Por Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional:Lucas 5:1-11
Respondiendo
Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos
pescado; mas en tu palabra echaré la red. Lucas 5:5
Entre los que pasaron a mi llamado, al final del mensaje
en aquel cierre de una Asamblea Anual de nuestra Convención en Venezuela, se
encontraba un hombre entre la cuarta y quinta década de la vida. Me abrazó y
con voz sollozante, me preguntó: "¿Qué puede
hacer un hombre que ha trabajado toda la noche, y que ha fracasado, cuando Dios
le habla como esta noche y lo envía a aguas profundas?”, “obedecer y
dejarse guiar por el Señor”, le respondí.
Aquel obrero se levantó de sus rodillas, volvió a su
casa, dejó lo que estaba haciendo y emprendió la vida discipular. Ser un
discípulo y hacer discípulos llegó a ser el propósito de su vida. Bajo la
dirección del Señor hizo grandes cosas para la obra de Dios. El ministerio fue
para él un deleite, nadie ni nada pudo detenerlo, sólo la muerte podía vencerlo
y eso a medias, porque como dice la Palabra: "Sus obras siguen".
Puedo decir que hoy a más de treinta años de aquella escena, este amado hermano
ha triunfado. Ahora está en la presencia del Señor, hace poco murió, pero se
fue dejando tras de sí, varias congregaciones fundadas y muchos discípulos y
algunos de éstos connotados líderes de la obra. ¡Alabado sea el Señor!
Verá, es fácil cuando uno está en la flor de la vida
entusiasmarse con la posibilidad de alcanzar el mundo para Cristo. Se tiene
toda una vida para lograrlo o por lo menos intentarlo. Para el discípulo que
como Pedro ha trabajado toda la noche y que ha fracasado, le es más difícil responder
a los grandes desafíos de la fe. Pero, ¿qué
podemos hacer cuando Dios nos llama? Sólo confesar el fracaso de lo pasado: "Maestro
he trabajado toda la noche; no he logrado nada. Señor tu sabes todo. Bajo tu
dirección, me levanto y voy". Nunca es tarde para obedecer al Maestro y en
realidad, ningún esfuerzo en la obra de Dios se pierde, porque nuestro Dios no
patrocina fracasos.
Mi siempre admirado poeta evangélico venezolano José
Gregorio Rivas escribió un poema, que se convirtió en uno de mis himnos
favoritos, allí nos habla claramente lo que es ponerse bajo la dirección del
Señor para lograr una pesca efectiva y abundante. Se llama: Toda la noche.
I
Toda la
noche Señor la he pasado, en el mar pescando,
ni un pececillo
he podido atrapar, y ahora estoy cansado,
mas es tu
voz que me dice que tire a alta mar,
y en tu
nombre bendito la red echaré para pescar.
II
Nunca he
podido Señor en el mar del mundo,
almas
traer a tus pies, oh Jesús, y ahora estoy cansado,
mas es tu
voz que me dice que tire a alta mar,
y en tu
nombre bendito la red echaré para pescar.
Oración:
Amado Padre Celestial:
Hoy delante
de ti reconozco que un esfuerzo hecho bajo tu dirección equivale a diez mil
esfuerzos hecho en mis propias fuerzas. Te confieso mis intentos meramente
humanos para hacer tu obra, y me coloco bajo tu dirección; lo hago en el nombre
de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
No iremos muy lejos en la obra evangelizadora y
discipuladora, si JESÚS no es nuestro Comandante en Jefe.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por
medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a
la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección
por aprender?
¿Existe alguna bendición
para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento
por obedecer?
¿Existe algún pecado por
evitar?
¿Existe algún pensamiento
para llevarlo conmigo?
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