Francisco Aular
Pasaje devocional: Romanos 15: 4- 7
Entonces todos ustedes podrán unirse en una sola voz para dar alabanza y gloria a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. —Romanos 15:6 (NTV)
El pasado 4 de enero, se cumplieron 46 años de haberse aprobado en el marco de la XXVI Asamblea de la Convencion Bautista de Venezuela, en la ciudad de Guanare, Edo. Portuguesa, un evento que desde entonces, hemos celebrado tanto en Venezuela como fuera de sus fronteras, lo que llamamos entoces: La Marcha Evangelística. Así lo reseñó, El Luminar Bautista: “Aprobación del Plan Nacional de Evangelización, propuesto por el Rev. Francisco Aular, para alcanzar a Venezuela para Cristo”. El plan tenía en sí, tres movimientos: Oración, evanglización y discipulado.
Por increíble que parezca, la principal razón para explicar el por qué, DIOS ha mantenido en el tiempo de casi las cinco décadas este modelo de movilización evangelizadora, es el énfasis que hemos tenido desde el inicio: Actuar, en todo lo que hagamos “En una sola voz”. Al principio, me correspondió estar al frente de la responsabilidad y formé un valioso equipo de trabajo con obreros jóvenes y esforzados.
Hoy en día, nos encontramos por muchos lugares ya en Venezuela o en cualquier lugar del mundo a los marchistas que como un directivo de la Junta Misionera Internacional, dijera:
—“¡Esos marchista llevan por todas partes la chizpa de la oración, la evangelización y discipulado”…¡Gloria DIOS!
En 1982, al jubilarse de la Aviación Nacional de Venezuela, vino a trabajar a mi lado a tiempo completo, el General Daniel Enrique Robayo Quintero. Desde aquel año hasta cuando se marchó con el SEÑOR, en mayo de 2015, llenó páginas como “soldado raso en CRISTO, -como le gustaba presentarse-. Así, describí una escena de su tiempo de clausura de un Adiestramiento como director de la Marcha para un artículo en una revista:
El general retirado de la aviación tenía delante de sí una multitud de hombres y mujeres jóvenes, atentos a sus palabras de orientación final en el adiestramiento de esa Marcha Evangelizadora. El hermano general poseía una gran experiencia espiritual como soldado del SEÑOR JESÚS, los jóvenes habían tenido una semana de intensa preparación para salir a evangelizar y discipular, eran conscientes de que su trabajo evangelizador sería la punta de lanza para establecer nuevas obras, y llenar el país de iglesias.
Los jóvenes irían por toda la nación; algunos lucían muy cansados, pero allí estaban dispuestos y disponibles para el servicio de DIOS; en breves minutos sería la salida y muchos ellos estaban con la tristeza de la despedida en sus rostros; el general mirándolos a todos les dijo:
—"Ustedes son soldados del SEÑOR, los hemos formado en equipos de tres, aquí les hemos impartido las herramientas espirituales para que salgan vencedores en el trabajo para el cual el SEÑOR los ha escogido en la oración, la evangelización y el discipulado.
—Deben mantenerse unidos pase lo que pase, no hay terreno para las divisiones cuando la misión es salvar y rescatar a los que "están perdidos en sus delitos y pecados, ningún soldado en guerra está pendiente de detalles pequeños que los dividan, sino de los grandes que los unan; en otras palabras, como Pablo dijo: "Ustedes deben ser de un mismo sentir", ¡nosotros vamos y haremos la labor que DIOS nos ha encomendado para Su gloria!". Como siempre fue el despliegue, la despedida, entre sonrisas, consejos y lágrimas. ¡Gracias SEÑOR por haber vivido esta experiencia de primera mano!
Le hicimos un seguimiento a aquel grupo de jóvenes, y comprobamos que miles de personas fueron salvas por la labor que aquéllos realizaron, es decir, la cosecha fue abundante, ¡alabado sea el SEÑOR! El fin último y supremo de nuestra vida como cristianos, es traer honra y gloria a DIOS en lo que hacemos, tanto en lo individual como junto a otros.
Si tan solo tuviéramos en este tiempo que se nos viene encima, más oración evangelización y discipulado y menos “WhatsApp”, pudiéramos tener y experimentar el último gran avivamiento espiritual, antes de la Segunda Venida del SEÑOR. ¡Ten piedad de nosotros SEÑOR para andar: “En una sola voz”!
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE ETERNO:
Gracias por los que han andado con nosotros y ya no están. ¡Honramos sus memorias! ¡Ayúdame a apoyar ahora a los que están en primera línea! Tu gracias se ha extendido sobre nosotros y aquí estamos para seguir con el propósito que nos inspiran todos los que han llegado a conocerte, y vemos sus vidas transformadas por el Evangelio… ¡Ha valido la pena vivir para Ti! En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Sea que evangelicemos o no de todos modos moriremos a esta vida presente, la eterna ya la tenemos. ¡SEÑOR Danos fuerzas para morir orando, evangelizado y discipulado en una sola voz!
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