miércoles, 27 de febrero de 2019

¡Valor para vivir!

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Josué 1:1-9
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. Josué 1:9 (NVI)

Tempestades de maldad soplan sobre la tierra, y un tsunami de corrupción parece dominarlo todo. Puedo afirmar que esta es una de las épocas más difíciles de la historia. Sin embargo, no dejo que el pesimismo ni el desánimo me dominen. Nuestra derrota o victoria dependerá del esfuerzo que hagamos y de la manera en como debamos luchar. Debemos recordar que la fe cristiana surgió en una época muy parecida a esta que nos ha tocado vivir. Como en esos días, los poderes espirituales de las tinieblas están allí, sus burlas hacia lo bueno, lo santo y lo puro, demuestran lo que el profeta había anunciado: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20 RV60).

Ahora bien, ¿qué podemos hacer en un mundo como éste, injusto y lleno de maldad? ¿Nos desanimamos o mostramos nuestra valentía moral y espiritual? Hubo un hombre llamado Josué, él fue un libertador de su pueblo juntamente con Moisés; fue valiente, sincero y audaz. Como militar nunca retrocedió ante sus enemigos; como líder nunca dijo “vayan”, sino “¡síganme!”; como hombre de fe siguió al Dios Todopoderoso sin desmayar ni desviarse de sus caminos; como hombre de familia, tuvo la valentía de decirle a su pueblo: “Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor” (Josué 24:15 NVI). ¡Qué valentía para un gobernante decir esto y vivirlo para la gloria de Dios!

Pues bien, los que por la gracia de Dios y por su elección, antes de que el mundo fuese, hemos sido apartados para Él, no podemos desmayar. Ser valiente no es una opción. El momento nos exige que seamos valientes. Es verdad que valiente es el que realiza una obra que requiere arrojo y temeridad; es valiente el que se precipita a las riendas de un caballo desbocado y lo detiene; es valiente el que a pesar del peligro se lanza a las vías de un tren cuando éste se acerca a toda velocidad para salvar una vida; es valiente el que detiene su automóvil y se lanza, atravesando las llamas de otro vehículo en un accidente y rescata las vidas que estaban allí adentro. Sin embargo, el valor es mucho más que estas hazañas que pueden ser producto de la exaltación y el impulso de la adrenalina en un momento dado. El valor implica mucho más que esto. 

Valentía es una manera deliberada e intencional de ser diferentes y vivir por encima de nuestras circunstancias. Horacio dijo: “Admiraré a quien no se avergüence de sus andrajos, a quien mude de fortuna sin inmutarse, a quien en la prosperidad lo mismo que en la adversidad, mantenga la actitud de avanzar sin desmayar”. Valiente es quien puede afrontar las fuertes demandas de las circunstancias sin que se altere su espíritu, sin que merme su fe, sin declinar la intensidad de su lucha, aunque se sienta solo y sin apoyo. Valiente, es quien como Pablo, pueda decir desde una prisión de una cárcel romana de hace dos mil años, mientras esperaba que el sanguinario Nerón lo decapitara: “Pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:11-13 RV60). Esto es tener: ¡Valor para vivir!

Oración:
Amado Padre Celestial:
Gracias Señor por tu promesa de andar conmigo en este día en todo lo que tengo que hacer; hoy me esforzaré con mucho gozo en mi corazón para servir a los demás y para ser valiente y vencer al desánimo en cualquier parte de mi andar cotidiano. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Experimentamos mejor nuestra valentía, al abrirnos paso en medio de la fuerza de las tormentas de la vida.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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