Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional Salmo 9
Te alabaré, SEÑOR, con todo mi corazón; contaré de las cosas maravillosas
que has hecho. Gracias a ti, estaré lleno de alegría; cantaré alabanzas a tu
nombre, oh Altísimo. Salmo 9:1,2 (NTV)
Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque eres mi Padre santo y fiel, así me lo
enseñó tu amado Hijo JESÚS: “Padre nuestro que estás en los
cielos, santificado sea tu nombre” (Mateo 6:9) Soy tu hijo porque desde antes
de la fundación del mundo, me escogiste con un propósito eterno y cuento con tu
bendición en “los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3.4) Me abriste la
puerta de tu casa y me hiciste miembro de tu familia: “Yo por la abundancia de
tu misericordia entraré en tu casa” (Salmo 5:7) ¿Qué ha hecho posible tanta
bendición y privilegio? No son las virtudes humanas que yo posea, no han sido
tampoco mis buenas acciones que pude haber hecho. Lo que ha abierto la puerta
de tu casa para mí ha sido tu misericordia, tu fidelidad, tu gracia y tu amor.
Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque tu fidelidad y no la mía, hace que tu misericordia
no tenga ni una sombra de duda, sabes quien soy, de donde vine y a
donde voy, porque soy creación tuya: “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me
hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas
son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien” (Salmo 139:13,14
RV60) Yo nací, desperté y allí estabas sonriendo porque al fin yo había
llegado. ¡Ese eres tú mi amado SEÑOR! Ningún ser humano es un accidente. Tu
amor por el ser humano es firme y duradero: “En esto consiste el amor
verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a
nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.” (1
Juan 4:10 NTV)
Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque tu compasión y bondad nunca fallan y eres
inmutable. No cambias nunca. Eres el mismo ayer, hoy y por los
siglos de los siglos. Tu amor es firme y continuo; no se ve afectado por mis
emociones. Ese amor es la expresión firme de quien eres: “Dios es amor” (1 Juan
4:8 RV60), el amor tuyo hacia mí, no es fruto de un premio a mi buena conducta.
Tu amor SEÑOR en sencillamente maravilloso; es lamentable que yo ha sido tan
lento para responder a tu gran amor; y maravillado estoy que nunca voltearás tu
rostro para no verme, porque me amas y me amas mucho que yo a ti, nunca me
podré esconder de tu amor: “Oh SEÑOR, has examinado mi corazón y sabes todo
acerca de mí. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis
pensamientos aun cuando me encuentro lejos. Me ves cuando viajo y cuando descanso
en casa. Sabes todo lo que hago. Sabes lo que voy a decir incluso antes
de que lo diga, SEÑOR. Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de
bendición sobre mi cabeza. Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para
mí, ¡es tan elevado que no puedo entenderlo!” (Salmo 139:1-6 NTV)
Hoy mi alma te alaba SEÑOR y reconozco que a pesar de los cambios de las
estaciones del año, aunque yo cambie y cambie mis vestiduras. Tú permaneces
fiel. Sin embargo, tú quieres que yo ame como tú amas, que
perdone a mis enemigos como tú lo haces, que sea santo como tú eres, que sea un
ser humano de paz como tú la das. ¿Oh SEÑOR cómo puedo lograr todo ello para tu
honra y gloria? Ese amor tuyo solamente puede hacerse realidad en mí,
únicamente a través de JESÚS. Ese fue el amor que lo trajo del cielo a la
tierra; ese amor lo llevó a la cruz en mi lugar (Juan 3:16)
Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque sé que las puertas del cielo están
abiertas. Tú me invita a acercarme y ser parte de tu familia: “Así
que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros.
Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la
familia de Dios.” (Efesios 2:19 NTV) JESÚS mismo me lo repite continuamente:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20 RV60) ¡Dios no
cambia y es fiel, su invitación es para una acción inmediata! Dejémosle entrar
con humildad y arrepentimiento por nuestros pecados, a nuestro corazón, haz una
sincera oración con tus propias palabras y en su misericordia y fidelidad,
JESÚS te oirá. Él ya pagó el precio para hacerte miembro de Su familia. Los
brazos de Dios te esperan.
Oración:
Amado Padre Celestial:
¡Gracias Señor por tu presencia en mi diario vivir! Hoy mi alma te alaba
SEÑOR y reconozco que a pesar de los cambios de las estaciones del año, aunque
yo cambie y cambie mis vestiduras, Tú permaneces fiel. Ayúdame a proclamar tu
amor, tu fe, y tu esperanza en medio de un mundo en crisis. En el nombre de
JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La acción de
gracias es una experiencia del espíritu y del alma.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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