Francisco Aular
faular
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Lectura
devocional: Apocalipsis 2:12-17
No obstante, tengo unas
cuantas cosas en tu contra: que toleras ahí a los que se aferran a la doctrina
de Balaam, el que enseñó a Balac a poner tropiezos a los israelitas,
incitándolos a comer alimentos sacrificados a los ídolos y a cometer
inmoralidades sexuales. Apocalipsis 2:14 (NVI)
El
diccionario nos define convicción de la manera siguiente: “Idea religiosa, ética o
política a la que se está fuertemente adherido”. (DRAE). La
iglesia de pérgamo, no estaba firme en las verdades y valores de la vida
cristiana. Los cristianos que residían en la ciudad de Pérgamo respiraban una
atmósfera tan pagana y licenciosa que Juan, la llama la “sede de Satanás”.
Ahora bien, ¿cómo puede uno vivir en un ambiente así y sostener sus
convicciones cristianas que son totalmente opuestas? ¿No será mejor acomodarse
y hacer cambios en sus convicciones para poder vivir? La respuesta que Dios le
dice a los hermanos miembros de la iglesia en esta ciudad es clara: Estamos
llamados a conquistar a las ciudades para Dios y no dejarnos conquistar por
ella, y también no retirarnos hasta lograrlo. Nuestras convicciones tienen que
ser firmes, y mostrar que los cristianos, nacidos de nuevo, somos diferentes. A
la manera de Dios, el cristiano tiene que amar al pecador pero debe rechazar al
pecado que lo domina. Se puede decir que los cristianos de Pérgamo demostraron
que era posible ser cristiano en circunstancias difíciles como aquellas. Ellos
habían sido fieles, no habían negado la fe y algunos de sus miembros habían
sido encarcelados y llevados hasta la muerte por ser testigos de JESÚS.
No
obstante haber sido fieles los hermanos de Pérgamo, dos corrientes mundanas le
estaban socavando sus convicciones: la falsa doctrina de Balaán y la de los
nicolaítas. Balaán, un profeta de Dios que estuvo dispuesto a cambiar sus
convicciones por dinero y la presión de los reyes enemigos de Israel. Los reyes
querían maldecir a Israel pero Dios tomaba la boca de Balaán y los bendecía: “Benditos los que te bendijeren, y malditos
lo que te maldijeren.” (Números
24:9, RV60) Se
atribuye a Balaán haber enseñado al pueblo de Israel que una cosa es la buena
doctrina y otra cosa nuestra conducta diaria. Ese modo de pensar no era nada
nuevo, pero se había hecho presente en la iglesia de Pérgamo. La vieja y falsa
doctrina de Balaán enseñaba que uno podía ser un buen cristiano y al mismo
tiempo practicar las mismas aberraciones de sus contemporáneos, por lo tanto se
mantenían: incitándolos
a comer alimentos sacrificados a los ídolos y a cometer inmoralidades sexuales. Igualmente, los nicolaítas se hacían sentir por su manera libertina de
corromper al cristianismo al enseñar que al ser salvo por la fe, uno puede
vivir comoquiera. La entrada de la mundanalidad en la congregación de Pérgamo
amenazaba a la iglesia a acomodar sus convicciones y perder su autoridad como
pueblo de Dios santo y apartado del mal. Ante todo esto, Dios le dice:
“Arrepiéntete” El arrepentimiento es detenernos de la ruta que hemos tomado al
alejarnos de Dios, y tomar la senda correcta.
Nicolás
Maquiavelo, estadista italiano y padre de la ciencia moderna de la política,
enseñó que “el fin justifica los medios…Haz lo que tienes que hacer para lograr
tus fines” Pero también enseñó: “Si quieres saber como es el príncipe, observa
a los ayudantes del príncipe.” De la misma forma JESÚS es nuestro Príncipe de
Paz, la gente sabrá quien es Él, si nos mantenemos firmes en nuestras
convicciones y valores cristianos.
En
el mensaje a Pérgamo el Señor dice: “Tengo
unas pocas cosas contra ti.” (Apocalipsis 2:14) ¿Hoy el Señor me diría lo
mismo a mí? ¿Existe alguna contienda entre Dios y yo? ¿Soy fiel a mis convicciones?
¿Es mi carácter ejemplar como persona de Dios? ¿Consagro cada vez más y más
cada área de mi vida al Señor? ¿No me estaré deslizando, como Lot el sobrino de
Abraham, poco a poco hacia Sodoma y Gomorra, sin darme cuenta?
Un
gran hombre de Dios oraba: “Señor: Ayúdanos a estar firmes el algo, para que no
caigamos por todo.” Nuestras convicciones no son negociables. Debemos ser
personas de principios, de valores que se muestren en todo lo que somos y
hacemos. Debemos ser personas de convicciones firmes, de carácter y de
consagración total y no como Pérgamo: la iglesia sin convicciones.
Oración:
Amantísimo
Padre Celestial:
Te
alabo por amarme y en tal forma que me has dado a comer del maná escondido de
mi comunión contigo, me has dado entrada libre al banquete final que me espera
al lado de los hombres y mujeres que murieron para que el Mensaje me llegara.
Gracias también por darme un nombre nuevo el cual sólo Tú conoces porque eres
un Dios personal. Ayúdame para que mis convicciones se mantengan firmes y constantes
creciendo siempre en ti hasta el final de mis días en esta tierra, cuando te
vea, cara a cara. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Cuando
las circunstancias minen tus convicciones párate firme sobre la Palabra de
Dios.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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