Francisco Aular
Lectura
devocional: Marcos 9:14-29
—¿Cómo que “si puedo”? —preguntó Jesús—. Todo es posible si uno cree.
Al instante el padre clamó:—¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad! Marcos 9:23,24.
Un niño muy listo escuchó un sermón en cuanto a
“la fe que mueve montañas”; camino a casa, hizo una resolución, “yo seré famoso
porque tendré una fe que mueva montañas”; además de esto se puso a escuchar
por la radio y ver programas de televisión por distintos predicadores y énfasis
denominacionales, muy diversos; así que cuando creyó estar listo se puso a
ensayar, había una montaña frente a su cuarto que le impedía ver mejor el
paisaje y también le impedía jugar con sus amiguitos; así que se concentró e
hizo una oración muy formal y ceremonioso, y concluyó la oración: “Si es tu
voluntad, amén.” Abrió sus ojos, y todavía la montaña estaba allí. Bueno, ahora
apeló a otra manera, hizo una oración de poder en la palabra, larga y con muchos
movimientos de un lado a otro, al final todo sudado, exclamó: “¡Declaro que esa
montaña sea echada fuera, en este momento!” Emocionado estaba por ver el
resultado de su fe. Poco a poco abrió sus ojos, y la montaña, ¡estaba allí!...
Entonces, el muchacho dijo: “¡Yo sabía que no funcionaría!”... Una cosa es
creer y otro asunto muy diferente es mostrar lo que creemos por los hechos.
Los apóstoles del Señor JESÚS, todavía infantiles
en su fe, se les presentó una oportunidad de practicar lo aprendido de su Señor,
uno por uno intentaron sacar un demonio de un muchacho, y fracasaron en los
resultados. Entonces, el padre del chico, sin duda desilusionado, se acercó a
JESÚS: “Ten misericordia de nosotros y ayúdanos si puedes.” Y JESÚS, le
respondió: “¿Cómo que “si puedo”? Con ello, el Señor le hizo entender a aquel
hombre y también a nosotros quien es Él; si el apóstol Pablo, hubiera estado
por allí en ese momento, le hubiera dicho: “Él es la imagen del
Dios invisible,
el primogénito de toda
creación, porque por medio de él
fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e
invisibles,
sean tronos, poderes,
principados o autoridades:
todo ha sido creado por medio de él y para él. Él es anterior a todas las cosas,
que por medio de él forman un todo coherente. Él es la cabeza del cuerpo,
que es la iglesia. Él es el principio,
el primogénito de la resurrección,
para ser en todo el primero. Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo todas las
cosas,
tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo,
haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.” (Colosenses 1:15-20. NVI).
Ciertamente, JESÚS es
el especialista en hacer cosas imposibles. Por eso, la respuesta de aquel
hombre es digna de nuestra admiración. Al momento se dio cuenta que necesitaba,
él mismo, confiar completamente en JESÚS y dice: “¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!” Y en pocos minutos, ocurrió el milagro: “Entonces el espíritu gritó, dio otra convulsión
violenta al muchacho y salió de él. El muchacho quedó como muerto. Un murmullo
recorrió la multitud: «Está muerto», decía la gente. Pero Jesús lo tomó de la
mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie. (Marcos 9:26,27. NTV). El
demonio lanzó al chico al suelo, pero JESÚS, lo levantó. ¡Eso es lo que hace el
Señor cada vez que un pecador se arrepiente, lo libera de las ataduras del
maligno, y lo hace libre en su andar con Dios! Esto debería servirnos de
lección, ¡Dios no tumba a nadie, Dios nos levanta!
Pues bien, “todo es posible si uno cree”, dijo
JESÚS. ¡Qué gran declaración de fe, esperanza y amor hacia nosotros los que
hemos depositado nuestra confianza en Él para salvación! ¡El Dios de lo
imposibles nos acompaña y nos desafía a creerle a Él! ¡Nada nos ocurre sin que
Él lo sepa y lo permita! Vano es preocuparnos y centrarnos en nosotros cuando
pasamos por los problemas de la vida; tampoco nos dice que todo es posible para
los que hacen solamente esfuerzos humanos para resolverlas. No. Fíjese bien lo
que el Señor dijo: “Todo es
posible si uno cree.” Aunque aun los mismos apóstoles habían fracasado en sus
intentos por solucionar el problema de esta familia; pero la historia termina
feliz, cuando JESÚS, entra en la escena.
Ahora bien ¿cuál es tu situación imposible? ¿Una
enfermedad que te está consumiendo? ¿Tu matrimonio que está a punto de
romperse? ¿Un desilusión con tu pareja, hijos, tu jefe, la iglesia? ¿Quizás
tenga que ver con tu trabajo o tu carrera, o tal vez tus estudios? ¿Una
situación financiera desesperante? ¿Un mal hábito que no puedes vencer? ¿Tienes
algún río que cruzar o una montaña que escalar? ¡Por favor quita tus propios
esfuerzos de allí! Deja al Señor actuar. Pídele al Padre, con una fe creciente,
ejercítala y dale ese control absoluto a Dios y Él hará! ¿Puedes creer en lo increíble?
Oración:
Amado Padre eterno:
Señor creo en ti. Le creo a tu Palabra. Creo
en tu poder, en tu gracia y en tu amor. Creo en ti por todo lo que me rodea,
pero especialmente, el tesoro de tu salvación que vive en mí por el poder del
Espíritu Santo. ¡Gracias, Padre mío por que siento que hoy mi alma se eleva en
las alas de tu esperanza y de tu amor! En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Hoy el Señor va conmigo, y aprovecho Su compañía para derribar lo
imposible.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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