Francisco Aular
Lectura
devocional: Mateo 4:1-11
Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo
sometiera a tentación. Mateo 4:1 (NVI)
Hace dos mil años hubo un encuentro cuerpo a
cuerpo entre dos Campeones. Entre JESÚS y Satanás. En una esquina estaba el
Campeón conocido como el León de Judá y la Raíz de David; en la otra esquina
está el Campeón alias el Engañador, Satanás, el Diablo; desde que se revelo
contra Dios en la eternidad pasada y fue echado del cielo, nunca había perdido
una pelea, era el Campeón Mundial indiscutible, en este mundo. Había vencido a
grandes campeones en el escenario humano, entre otros: El rey David, el sabio
Salomón, y el forzudo Sansón. Contra él no vale el poder, la sabiduría ni la
fuerza humanos. Como escribió Martín Lutero en su himno “Castillo fuerte es
nuestro Dos”:
Con furia y con afán
Acósanos Satán:
Por armas deja ver
Astucia y gran poder;
Cual él no hay en la
tierra.
En efecto, Adán, -perdió con él, en pelea en
donde astutamente lo engañó-. Entonces Adán, también perdió el derecho a ser el
administrador de este mundo y sus habitantes, y por ello, todo ser humano que
nace en este mundo, que es territorio y dominio del diablo, nace ya como
esclavo del maligno, porque nace “en la corriente de este mundo”.
Ahora bien ¿Cuál era la apuesta que estaba en
juego allí en aquel desierto? Estaba en juego la salvación eterna del ser
humano. La salvación eterna suya y la mía. Para que ganar el derecho de que
nosotros seamos llamados hijos de Dios, alguien tenía que rescatarnos. En
efecto, JESÚS el Hijo de Dios, se
había encarnado para venir a destruir el dominio de Satanás, sobre el ser humano
pecador. En el plano divino, Satanás no es igual a Dios, no es igual a JESÚS.
¡Satanás es poderoso pero Dios es Todopoderoso! Pero en el plano de lo humano,
JESÚS es el hijo del hombre, es ciento por ciento humano. Satanás tenía la
oportunidad de vencer a JESÚS-hombre y seguir reinando en este mundo. Satanás
que no es omnisciente pero que sabe mucho por viejo haciendo el mismo trabajo,
tal vez había pensado, “ A ese tal JESÚS, lo derrotaré, lo sacaré de la escena
como a los demás para siempre”…¡En ese plano humano necesitábamos que JESÚS,
enfrentara al Diablo, cuerpo a cuerpo y lo venciera!. Así ocurrió. ¡JESÚS
venció al Diablo en aquel desierto de Judea! Hoy nosotros, confiando únicamente
en JESÚS como nuestro suficiente Señor y Salvador, “¡somos más que
vencedores!”… (Romanos 8:37).
Sin embargo, en el pasaje paralelo de Lucas, nos
dice: “Así que el diablo, habiendo agotado todo recurso de tentación, lo dejó
hasta otra oportunidad.” (Lucas 4:13 NVI)
Ciertamente, los Evangelios nos dicen que Satanás
no dejó de tentar a JESÚS; es más pensó que él lo había vencido al llevarlo
hasta la cruz del Calvario, me lo imagino frotándose las manos, haciendo alarde de cómo había movido a
los sistemas humanos,-los cuáles él maneja a su antojo-:La religión, el
gobierno y la política. Ellos condenaron a JESÚS a la muerte. Pero Dios tenía
en mente su plan eterno para rescatarnos, y eso incluía la muerte voluntaria de
JESÚS, el Señor lo sabía y por eso, en la tentación de librarse de la cruz en
Getsemaní, dijo: “Padre, si quieres, no me hagas beber este trago
amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya.” (Lucas 22:42 NVI) Sí,
JESÚS, nació, vivió, murió y fue sepultado. ¡Pero al tercer día resucitó! Eso
quiere decir que ¡JESÚS es el Vencedor! Con su sangre nos da el perdón de
pecados, pero con Su Resurrección, nos hace a nosotros, vencedores con él para
siempre. Allí cabe un ¡Aleluya de todo corazón!
Unos pocos años después, el Aposto Pablo,
hablando de este tema, recogió la letra de un himno muy antiguo, hagámoslo nuestro
también y cantémoslo:
Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre,
se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta
la muerte,
¡y muerte de cruz! Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:8-11 NVI)
Hoy no andes cabizbajo, el cristianismo no es una
fe para cobardes sino para valientes; allí en donde estás, asume tu posición de
¡más que vencedor!; no hagas en vano la muerte y la resurrección de JESÚS, ni
el triunfo de la Iglesia del Señor a través de los siglos y de hoy, la pelea
entre JESÚS y Satanás, ¡ya está ganada! ¡Disfrútala!
Oración:
Amado Padre eterno:
Auxíliame, Señor, en mis horas de tentación.
Enséñame que soy mas que vencedor. Dame la seguridad que el maligno no me podrá
tocar ni a mi ni a los míos porque tú eres mi castillo fuerte, mi refugio
seguro. A tu gracia y poder me encomiendo. Haz que brille para ti en medio de
las circunstancias por las cuales estoy pasando. En el nombre de Jesús. Amén.
Perla de hoy:
La pelea entre JESÚS y Satanás ya fue ganada. Soy más que vencedor.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios