que nos lleva a la presencia misma del SEÑOR, pero el
verdadero servicio en el SEÑOR consiste en subir y bajar por los peldaños.
Necesitamos tanto la humildad para subir como para bajar. Es decir, se sube
bajando. Entre la sabiduría judía, existe un refrán: “Aunque tengas todos los
méritos, si te falta la humildad, eres imperfecto”. Ciertamente, la palabra
humildad no nos atrae en el liderazgo porque los motivadores personales y
lamentablemente muchos predicadores, hemos caído en la trampa de predicar lo
que la gente quiere oír. Se exhorta a la gente que suba la escalera e ir mucho
más allá “Porque el cielo, no es el límite”. En esas congregaciones, el temor a
DIOS es casi desconocido. Su dios es otro, que cómo el genio de la lámpara
maravillosa de Aladino, se le ordena, se le declara, se le obliga. La palabra
bíblica de la humildad se ha convertido en otros sinónimos modernos: confiar en
uno mismo, el poder y fe en mi palabra, no empequeñecerse delante de otros,
vivir como reyes, y dale orden al Todopoderoso para que me obedezca. ¡Nosotros
tenemos que humillarnos para que DIOS obre! ¡La oración no es el camino para
doblarle el brazo a DIOS sino para que nosotros nos quebrantemos delante de Su
presencia y que Él pueda entrar a nuestras vidas y usarnos para Su honra y
gloria!
Humildad es
obediencia hasta la muerte:
Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no
consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio,
renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y
nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí
mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales. Por
lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está
por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, se
doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:5-11,NTV).
Si estamos esperando que los filósofos, los
políticos y demás entes de los gobernantes de este mundo, cambien al ser
humano. ¡Nunca tendremos el avivamiento mundial que necesitamos! ¡Sin
humillación del pueblo de DIOS no hay bendición!
“Pero si
mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta
de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y
restauraré su tierra. (2 Crónicas 7:14,NTV).
Oración:
SEÑOR JESÚS:
¡Estoy conmovido hasta las lágrimas que lejos he
estado de tu humildad, amor, gracia para servir y aún dar mi vida por lo demás!
¡Perdóname por no ser como tu fuiste, cuando anduviste en un cuerpo como el
mío! ¡Ayúdame SEÑOR! Amén.
Perla de hoy:
Humildad
es exclamar como JESÚS: PADRE, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se
haga mi voluntad, sino la tuya.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS
hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna
promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna
lección por aprender?
¿Existe alguna
bendición para disfrutar?
¿Existe algún
mandamiento por obedecer?
¿Existe algún
pecado por evitar?
¿Existe algún
pensamiento para llevarlo conmigo?
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