Francisco Aular
Lectura devocional:
Proverbios 24:10-12
Libra a los que son
llevados a la muerte;
salva a los que están en peligro de muerte. Proverbios 24:11 (RV60)
Escribo estos pensamientos al filo de la media noche.
En esta ciudad -a pesar de ser muy silenciosa y segura de noche-, escucho los
lamentos de un perro en la distancia, es posible que sus dueños, no han llegado
todavía a casa; agudizo mis oídos y a lo lejos escucho una ambulancia, y como
oraba mi mamá, al escuchar ese inconfundible ulular, la oración de ella la hago
mía: “¡Qué Dios bendiga a esa persona que llevan allí!”. Además me pregunto:
¿Será salvo o no? En efecto, esta ciudad con sus seis millones de personas en
el Gran Toronto es bella en todas las épocas del año, pero no somos muchos los
cristianos nacidos de nuevo que habitamos en ella; es posible que un poquito
menos de la mitad de los habitantes de esta ciudad, no hemos nacido en Canadá,
por lo tanto, el mosaico religioso y cultural es inmenso…
Ciertamente, ¡Toronto, es un mundo en miniatura! Sin
embargo, es la ciudad menos evangelizada en toda América del Norte. Es un campo
misionero, como alguna gran ciudad de la China o de la India. Entonces, sin
querer nos dividimos en el campo de la fe, entre “ellos” y “nosotros”; confieso
que esta noche estoy inquieto. Acabo de ver las noticias de cierre del día, y
nuestro mundo: ¡Está ardiendo por los cuatro puntos cardinales! Pareciera que
las riendas y los cascos de los cuatro caballos y los cuatro jinetes del
Apocalipsis, se hayan puesto en acción, llevando a los jinetes del anticristo,
la guerra, el hambre y la muerte. Me asomo al balcón de mi casa, e intercedo en
oración delante de mi único Señor y Salvador, JESÚS. Vierto en Su presencia y
con mis ojos abiertos, clavados en la oscuridad de la media noche veo las
estrellas en el horizonte infinito, sé que Dios conoce que mi preocupación por la salud espiritual
de la ciudad en donde vivo al igual que por las otras naciones del mundo, es
genuina -entre ellas a mi patria Venezuela-, esto hace que en Su presencia no
pueda obviar la clasificación de los seres humanos que, Él mismo, hizo al decir:
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido”
(Lucas 19:10) ¡Salvados y perdidos! Así que, al final de la oración, lleno y
fortalecido por Él, le digo con resolución apasionada, Señor: ¡Vamos por
ellos!
En la lectura devocional
de Proverbios 24: 10-12, podemos encontrar las razones de porqué debemos
evangelizar a los hombres y mujeres de nuestra generación. Estoy seguro que en
este día la única esperanza que les podamos llevar es la Buena Noticia que
oirán de nuestros labios. Lo que Dios ha hecho por nosotros desde el día en que
nacimos de nuevo, es el testimonio principal de nuestro mensaje al mundo sin
Dios y sin esperanza. Son muchas las razones bíblicas pero en esta ocasión nos
enfocaremos en una:
¡Vamos por ellos! Porque esta es la razón principal por la que todavía
estamos en la tierra, debemos trabajar mientras todavía el día dura: “Si fueres flojo en el día del trabajo” (v.10)
Existen tres únicas posibilidades frente al plan de Dios para nuestra
salvación, desde el punto de vista del ser humano:
·
La
salvación es el esfuerzo del ser humano pecador por medio de las buenas obras.
·
La
salvación es el esfuerzo del ser humano pecador y de Dios.
·
La
salvación es el esfuerzo de Dios solo a favor del ser humano pecador.
La Biblia nos dice que la tercera posibilidad es la
verdadera porque la salvación es un regalo. Alguien dijo: “La religión y la
filosofía han sido definidas como el mejor intento del ser humano para
encontrar a Dios, en cambio, JESÚS ha sido definido como el mejor recurso de Dios
para llegar al ser humano.” “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8) Es más, el
verdadero propósito de la creación del ser humano es para que sea parte del
plan de Dios, desde la eternidad y hasta la eternidad: “Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2:10) Pero todo
este amor, perdón y gracia, no se aplican automáticamente al ser humano para
salvarlo, el pecador debe depositar toda su confianza en JESÚS y arrepentirse
de sus pecados, y nacer de nuevo.
¡Ninguna cosa buena que hagamos para la gloria de Dios, será tan
especial, como conducir personas a Sus pies! ¡Nosotros tenemos que llevarles la
buena noticia del amor y perdón de Dios! Es ahora o nunca. Echemos bien lejos
de nosotros la pereza y las excusas, dejemos de hacer cosas buenas pero
secundarias. La evangelización es prioridad uno en nuestro trabajo en la obra
del Señor: “Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y
fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.” (Lucas 14:23)
Oración:
Padre eterno:
Estamos a
medianoche y pronto tu Día vendrá. Ayúdame dándome fuerza, valor y claridad al
hablar tu Mensaje de Salvación frete a un mundo en llama y confundido. ¡Gracias
por invitarme a ser parte de tu plan para proclamar tu Evangelio a tiempo y
fuera de tiempo! Dios, tu prometes que tengo tu preciosa compañía hasta el fin
del mundo! Así que mi amado Señor y Salvador: ¡Vamos por ellos!
Perla de hoy:
La urgencia del mensaje del evangelio, nos dice que el reloj de los
tiempos está llegando a su final; es hora de ir: ¡Vamos por ellos!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo
conmigo?
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