Francisco Aular
Lectura
devocional: 1 Corintios 1:18-31
Dios es tan sabio que no permitió que
la gente de este mundo lo conociera mediante el conocimiento humano. En lugar
de eso, decidió salvar a los que creyeran en el mensaje que anunciamos, aun
cuando este mensaje parezca una tontería. 1 Corintios 1:21 (LBLA)
Un compañero de estudios en los días de mi
secundaria, era un hombre autosuficiente. No había maneras en que le pusiera el
mensaje de la salvación que él, delante de los otros compañeros, no me
ridiculizara. “¿Cómo es posible que creas en esas tonterías que te dice un
libro, escrito hace tantos años?”, y este otro, que siempre lo terminaba con
risas: “Eres un fanático que andas metiendo tu religión por los ojos de los
demás, pero conmigo, no puedes…” Sin embargo, nunca lo borré de mis oraciones.
Nos graduamos, esa noche en la fiesta de graduación, andábamos sensibles todos:
“Francisco” Me dijo con mucha ternura, inusual en él: “¡Perdóname por haberme
reído de tus creencias! Lo abracé, y recuerdo que le dije: “Vargas, si te
olvidas de mí, no importa, pero si te olvidas de JESÚS a quien he predicado,
perderás todo”. Unos cuántos años después, yo estaba haciendo la fila para
tomar un taxi en la hora de gran tráfico, estaba abordando el vehículo, cuando
escuché unos gritos casi al final de la fila: Era Vargas, quién a todo pulmón,
y sin ninguna vergüenza, exclamó: “Francisco, ahora soy cristiano. ¡JESÚS es mi
Señor y Salvador!”… Nunca más Vargas y yo, nos hemos visto en este mundo pero
una cosa sé, tanto él como yo, y aunque el mensaje parezca una locura, o una
tontería, nos tocó y nos cambió. Así que Vargas y yo estaremos juntos en la
eternidad, en presencia de nuestro amado JESÚS como Él, lo prometió.
En los días en los cuales el Apóstol Pablo
escribió las palabras de nuestro versículo de hoy, utilizó el término griego moria, con los siguientes significados
en nuestro idioma: locura, insensato, fatuo, ignorante. Pablo, alude a las dos
tendencias que existían en las personas que oían el mensaje de JESÚS, muriendo
en la cruz para salvar a los pecadores. Los judíos buscaban señales, y así le
respondían a JESÚS “Si eres el Mesías, danos una señal” Todos sabemos que JESÚS,
hizo señales y prodigios poderosos en sus días, nunca más superados. Sin
embargo, los judíos siguieron esperando y buscando señales. Los griegos, por
otra parte no tenían el mínimo interés en lo milagroso, sino en la filosofía,
en el conocimiento, en la sabiduría humana.
Hoy en día, todavía esas dos tendencias
siguen vivas en nuestro mundo. Me concentraré hoy en la búsqueda de señales. En
efecto, algunos se mueven por lo milagroso, y andan en búsqueda de hombres y
mujeres con “unción de lo alto”. Lo de ellos es la fe milagrosa y no la fe
salvadora. Vienen a JESÚS buscando alivio para sus necesidades y deseos humanos
y temporales, “bendiciones materiales”. Imagínense que ofensa, JESÚS, según
ellos, dejó su gloria para venirles a dar lo que ellos desean. En
consecuencias, muchos grupos religiosos cristianos están allí para ofrecerles
lo que ellos buscan, el espectáculo en vez de la cruz, las promesas
psicológicas del auto superación, en vez de la humillación, buscando la
autoestima en vez de la estima de Dios. Por eso, vagan sin encontrar la madurez
que solamente se encuentra en la Palabra de Dios, y no en las palabras –por muy
bonitas que sean de la sabiduría humana-, andan de iglesias en iglesias, de un
líder a otro líder.
Pues bien, la iglesia verdadera es una
congregación sana, que enseña que el milagro más grande, es el nuevo
nacimiento, y que depende del poder de Dios y su Palabra para nutrirse hacia la
madurez en Cristo. No negamos que los milagros ocurran pero no nos basamos en
ellos para crecer en la fe salvadora y doctrinal, la cual es segura y eterna. La
iglesia verdadera no puede rebajar las demandas de JESÚS: “Y decía a todos: Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y
sígame” (Lucas 9:23 RV60) Puede ser
que el mensaje no sea popular hoy como tampoco lo fue ayer. Respondemos como
Pablo: “Pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo
es el poder de Dios y la sabiduría de Dios” (1 Corintios 1:24 NVI)
Oración:
Padre amado: Tu mensaje es claro y contundente para
los que han resuelto escucharlo, meditarlo y obedecerlo. Ayúdame a compartirlo
en tu poder y gracia. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Dios no está esperando a que
anunciemos un nuevo evangelio a los que no le conocen; sino que anunciemos el
Evangelio que nos dejó en su Palabra.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio
de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual
pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por
aprender?
¿Existe alguna bendición para
disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a
obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para
llevarlo conmigo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios