Francisco Aular
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Lectura devocional:Romanos 15:7-14
Le pido a Dios, fuente de esperanza, que los
llene completamente de alegría y paz, porque confían en él. Entonces rebosarán
de una esperanza segura mediante el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13 (NTV)
Hace años un submarino
S-4 de los Estados Unidos, chocó contra un barco fuera de la costa de Massachusetts y se hundió de
inmediato. Toda la tripulación quedó atrapada es esa prisión de muerte. Se hizo
todo el esfuerzo para rescatar a la tripulación, pero a la larga todo falló.
Casi al final de la odisea, un
buzo de mar profundo que estaba haciendo todo lo posible para rescatar a
la tripulación, sintió un golpeteo en la pared de acero del submarino hundido.
Colocó su casco contra la pared de la embarcación y se dio cuenta de que era
código Morse. Emocionado siguió pegado al a la pared, y deletreó mentalmente el
mensaje que estaban golpeando desde adentro. Repetía incesantemente la misma pregunta.
La pregunta desde adentro era: “¿Existe alguna esperanza?”
Pues bien, viendo la
situación que nos rodea, nadie esta exento de sentirse desesperanzado. Los que
estamos llevando el Mensaje de la esperanza, nos parece escuchar -como el
sonido de las Cataratas del Niágara al caer-; el clamor de millones de almas desesperanzadas que
gritan individualmente: “¿Existe alguna esperanza?” Sin duda, estamos
enfrentando una situación parecida al salmista que usó una ilustración que
posiblemente era conocida en su región. El agua escasa en aquellos lugares,
hacía que los hombres cavaran pozos profundos y se beneficiaran del precioso
líquido pero al secarse la fuente, nómadas como eran muchas de aquellos pueblos,
dejaban atrás lo pozos abiertos. Las hojas y otros residuos ponían una capa
sobre ellos. El pastor llevando a su rebaño a pastar en aquellos lugares, sin
advertir el peligro, pisaba y podía caer muchos metros bajo tierra, allí herido
gritaba pidiendo ayuda. El salmista nos describe la escena en el Salmo 40:1-4:
Con paciencia esperé que el Señor me ayudara,
y él se fijó en mí y oyó mi clamor.
Me sacó del foso de desesperación,
del lodo y del fango.
Puso mis pies sobre suelo firme
y a medida que yo caminaba, me estabilizó.
Me dio un canto nuevo para entonar,
un himno de alabanza a nuestro Dios.
Muchos verán lo que él hizo y quedarán asombrados;
pondrán su confianza en el Señor.
Ah, qué alegría para los que confían en el Señor,
los que no confían en los orgullosos
ni en aquellos que rinden culto a ídolos. (NTV)
“¿Existe alguna
esperanza?” Esa es la pregunta que en medio de grandes crisis, muchas personas
se hacen. El salmista dice: “Ah, qué alegría para los que confían en el SEÑOR.”
Y el Apóstol nos dice en Romanos 15:13:
Le pido a Dios, fuente de esperanza, que los
llene completamente de alegría y paz, porque confían en él. Entonces rebosarán
de una esperanza segura mediante el poder del Espíritu Santo.(NTV)
En realidad, todo el
mensaje bíblico se fundamenta en la esperanza juntamente con la fe el amor como lo afirma 1 Corintios
13:13:
Tres cosas durarán para siempre: la fe, la
esperanza y el amor; y la mayor de las tres es el amor. (NTV)
Esta tres virtudes
cristianas acompañan únicamente al cristiano nacido de nuevo. Lamentablemente, el
no cristiano ni siquiera puede entender la fe, el amor y la esperanza que puede
apreciar en los hijos de Dios como lo dice Efesios 2:12:
En esos tiempos, ustedes vivían apartados de
Cristo. No se les permitía ser ciudadanos de Israel, y no conocían las promesas
del pacto que Dios había hecho con ellos. Ustedes vivían en este mundo sin Dios
y sin esperanza. (RV60). Desde luego vivir en este mundo
“sin Dios y sin esperanza” es una situación muy triste y desesperada. Aprovecho
para decir que la Escritura nos habla de la esperanza de la salvación que posee
el cristiano nacido de nuevo. Tiene dos aspecto, la confianza que pase lo que
pase, Dios va con nosotros y en nosotros, dice Colosenses 1:27:
A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de
la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la
esperanza de gloria. (RV60).
¡Imagínese nada más! En
nosotros como seres humanos por la fe en el Hijo de Dios, “Cristo en nosotros
es la esperanza de gloria”. El segundo aspecto, esto no quiere decir en ninguna
manera como una secta lo proclama “pare de sufrir”, ningún cristiano nacido de
nuevo, adquiere una póliza contra los sinsabores y problemas de la vida y aún
la misma muerte, sino en el sentido de la esperanza de ir por encima de las
circunstancias que encuentre a su paso. De esta manera, la Biblia nos dice que
la esperanza no es una negación de la realidad, sino firmeza al saber que
nuestro Dios puede sacar como decía Agustín de Hipona “de nuestros males,
bienes.” El apóstol Pablo, lo explica así en Romanos 5:3-4, la tribulación puede
ser el cernidor divino para sacar lo mejor de nosotros:
También nos alegramos al enfrentar pruebas y
dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la
resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra
esperanza segura de salvación. (NTV).
“¿Existe alguna
esperanza? La respuesta en SÍ. ¡Nuestro Dios es la fuente de la esperanza! Esta
esperanza no se rinde. Como decía Martín Luther King “Si supiera que el mundo
se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.”
Oración:
Padre
Nuestro:
Saber
que eres el Autor de nuestra esperanza, podemos confiar que en la noche más
oscura de nuestas almas, tu luz nos iluminará y renovarás nuestras fuerzas para
continuar y vencer. En el Nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
La esperanza hace que toque las paredes del cielo en
medio de las aguas profundas y sé que de alli, Dios me librará.
Interacción:
¿Qué me dice
Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna
promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna
lección por aprender?
¿Existe alguna
bendición para disfrutar?
¿Existe algún
mandamiento a obedecer?
¿Existe algún
pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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