Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Nehemías 1:1-10
¡Escucha mi oración! Mírame
y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado
contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado! Nehemías
1:6 (NTV)
Llamé a la oración, desde
mis días de estudiante del Seminario la bomba “O”. De hecho al comienzo de
nuestra carrera académica en aquel lugar, mi compañero de estudios Jacobo García
Miranda, otros compañeros y yo, resolvimos que la oración sería tambien nuestra
compañera de viaje en nuestras vidas, y comenzamos a buscar al SEÑOR de todo
corazón, antes del amanecer. Entonces aprendí por experiencia que podíamos orar
como Nehemías delante de DIOS y decirle: “¡Señor escucha mi oración!”. Ir a
clases después de nuestro tiempo de oración a estudiar la Biblia era un deleite
del espíritu. Así empezamos a activar la bomba “O” y la lanzábamos desde
nuestras rodillas y el SEÑOR por Su gracia, hacía explotar sus bendiciones sobre nosotros y nuestra nación. No exagero al
decir desde esos años, la oración ha sido la que nos ha dado constancia,
disciplina, fervor y pasión para que el evangelio llegue a cada persona sin
CRISTO. En eso andamos.
Justamente, la idea de buscar un método
evangelizador para involucrar a toda la obra tomó cuerpo y nació lo que
llamamos la Marcha Evangelizadora, fue aprobada como parte del Plan Nacional de
Evangelización en Asamblea Nacional de nuestra Convención Nacional Bautista de
Venezuela en enero de 1977. Resolvimos escoger una ciudad para ser nuestro
lanzamiento, y por muchos motivos, escogimos a la bella ciudad de Barquisimeto
a unas diez horas desde Caracas al occidente. Y nacimos, el 15 de agosto de
1977, con la asistencia de 25 jóvenes y cuatro adultos. Lo demás es historia.
De esta manera, no llegamos a Barquisimeto sin
antes haber utilizado y activado la bomba “O” de la oración. Teníamos a
nuestros guerreros de oración por todo el país, principalmente, en los dos años
anteriores, Mary y yo habíamos pedido a muchos hermanos y hermanas que se
comprometieran a orar por nosotros. Para ello, usaba como medio, mis artículos
en el Luminar Bautista, mis cartas motivadoras, los talleres de preparación y
las vigilias de oración, todos esos recursos eran principalmente un llamado a
la oración. Como fruto de ese movimiento de oración, Dios me había enviado al
hermano Jesús Bolívar. Sin duda alguna, un hombre de oración, compañero de
oración y de mis primeros viajes por toda la nación venezolana. No puedo señalar
las innumerables veces que fui a buscarlo a las cinco de la mañana para
nuestros viajes, y cuando me abría la puerta estaba bañado en sudor y lágrimas,
por haber pasado dos horas de oración antes de cada viaje. Si tuviera que
describirlo tendría que decir que el hermano Bolívar era el hombre que oraba y
DIOS, hacía.
Ahora bien, en la Marcha Evangelizadora hemos
aprendido a orar en todo tiempo, en cualquier lugar y de cualquier manera. Hemos
participado y patrocinado muchas actividades relacionadas con la oración. Allí
surgió la “Operación 6 3 9. Creo que una de las más preciosas ha sido, el
oratorio de las 24 horas, principalmente durante los adiestramientos. Todavía
recuerdo el Adiestramiento de la Cuarta Marcha Evangelizadora. Estuvimos en el
viejo Campamento de La Guásima, en un pueblito cercano a Valencia, en el estado
Carabobo, cuya capacidad era para doscientas cincuenta personas. ¡Nos llegaron
aproximadamente mil…! ¡Dios hizo el milagro y la realizamos sin mayores
contratiempos! Sin duda, mediante la oración, clamamos al SEÑOR de la mies y Él
obró.
En efecto, nombramos al pastor Héctor Navarro
para dirigir el oratorio; dividimos la hora en cuatro períodos de quince
minutos cada uno, y se nombraron equipos de varios hermanos, con un jefe de
grupo al frente -teníamos una asistencia en ese encuentro de más de novecientas
personas ; éramos mil cada noche porque los hermanos de alrededor venían a las
conferencias nocturnas-. Los equipos hicieron su labor y se cubrieron las 24
horas del día en oración. ¡Qué hermoso fue ver a tantos hermanos orando! Cada
quince minutos se renovaba la guardia; en las madrugadas, vi a los integrantes
de los grupos haciendo fila, esperando su turno para orar ¡Nunca había visto yo
semejante mover de DIOS en aquellos días!
Me correspondió orar con el hermano James
Crane, uno de nuestros
conferencistas invitados, también tuvimos que hacer la fila para entrar
al oratorio. El hermano Crane me decía una y otra vez: “¡Francisco, la Marcha
llegará muy lejos por varias razones, entre ellas, porque es un movimiento de
oración; es un movimiento basado en la Palabra de Dios; es un movimiento de
evangelización, y enfatiza la conservación de cada nuevo creyente en la iglesia
local!”. Ciertamente, sucedes grandes cosas cuando activamos la bomba “O”. ¡Activémosla! ¡Adelante,
siempre adelante!
Oración:
PADRE ETERNO:
Hoy
me postro delante de ti para alabar tu santísimo nombre, clamarte por los
hombres y mujeres sin ti, al ver este mundo en caos, me arrepiento de mis
pecados y te ruego que venga tu reino y se haga tu voluntad tanto en el cielo como
en la tierra. Gracias SEÑOR por dejarme la oración como mi vehículo para llegar
delante de ti. Ayúdame a orar e invitar a otros que hagamos detonar este poder
en sobre nuestra nación y el mundo en el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La oración nos lleva de la mano delante de DIOS para hablarle de los
seres humanos sin Él y después vamos a los seres humanos para hablarles de DIOS.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por
medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la
cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por
aprender?
¿Existe alguna bendición
para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento
por obedecer?
¿Existe algún pecado por
evitar?
¿Existe algún pensamiento
para llevarlo conmigo?
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