Francisco Aular
Lectura devocional: 1Timoteo 2:1-8
En primer lugar, te
ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude;
intercede en su favor, y da gracias por ellos. 1 Timoteo 2:1(NTV)
Todavía recuerdo a un amado profesor en mis días del Seminario cuando
escogí, mi proyecto de tesis al cual titulé: “Algunos aspectos del ocultismo
venezolano”, me hizo ver que aquello sería una pérdida de tiempo, según él –un
doctor en teología-, sin embargo, yo le respondí: Mi amado profesor yo vengo de
allí de las tinieblas de maldad de dónde por la gracia de Dios, Él me libró.
Era el comienzo de los años setenta, en verdad en aquellos años y después de la
película El exorcista, se desató un
interés por el ocultismo, principalmente en Estados Unidos. Hubo crímenes
horribles y se incrementó la inseguridad en muchas de las grande ciudades.
No obstante esto, la Iglesia del Señor, se movió y surgieron
movimientos de oración en todas las naciones: “En primer lugar, te ruego que
ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su
favor, y da gracias por ellos.” (1 Timoteo 2:1, NTV). Surgieron movimientos cristianos que rescataron a millones de seres humanos.
Hoy estamos inmersos a nivel mundial en tales prácticas de ocultismo,
hechicería, brujería y el satanismo. Se organizó la iglesia de Satanás, y ya
tienen sucursales en todo el mundo. Porque además, estas “Potestades” y sus
prácticas anticristianas son estimuladas por regímenes dictatoriales para
mantenerse en el poder. Estos gobiernos se han rendido a la tentación del
diablo que el mismo JESÚS, rechazó:
“Entonces el diablo lo llevó a una parte
alta y desplegó ante él todos los reinos del mundo en un solo instante. —Te daré la gloria de
estos reinos y autoridad sobre ellos —le dijo el diablo—, porque son míos para
dárselos a quien yo quiera.” (Lucas 4:5,6).
Los mismos cristianos nacidos de
nuevo, tenemos que andar con los ojos espirituales y con la mente bien abiertos
para reconocer estos sistemas diabólicos y orar en consecuencia, sabiendo que
el diablo tiene potestad para mantener al ser humano “muerto en sus delitos y
pecados” (Efesios 2:1); los incrédulos tiene una venda en sus ojos y en la
mente: “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de
Cristo, el cual es la imagen de Dios.” (2 Corintios 4:4, fíjese el “dios” con
minúscula es el diablo; los incrédulos están atados por el maligno y sus
poderes demoníacos: “Y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a
voluntad de él” (2 Timoteo 2:26); “Sabemos que somos de Dios y el mundo entero
está bajo el poder del maligno” (1 Juan 5:19) Se fija entonces porque el
Apóstol nos recomienda: “En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres
humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por
ellos.” (1 Timoteo 2:1, NTV).
Por ello, échele nada más una mirada a
nuestro mundo y lo vemos en llamas porque el “diablo como león rugiente” anda
por esas calles, haciendo lo que siempre ha hecho, destruir al ser humano. Se
ha preguntado el ensañamiento contra los cristianos en el mundo, perseguidos,
encarcelados y matrizados hasta la muerte, y las Naciones Unidas, no hace nada…
Mientras tanto, una densa oscuridad cubre la tierra como nunca me había fijado
antes. ¿Cómo actúan estos poderes en el mundo? Los estamos viendo en acción por
medio de dos realidades en la lucha espiritual que debemos enfrentar por medio
de la oración: Primero, estos poderes son seres espirituales; segundo influyen
en los acontecimientos de la tierra.
Frente a este panorama sombrío, tenemos la
Palabra de Dios, el Espíritu Santo y la oración para vestirnos de toda la
“armadura de Dios” Por la cual hay un canto de victoria en el cristiano,
habitado y dominado bajo el poder del Espíritu Santo:
“Y estoy convencido de
que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni
ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de
mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de
Dios. Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en
toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en
Cristo Jesús nuestro Señor.” (Romanos 8:38,39, NTV).
Al estar en Cristo tenga la certeza que
estos poderes no podrán tocarle ni una célula de su ser, sin el permiso de
nuestro Todopoderoso Dios viviente. Gloria a su nombre y podemos afirmar
con toda nuestra fe: “Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por
medio de aquel que nos amó.” (Romanos 8:37, RV60).
Activemos con toda confianza la bomba O de
la oración. Porque el poder de la
oración no está en las palabras del orante, sino en el poder de Aquel que las
oye. A ese Dios misericordioso que nos desafía: “Clama a mí, y yo te
responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” (Jeremías
33:3). En consecuencia, ¡Regálale una oración al mundo sin Dios!
Oración:
Señor te pedimos por
los líderes del mundo de hoy. Haz que venga la primera del Espíritu Santo sobre
nuestras naciones. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Oremos por el liderazgo mundial y Dios hará lo que nos ha prometido.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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