Francisco Aular
Lectura
devocional: Hechos 20:17-32
Todos lloraron,
y abrazaron y besaron a Pablo. Hechos 20:37 (DHH)
Todo evento que el Señor me ha permitido realizar
en la obra de Dios ha sido una prueba en el sentido de ver una visión, es
decir, un proyecto, hecho realidad; muchos eventos cuestan esfuerzo, sudor y
lágrimas, sin embargo, cuando Dios no da un plan que sólo vemos con los ojos de
la mente, Él nos ayuda a salir con bien de la prueba, así que, terminar un
proyecto que fue engendrado por el Señor en nuestro ser, cuenta con su
bendición desde el principio hasta el final; ver realizado un esfuerzo
colectivo, es haberse aferrado a un sueño y no soltarlo hasta su realización.
Es la satisfacción espiritual de la misión
cumplida.
En cuanto a mí, Dios me ha dado la bendición de
poseer una buena memoria, y todavía puedo recordar y vivir los momentos de la
concepción de un plan hasta su realización; también es verdad que cada plan ha
sido diferente.
Uno de los proyectos que marcó mi vida para
siempre ha sido la Marcha Evangelizadora. Guardo memoria tanto de los lugares
como de los hombres y mujeres que Dios puso a mi lado para realizarla, y los
que han venido después, para mantenerla en el tiempo. Desde el principio,
sabíamos que enviar a hacer la obra misionera sin orar, evangelizar,
discipular, y sin vivir una vida llena del poder del Espíritu Santo, no tendría
la bendición y aprobación de nuestro Comandante en Jefe de la Marcha
Evangelizadora, el Señor Jesucristo. Es en cada Adiestramiento de la Marcha
cuando probamos el carácter de los marchistas antes de enviarlos. ¡Gracias al
Señor después de 36 años seguimos evangelizando a Venezuela y el mundo! Por
dondequiera que realizamos la Marcha, una vez que finaliza todo, nos queda el
sabor de la misión cumplida.
La Marcha Evangelizadora ha sido probada en
muchas maneras, pero el Adiestramiento de 1980 nos lanzó a otro nivel. En
efecto, el Adiestramiento de la Cuarta Marcha Evangelizadora, en agosto de
1980, probó que éramos capaces de hacer grandes cosas en el reino de Dios y que
habíamos venido para quedarnos; en ese Adiestramiento tuvimos dos
conferencistas-predicadores, maestros de gran prestigio en la obra: Santiago
Crane y Germán Núñez Bríñez -ambos ya están con el Señor-; tuvimos el inicio de
las 24 horas continuas de oración; un gran equipo de líderes que habían sido
preparados en el Curso Intensivo para Lideres Bautista en Evangelización de
Venezuela (CILBEV), y marchistas que habían sido adiestrados y probados en las
tres Marchas anteriores, todos ellos
me ayudaron “sin reservas, sin retiradas y sin lamentos”; y la gran
asistencia de amados que llegaron desde todos los rincones del país; la
asistencia fue de mil personas por las noches bajo una gran carpa que
instalamos en el antiguo Campamento Bautista de la Guásima, muy cerca de la
ciudad de Valencia, Venezuela. ¡Dios nos habló en muchas maneras en aquel
Adiestramiento como lo ha hecho hasta hoy! ¡Es
la misión cumplida!
Desde luego, al concluir ese Adiestramiento,
había quedado exhausto, ¡pero muy feliz! E hice lo que ya era rutina en mí,
desde los días de la Primera Marcha Evangelizadora -antes debo decir que,
generalmente, después de una semana de intenso trabajo, concluíamos el evento
con el despliegue de los marchistas por todo el territorio nacional. Siempre ha
sido una despedida muy emotiva, ¡ver a los facilitadores abrazados con sus
discípulos que el Señor les daba para entrenarlos, me llenaba de un inmenso
gozo! ¡En ese momento nadie economizaba palabras, promesas ni lágrimas! Todos
se marchaban a distintos lugares,
pero, algunos líderes nos quedábamos limpiando y poniendo orden antes de salir
también, para poder decir que el lugar lo estábamos dejando mejor que cómo lo
habíamos encontrado-, al no sentir ese gran impacto de la algarabía de nuestro
pueblo en su andar por aquellos lugares, le daba una vuelta a todo el
campamento, y era inevitable derramar lágrimas de gozo, sentir nostalgia porque
sabía que nunca volvería a vivir esa misma experiencia, porque cada evento es
único e irrepetible. En esas horas de gratitud a Dios, a solas, por su
presencia entre nosotros, y lo que sabía que haría con nuestros evangelizadores
que se habían marchado, al pensar en sus vidas y en sus futuros, entonces, ¡yo
recibía fuerzas para emprender nuevamente el camino!, ¡y por allí ando todavía!
Esperando decir al final de mi vida: Misión
cumplida.
¡Qué gran pasaje en la Biblia nos ha dejado el
Espíritu Santo a todos a los que Dios nos da una visión, un ministerio y una
misión histórica que cumplir! El apóstol Pablo es el hombre más importante en
la historia del cristianismo, después de JESÚS, y Dios le dio un proyecto de
liderazgo mundial, el cual cumplió a cabalidad. Al final de su tercer viaje
misionero, hizo una gran concentración y al clausurar la reunión surgió este
gran texto, de la despedida de sus discípulos: “Todos lloraron, y abrazaron y besaron a Pablo” (Hechos 20:37; DHH),
si acaso, el maligno nos tienta como a JESÚS, con el hambre, el prestigio y la
riqueza, respondamos como Pablo: “Para mí, sin
embargo, mi propia vida no cuenta, con tal de que yo pueda correr con gozo
hasta el fin de la carrera y cumplir el encargo que el Señor Jesús me dio de
anunciar la buena noticia del amor de Dios” (Hechos 20:24; DHH). Entonces,
repasa tu vida después de cada evento realizado, y con lágrimas di, ¡gracias
Señor, misión cumplida!
Oración:
Señor JESÚS,
día tras día acudo a ti para rogarte que tomes mi ser para cumplir con la
misión histórica que me has encomendado, y lo hagas tuyo nada más. No permitas
Señor, que la mediocridad me aleje de hacer lo mejor para tu honra y gloria. No
permitas Señor, que yo sea estéril, inútil, indolente y sin propósito. Ubícame
Señor, en donde tú estás trabajando y déjame servirle al prójimo y a ti. Entonces,
al final, podré decirte: Señor, misión cumplida. Amén.
Perla de hoy:
Busca urgentemente en donde Dios está trabajando y únete a Él.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su
Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda
aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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