Perlas
del alma
Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Juan 14:27-31
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la
da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14.27 (RV6))
"Gracias pastor, tengo
paz en mi corazón. Tengo paz con Dios". Fueron algunas de las últimas
palabras coherentes que pronunció aquel hombre, a quien yo asistía en un
hospital, en sus últimos momentos en esta vida. ¿Es posible tener paz con Dios?
No sólo es posible, sino que el único propósito por el cual hemos nacido
humanamente hablando, en esta vida temporal. Dios no quiere que salgamos de
este mundo, sin conocer esa paz con él y vivir a la altura de ella.
¿Que significa la paz de
Dios? La paz que nos ofrece y da JESÚS, nunca quiere decir que no tendremos
problemas, sino que a pesar de las circunstancias de esta vida, él estará con
nosotros y procurará todo nuestro bienestar y bien supremo. El mundo ofrece una
paz como cese de hostilidades, la evasión de problemas y el éxito y felicidad
al final. Sin embargo siendo realista, esa era no ha llegado, ni llegará.
JESÚS ofrece y hace posible
la paz con Dios y con nosotros mismos, porque es la paz que nos lleva a la
victoria a pesar de las dificultades y las demandas de la vida, porque es la
paz que ningún peligro ni los sufrimientos la pueden ensombrecer; también es la
paz que sobrepasa largamente nuestras limitaciones humanas; la paz de quien
sabe que todo lo que es y tiene, está en las poderosas manos de Dios; la paz de
aquel que no la busca en nada ni nadie en este mundo, que no sea JESÚS; la paz
del que sabe que todo lo puede en JESÚS porque le da la fortaleza, y lo hace
vivir en victoria, cualquiera sea su situación económica, social o cultural; la
paz del que canta en medio del sufrimiento; la paz del que sabe que está muerto
a este mundo y su vida “está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3.3), y
nadie ni nada lo puede apartar del amor de Dios; la paz que es independiente de
todas las circunstancias exteriores; la paz que a través de los siglos ha
hermoseado el carácter y la pasión del cristiano nacido de nuevo por su amado
JESÚS; la paz que posee todo aquel que rinde todo lo que es y lo que tiene a
los pies de JESÚS; la paz del que deja aquí lo que puede perder, para ganar lo
que nunca perece. Es la paz que triunfará al final de esta historia como la
hemos conocido. ¡Alabado sea el nombre de JESÚS! Sí, Él es nuestra paz.
Oración:
Padre Eterno:
En
esta hora te alabo mi amado SEÑOR por la paz que me has dado desde el día en
que entraste a mi vida. ¡Gracias porque me has dejado en este mundo para que
sea un recipiente de tu paz como una ejemplo de paz para muchos!
¡Ayúdame a proclamar la fe en Aquel que es una fuente eterna de la paz para el ser
humano, de tal manera que todo aquel que en JESÚS cree, se arrepienta de sus pecados y
ponga su confianza en Dios, sea salvo! Oro en el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Alabe a Dios por esa paz, que Él en su gracia da
a Sus hijos. Pidale, que usted pueda mostrar esa paz que ya posee, en todo lo
que es y lo que hace.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento a obedecer?
¿Existe
algún pecado a evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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