Francisco
Aular
Lectura
devocional: Malaquías 4:1-5
Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de
justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros
de la manada. Malaquías 4:2 (RV60)
El Cristianismo surge
y vive en medio del paganismo reinante- algunos sinónimos del paganismo son
incredulidad, herejía, impiedad, escepticismo e idolatría- que es el sistema
religioso que impera en el mundo; así será hasta el final de los tiempos,
tiempos que la Biblia llama el juicio a la gran ramera (Apocalipsis 17). La
palabra prostitución es usada en la Biblia para hablar de la desobediencia al
Dios verdadero y de la adoración a dioses falsos; a este sistema se le llama
Babilonia y será juzgado entre los juicios que Dios hará al final de la gran
tribulación, como lo señala Apocalipsis en el capítulo dieciocho.
¿Qué podemos hacer
cuando llegamos a una cultura en donde reina el paganismo se adora a otros
dioses y se hacen prácticas sociales o religiosas diferentes a las nuestras?,
¿nos plegamos a ese tipo de celebraciones o no? Respondemos a estas
interrogantes diciendo que, el cristiano debe examinar a la luz de la Palabra de Dios tales costumbres:
¿las prohíbe la Biblia?, ¿son neutrales?, o sea, ni buenas ni malas; ¿apoyaría
la Biblia esa prácticas culturales? Obviamente, el cristiano apoyará aquellas
prácticas del paganismo que no contradigan la Palabra de Dios.
Pues bien, está
probado que el origen de la celebración del 25 de diciembre es pagano. Su
trasfondo habría que buscarlo en las prácticas de aquellos pueblos paganos del
pasado. En efecto, en la mitología egipcia se dice que Horo, el hijo de la
diosa Isis, nació un 25 de diciembre. Igualmente se sabe que había una tribu de
la Arabia antigua que solía tributar culto divino a la Luna celebraba el 25 de
diciembre como día del “nacimiento del señor”. Roma por su parte, solía
consagrar grandes solemnidades religiosas al dios Saturno, esposo de Cibeles,
esto, durante los últimos días de diciembre. Pero cuando JESÚS nace, lo hace en
medio de la oscuridad del paganismo, Él es la Luz del mundo.
Me imagino que los
primeros cristianos, una vez que conocían al Señor JESÚS, se preguntaban, ¿cómo
podemos celebrar estos días? Ellos decidieron aprovechar esos días de fiestas,
que culminaban precisamente el 25 de diciembre, para reunirse y adorar con todo
gozo al Hijo de Dios, y empezaron
a celebrar a JESÚS. Lo sabemos tanto por la historia cristiana como por la
secular, que el cristianismo se enfrentó sin armas y sin violencia a un mundo
que lo atacó sin piedad; centenas de miles murieron en el camino, como
actualmente también está ocurriendo ante la ceguera de los tan nombrados
derechos humanos promovido por las Naciones Unidas, sin embargo, el
Cristianismo sigue adelante. Entonces, en aquel imperio romano que había
perseguido cruelmente a los cristianos, el Cristianismo se constituyó en el
siglo IV en religión oficial en todo el Imperio. Para bien o para mal hubo
muchos cambios en el mundo religioso de aquellos años, entre ellos, el 25 de diciembre quedó consagrado el día
de conmemorar el nacimiento de JESÚS. Esta celebración se hizo ley y ha llegado
hasta nosotros.
Debo señalar que
siempre ha estado en marcha un movimiento para eliminar la Navidad como
celebración, en lo que denominamos, el mundo occidental. Se ha aprobado por ley
en algunos parlamentos democráticos, que no se diga “feliz Navidad”, “sino felices
fiestas”, para respetar los derechos de los que no creen en JESÚS.
Lamentablemente entre los enemigos de la Navidad hay muchos cristianos
legalistas, sectas heréticas que se unen al ateísmo, y otras religiones que
imperan en el paganismo actual, además del consumismo. Es claro afirmar, Biblia
en mano, que celebrar o no la Navidad, no añadirá ni quitará a la Salvación
provista por la Providencia: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida,
o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo.” (Colosenses 2:16,
RV60) ¡La Salvación es confiar únicamente en JESÚS, Él es el Regalo de Dios
para nosotros los pecadores, por ello afirmamos, el cielo es el Regalo de Dios!
(Juan 3:16).
Por mi parte, creo que
los cristianos nacidos de nuevo, debemos celebrar el Nacimiento de JESÚS tal y
como lo dijo el profeta Malaquías: y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Lo celebraremos con gozo, con nuestra familia humana y con
nuestra familia espiritual; estos son días para tomar la Biblia y compartir
nuevamente la noticia más hermosa en toda la historia de la humanidad, ¡Dios
está con nosotros! Esta es la verdadera razón de la Navidad; esta historia no
me cansaré de contar y cantar, porque: “El pueblo que andaba en tinieblas vio
gran luz; los que moraban en tierra de sombras muerte, luz resplandeció sobre
ellos” (Isaías 9:2, RV60). JESÚS y sólo Él, brilla y brillará para siempre como
el Verdadero Sol de Justicia, Él es la Luz en medio del paganismo reinante.
Oración:
Gloria, gloria sea a ti Padre eterno, ¡por enviarnos el Regalo de la Salvación en JESÚS!
Perla de hoy:
Frente
a un mundo en oscuridad pagana, hagamos que brille la Luz del Sol de Justicia:
JESÚS.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento por obedecer?
¿Existe
algún pecado por evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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