Francisco Aular
VIERNES, 27 de enero de 2023
Lectura devocional: Levítico 19.35-37
NEGOCIOS Y HONRADEZ
No sean injustos en el juicio, ni hagan trampa al medir terrenos, o al pesar o medir algo. —Levítico 19:35 (RVC)
He tenido ese inmenso privilegio de plantar nuevas iglesias y verlas crecer y desarrollar desde una familia -muchas veces la mía- hasta la bendición de salir, cuando empezaron a crecer y desarrollarse como una congregación autónoma de creyentes bautizado de tal manera que puedan valerse por sí mismas, bajo la dirección divina.
En esos inicios de una obra nueva, el pastor plantador pone los fundamentos sobre los cuales de una iglesia con solidez espiritual que trascienda mucho más de la próxima generación. Ahora mismo al escribir esta Perla del Alma, encuentro plantando la primera iglesia hispana de nuestra denominación al oste canadiense, en la ciudad de Calgary. A los amados les digo: ¡Tenemos que plantar una iglesia que esté en pie para darle la bienvenida al SEÑOR JESÚS como si viniera en el presente año o quizás dentro de doscientos años!
Les hago claro también de hacernos conciencia para obedecer los preceptos de DIOS y cumplir Su santa voluntad. Estoy convencido de que mientras más cercanos estemos del conocimiento y prácticas de la Palabra de DIOS, más santos seremos, disfrutaremos de las bendiciones de DIOS y llevaremos el Mensaje del evangelio a todos los que nos rodean.
Pensando en esto, se escribió el libro de Levítico. Allí en Levítico nos damos cuenta de que DIOS en este tercer libro del pentateuco ( los primeros cinco libros de la Biblia), allí nos dejó las reglas, leyes y directrices para tener un pueblo santo, apartado para Él y que dejara tras de sí, una herencia que, hasta hoy desde el judaísmo también es la base de nuestro andar diario como cristianos nacidos de nuevo. ¿Cómo se espera que un cristiano actuaría en esta vida?
Les comparto el siguiente relato: una hermana de nuestra iglesia trabaja en el aeropuerto de la ciudad, es la vendedora de una librería; su sueldo no es grande. Hace poco, una clienta entró a la tienda y compró un libro, para cancelar, sacó su cartera llena de billetes y pagó. Al rato, la vendedora vio la cartera de la clienta en el mostrador, y dentro, ¡había más de tres mil dólares americanos en efectivo!
Sin dudar ni un momento, la mencionada hermana, que atendía en la librería, buscó y pronto descubrió la identidad de la dueña de la cartera. Ella aún recordaba su rostro, corrió a devolverle la cartera a su dueña en la puerta de salida del viaje indicado. Sin embargo, se dio cuenta que el vuelo de la dueña de los tres mil dólares no saldría, sino en varias horas. Inmediatamente se dirigió a la oficina del sonido del aeropuerto, y desde allí, llamaron a la mujer; al rato apareció la dueña de la cartera, la distraída mujer todavía no se había dado cuenta de que había perdido la cartera. La hermana vendedora, le entregó la cartera, e hizo, que ella contara su dinero en presencia de dos testigos. La mujer le agradeció ese gesto de honradez, y se marchó. Días después, la hermana me contó lo sucedido y le pregunté: —"¿Y no le dio alguna propina?", ella me respondió: —"En términos de darme dinero, no, pero yo descubrí que no llevo una ladrona dentro de mí, y eso es grande".
Entre las leyes de santidad y de justicia que DIOS le dio a su pueblo, estaba la práctica de la honradez como estilo de vida en sus negocios, ¡no debían llevar ningún ladrón dentro de ellos!
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE NUESTRO:
¡Gracias por darnos mandatos absolutos y eternos como tú eres! Aquí estamos delante de ti, ayúdanos a actuar con honradez y en verdad. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
Ore al SEÑOR para que, como cristianos nacidos de nuevo, podamos practicar y modelar la honradez como estilo de vida.
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