Francisco Aular
faular
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Lectura
devocional: Apocalipsis 3:1-6
Escribe al ángel de la iglesia de Sardis: Esto dice
el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus
obras; tienes fama de estar vivo, pero en realidad estás muerto. Apocalipsis
3:1 (NVI)
Contrario a lo que algunos piensan, la iglesia no es el edificio. La
iglesia es la gente que se congrega en el nombre del SEÑOR JESÚS en algún lugar
para adorar a Dios, apoyarse los creyentes los unos a los otros para crecer en
la fe y la proclamación del Evangelio. He conocido iglesias que se reúnen en los
lugares más increíbles: en templos bien grandes, templos chicos, en casas, en
escuelas, en hospitales, en una sala de una funeraria y hasta debajo de un
árbol o un puente… Una cosa que también he descubierto es que las iglesias al
igual que las personas tienen sus temperamentos: algunas son alegres o
sanguíneas, otras coléricas y peleonas, muchas son sentimentales dispuestas al
sacrificio por otros y muchas otras, ni siquiera saben lo que está pasando en
el mundo, son flemáticas. Por lo general, las iglesias asumen la personalidad
de quienes las dirigen.
La iglesia de Sardis estaba pasando por un tiempo de sequía espiritual,
porque esa era también la situación de algunos de sus miembros. Entiéndame
bien, no era que no hacían nada posiblemente era una congregación bien activa
porque se había ganado una buena fama de ser una iglesia sana y viva. Sin
embargo, JESÚS afirma: “No he hallado perfectas tus obras delante de Dios” En realidad la opinión
valedera no es la de la cúpula de la denominación, es la opinión del SEÑOR de
la Iglesia: JESÚS. Parece que Sardis había caído en el “activismo religioso”
adentro y había abandonado su verdadera razón de ser y su hacer: la
evangelización de los perdidos afuera de ella. En realidad el verdadero
combustible de una congregación viene por la pasión, el gozo desbordante y los
sueños de los nuevos creyentes. ¡Esos que viven el primer amor con JESÚS! Una
iglesia que no está orando, evangelizando –yendo a la gente y esperando nada
más que lleguen- y discipulando a los nuevos convertidos, se asemeja a una
lámpara a la cual se le está terminando su fuente de energía, y por lo tanto:
Está muerta en vida.
Es
posible que la mayoría de los miembros de Sardis profesaban ser cristianos por
la tradición, pero no habían nacido de nuevo. Esto es una gran advertencia para
todos nosotros como iglesias y como individuos debemos prestar la atención del
Mensaje de JESÚS, a Sus iglesias y no dejarnos llevar nada más por nuestro
éxito aparente. No basta con tener nuestros nombres en la membrecía de alguna
iglesia local pero estar moribundos en nuestra relación con el SEÑOR de la
Iglesia. Lo que sí es importante es saber que Dios tiene premios a nuestra fidelidad
y trabajos en Él: “Sin embargo, tienes en Sardis a
unos cuantos que no se han manchado la ropa. Ellos, por ser dignos, andarán
conmigo vestidos de blanco. El que salga vencedor se vestirá de blanco. Jamás
borraré su nombre del libro de la vida, sino que reconoceré su nombre delante
de mi Padre y delante de sus ángeles.” (Apocalipsis
3:4-5) No hay excusas, si eres
parte de una membrecía de una iglesia, muerta en vida: ¡Dale vida!
Oración:
Padre Eterno:
La iglesia es la familia espiritual
que tú has creado para ser el hogar, y entrenarse para la vida celestial de
todo creyente. Gracias porque me has permitido ser parte de ella por muchos
años. Ayúdame a formar nuevas congregaciones e influenciar sobre las demás congregaciones
existentes porque cada iglesia es un milagro de tu gracia; tú amas a las
congregaciones locales y te paseas en medio de ellas. En el nombre de JESÚS,
amén.
Perla de hoy:
Nuestra
vida eterna en JESÚS es la base para darle vida a la iglesia a la cual servimos.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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