Francisco Aular
faular
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Lectura devocional: Apocalipsis 2:8-11
No tengas
miedo de lo que estás por sufrir. Te advierto que a algunos de ustedes el diablo los meterá en la cárcel para
ponerlos a prueba, y sufrirán persecución durante diez días. Sé fiel hasta la
muerte, y yo te daré la corona de la vida. Apocalipsis
2:10 (NVI)
Esmirna era
una iglesia leal al SEÑOR JESÚS, cultivaba una vida devocional, doctrinal y
discipular en todo lo que hacían; ellos habían aceptado el hecho de que la vida
cristiana es dura. La persecución los llevaba a la cárcel y de allí a la muerte
segura porque en vez de saludar
como los paganos: “El César es el Señor”, los hermanos de Esmirna, decían:
“JESÚS, es el SEÑOR”, en consecuencia eran despojados de sus posesiones, muchos de ellos provenían de las clases
más bajas de la sociedad, eran pobres socialmente hablando, pero ricos en el
conocimiento y la fidelidad a Dios. Algunos de aquellos miembros de la iglesia
procedían del judaísmo, la religión de sus padres, pero habían descubierto la
diferencia entre “bios” la vida humana, la vida temporal y “Zoé” la vida
espiritual, la vida eterna, la vida que bajó del cielo en JESÚS; ellos habían
experimentado dos nacimientos, pero tendrían una sola muerte, la física.
JESÚS se presenta
a la Iglesia de Esmirna como:… “El primero y el postrero, el que estuvo muerto
y vivió…” (Apocalipsis 2:8). En comparación con el hecho de que nuestra fe
descansa en un SEÑOR vivo y resucitado y esa es Su gloria, todas las demás
distinciones para el cristiano, no tienen ninguna importancia. Debido a que
Esmirna era una ciudad en la cual se efectuaban los juegos en preparación para
las olimpíadas, a los vencedores se les premiaba con una corona de laureles, en
semejanza a la “diadema”, la corona de los reyes. Pero al cristiano se le
ofrece “stéfanos”, que es la corona de gozo y la victoria que descansará sobre
su vida “Zoé” ¡Ese es el premio a la lealtad y a la fidelidad al SEÑOR! Fijése
bien, el premio no es la salvación, puesto que ésta es un regalo de Dios. Sin
embargo, la fidelidad es una marca distintiva del fruto del Espíritu Santo.
Todavía
recuerdo cuando fui por primera vez a la Iglesia Bautista Central de Caracas,
Venezuela, mi país, hace 50 años; entonces, yo era miembro de otra iglesia de
la ciudad. Un joven pasó a tocar el piano; él era un joven médico recién
graduado. Ustedes se pueden imaginar a cuantos eventos he asistido a esa
iglesia en tantos años. Todo el tiempo, me llena de gozo aquel médico, verlo
allí, al lado de su pastor como diácono de la iglesia, desde hace más de cinco
décadas. Este siervo de Dios, comparte tanto su apostolado eclesiástico como su
apostolado científico- por cierto uno de los mejores especialistas de cáncer en
Venezuela-. Me emociono verlo como hace 50 años, conjuntamente con su familia,
serle fiel al SEÑOR y a Su iglesia. ¡Eso es fidelidad al Señor y a sí mismo!
¡Eso es grande!
La vida
cristiana no consiste en empezarla bien, sino en cruzar la meta al final de
nuestros días en la tierra y ser coronado por el SEÑOR, cuando nos diga:…“Bien,
buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en
el gozo de tu Señor” (Mateo 25:21). Con toda seguridad el Señor coronará, al cristiano
nacido de nuevo, que puede mantenerse firme y avanzando a través del tiempo
como Esmirna: una iglesia fiel.
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Te alabo por Tu gracia tan inmensa al darnos ese fruto del Espíritu Santo
que es la fidelidad. Te doy gracias por permitirme construir mi vida humana,
débil, frágil y temporal, sobre la roca firme de mi fe en Ti y Tu santa
Palabra. Ayúdame Señor a gastarme en Tu servicio y nada más, que es lo único
que vale, sirviendo con gozo a mi prójimo y a Tu pueblo. Amado SEÑOR que yo
corone mi vida en esta tierra como la empecé llena de amor por Ti y Tu causa.
En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Una medida a
nuestra fidelidad a JESÚS es nuestra sensibilidad al llamado a servirle en
medio de Su pueblo.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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