Francisco
Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Juan
15:1-10
Si ustedes
permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que
quieran, ¡y les será concedido! Juan 15:7(Dios habla hoy)
La hermana Lola de Dámaso, mi difunta suegra, no la
agarraba un amanecer sin estar con su Biblia y en oración. Tengo su vieja
Biblia delante de mí, y está subrayada desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
La leyó completa varias veces en su vida; tenía la costumbre de marcarla por la
sencilla razón de que para ella, la Biblia era su libro de oración. Conocí a mi
suegra por más de cuarenta años, y su servicio favorito era el culto de
oración. ¡Imposible decir lo que Dios hizo en muchos de nosotros por sus
oraciones! En efecto, la Biblia y la oración son el binomio devocional del alma
y el espíritu para los discípulos del SEÑOR.
Igualmente, otro hombre de oración que conocí fue
el hermano Jesús Bolívar; se convirtió al Señor en mi último año de pastorado
en la Iglesia Bautista El Buen Pastor de Maracay en Venezuela. Era un hombre
sencillo y estaba al comienzo de su sexta década de vida, y como yo salía a la evangelización de
la patria, se me acercó, y me dijo: “Pastor, quiero acompañarlo en su
ministerio con mi Biblia y con mis oraciones”, y así fue. Juntos viajamos y
oramos por aquellos lugares en donde no había obra cristiana; hoy cuando
escucho que en esos lugares existen iglesias, sé que el Padre respondió a su
clamor. El hermano Bolívar se levantaba muy temprano, leía un pasaje de la
Escritura a viva voz, y luego se arrodillaba hasta el amanecer. Nunca nos
acostábamos sin que él me dijera: “Hermano, busquemos la sabiduría espiritual
para mañana”, y yo sabía lo que eso significaba, leer la Biblia y orar. Como resultado
de su vida de oración, palpé muy de cerca lo que Dios es capaz de hacer con un
hombre sin preparación académica de ningún tipo, y que nunca pisó la puerta de
un Seminario Teológico, a no ser que fuera para acompañarme cuando yo impartía
clases.
La oración es un acto de la voluntad que no
requiere de ningún título, pero el hermano Bolívar pisaba el terreno del Lugar
Santísimo por la Palabra y la oración, como lo dice la Biblia: “Así que, amados hermanos,
podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la
sangre de Jesús. Por su muerte, Jesús abrió un nuevo camino -un
camino que da vida- a través de la cortina al Lugar Santísimo. Ya que tenemos
un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios, entremos directamente a la
presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra
conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de
purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura” (Hebreos 10:19-22,
NTV). ¡Solamente en el cielo sabremos todo lo que DIOS hizo por las oraciones
del recordado hermano Jesús Bolívar, él hombre de la Biblia y la oración! Porque
la Biblia y la oración son el binomio devocional del alma y el espíritu para
los discípulos del SEÑOR.
Biblia y oración van juntas, como el cerebro y el
corazón, como el espíritu, el alma y el cuerpo. Es imposible separarlos. En
efecto, la Palabra de Dios es la plataforma de lanzamiento, y la oración su
compañera inseparable para una adoración eficaz: “Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su
riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten
salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón”
(Colosenses 3:16, NVI). El SEÑOR JESÚS, nos desafía: " Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!". Juan 15:7(Dios habla hoy)
Oración:
¡Gracias Padre Celestial por
dejarnos la revelación de tu Persona en tu bendita Palabra! Como dijo tu siervo
David, tu Palabra es como la miel para mi boca. Me gozo más en ella que en las
muchas riquezas, y bienaventurados los que guardan sus testimonios y con el
corazón te buscan. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
DIOS nos dejó su Libro y la oración, pero depende de nosotros, que Él
haga su obra por medio nuestro.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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