Francisco Aular
Lectura devocional: Juan 1:1-18
A
Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en
unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer…- ¡Pero, Felipe! ¿Tanto
tiempo llevo ya entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a
mí, ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme: "Muéstranos al Padre”? Juan 1:18; 14:9 (NVI).
Las preguntas que tenemos para
considerar son: ¿Quién es Dios? ¿Es la naturaleza? ¿Lo hallamos dentro de
nosotros mismos? ¿Es un principio o una fuerza? ¿Es una persona que como la
lámpara de Aladino, quiere resolverle todos los problemas a sus seguidores y
cumplirle todos sus deseos de prosperidad material: casas grandes, autos
costosos, buena cuenta bancaria y eliminar de paso, toda enfermedad y
sufrimiento humano? ¿Cómo conocer a Dios? ¿Es necesario aislarse en conventos y
tener la disciplina espiritual de los monjes? ¿Será necesario ir a la India y
hacerse creyente de cualquiera de sus miles de gurúes y millones de dioses?
¿Cuál de las miles de religiones existentes nos conducen a Dios? ¿Se debe
escuchar a uno de esos predicadores que expresan sus emociones, hacen milagros
y viven misteriosamente, sin dar cuenta a nadie? ¿Será que a Dios se le puede
conseguir por las ideologías y filosofías humanas? ¿Lo descubrirá la ciencia
mediante sus cálculos e instrumentos que todo lo saben? Y usted, ¿lo ha
encontrado y experimentado? ¿Cómo lo ha conocido, por visiones, emociones,
tradiciones, el mentalismo positivo, el intelecto, o por fe en lo que nos dice
la Biblia, la única fuente segura de información divina? ¿Podemos acercarnos a
Dios a través de caminos humanos que el hombre ha inventado en sus vanos
intentos de recobrar el Paraíso perdido?
Omitiendo detalles por razones de
espacio todas estas preguntas y muchas más, sólo encuentran sus verdaderas
respuestas en JESÚS. De esta manera,
la Biblia nos dice en sus 66 libros que JESÚS es el centro de la
revelación de Dios al ser humano, nos dice también que Dios es santo, apartado
de todo mal. Pero también nos afirma la Biblia, que el ser humano es pecador y
está separado de Dios, la barrera de la santidad divina es demasiado grande
para saltarla, los mejores intentos que han hecho las religiones para llegar a
Dios se quedan cortos, porque la Biblia dice que el ser humano sin Dios “está
muerto en sus delitos y pecados” (Efesios 2:1) ¡No sé si usted conoce a algún
muerto que haya hecho algo por él y para él mismo! No. Nos toca a los demás
darle sus honras fúnebres, porque si no sería un triste espectáculo de
descomposición. En realidad, debemos decirle que cualquier cosa que hagamos en
un velorio o en un entierro, es para que nosotros que estamos aún vivos biológicamente
hablando, nos preparemos para el entierro nuestro. ¿Está usted preparado para
la eternidad? ¿Cómo y cuento cuesta prepararnos para el evento cumbre de
nuestra vida mortal?.
Pues
bien, ¡les tengo buenas noticias, son las buenas nuevas más hermosas que yo
haya oído y predicado!, es esta: El cielo es un regalo que Dios nos hace a
todos los pecadores para que podamos vivir con Él, y ser parte de su familia en
la eternidad futura: “Ustedes han sido
salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la
salvación, sino que Dios se la regaló. La salvación de ustedes no es el
resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso.” (Efesios 2:8,9 LBLA). ¿No son
estas buenas noticias para todos nosotros? Ciertamente, lo son. Esto nos
demuestra que tenía razón quien dijo: “La religión y la filosofía han sido
definidas como el mejor intento del ser
humano para encontrar a Dios, en tanto que el Cristianismo ha sido
definido como el mejor recurso de Dios para llegar al ser humano”. Sí, JESÚS es
la Vida Eterna: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida
está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo
de Dios no tiene la vida.” (1 Juan 5:11,12 RV60). ¡A Dios lo encontramos en JESÚS!
Entonces, cabe una última pregunta
¿Es inaccesible el Dios personal que nos proponen las Sagradas Escrituras? En
absoluto, por el contrario, las puertas del cielo están abiertas para todos
nosotros los pecadores por medio de JESÚS. JESÚS, la segunda persona de la
Trinidad, llego a la tierra hace más de dos mil años para decirnos: “Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí…Yo soy la puerta; el que
por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos…yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (Juan 14:6; 10:9,10
RV60).
Un pensamiento final,
Dios vino hacia nosotros en la persona de JESÚS. Él se hizo Hombre sin dejar de
ser Dios para llevarnos al cielo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”,
afirmó JESÚS. En realidad todo lo que sabemos y lo que conocemos de Dios es
porque JESÚS nos los enseñó, su lenguaje fue tan comprensible a los hombres y
mujeres que anduvieron en sus días como a nosotros más de dos mil años después.
¡No tenemos excusas sobre cómo encontrar a Dios!
Oración:
Amado Padre
Celestial:
Sé que tú
amas al ser humano pecador, y que enviaste a tu Hijo amado a vivir, enseñarnos
y a morir por nosotros. Gracias Padre, no merecía ser salvo, todavía no lo
merezco. Te agradezco Tu amor, Tu gracia y perdón a través de JESUS, mi Señor y
Salvador. Ayúdame a anunciar tu evangelio de la gracia por dondequiera que
vaya. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla
de hoy:
Primero asegúrate bíblicamente que
has encontrado a Dios; y entonces, puedes estar confiado de que Él, estará
contigo para siempre.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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