Francisco
Aular
Lectura
devocional: Santiago 4:13-17
Presten atención, ustedes que dicen: “Hoy o mañana iremos a tal o cual
ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero”. ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana?(…) Lo que deberían decir es: Si el Señor quiere, viviremos
y haremos esto o aquello”. Santiago 4:13-15 (NTV)
Terminé de predicar
sobre este texto en una iglesia rural de mi país y salí muy acalorado al patio
del templo para tomar un poco de aire fresco; entonces, una hermana campesina,
se me acercó y me dijo: “Estoy muy de acuerdo en que uno debe decir, “¡si el
Señor quiere!” Pero mi esposo no es cristiano. Y a veces, se burla de lo que yo
le digo…” -Mostrándome muy interesado en lo que me estaba compartiendo-,le
pregunté “¿a ver cómo es eso?”, la buena mujer continúo su relato sobre su
marido inconverso: “¡Por ejemplo
ayer nada más, él estaba preparando al burro para salir, y decía con arrogancia
para que yo lo oyera: “¡Ahora mismo me voy al pueblo con este burro bien
cargado, vendo esta carga, y me compro esto y aquello, y regreso todavía con
buen dinero en mi bolsillo!…”Allí, lo interrumpí y le dije: ¡Mi amor, diga si
el Señor quiere!”… “¿Sabe que me respondió el muy atrevido?”…¡Si el Señor
quiere y sino también, porque el burro es mío!”...
Pues bien, contrario a
lo que alguien pueda ver en los versículos de hoy. El apóstol Santiago, no es
enemigo para que planifiquemos y nos fijemos metas. ¡Hacer planes tiene que ser
parte del vivir una buena mayordomía de nuestro ser! Pero ser unos arrogantes y
presuntuosos, al pensar que podemos hacer planes sin contar con la ayuda de
Dios, es vano. En realidad, los seres humanos somos débiles y frágiles: “¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana?”.
Desde hace 50 años pertenezco a una denominación cristiana de gran empuje
misionero mundial; aquí la planificación estratégica de lo que hacemos como
iglesia y denominación, conjuntamente con el pago de impuesto al estado, nos
acompañan como nuestros compañeros de viaje como buenos ciudadanos tanto de la tierra como del cielo.
El ser humano es
creación de Dios y está dotado para que pueda admirar, respetar y alabar la
Soberanía de su Creador, nada más al contemplar lo creado-incluyendo al ser
humano-. El salmista David, nos da muy buenas razones para poner a Dios primero
en nuestros planes, en su famosísimo Salmo 8:
Señor, soberano nuestro,
¡tu nombre domina en toda la tierra!,
¡tu
gloria se extiende más allá del cielo! Con la alabanza de los pequeños,
de los niñitos de pecho,
has
construido una fortaleza
por causa de tus enemigos,
para acabar con rebeldes y
adversarios. Cuando veo el cielo que tú mismo hiciste,
y la luna y las estrellas
que pusiste en él, pienso:
¿Qué es el hombre?
¿Qué es el ser humano?
¿Por qué lo
recuerdas y te preocupas por él? Pues lo hiciste casi como un dios,
lo rodeaste de honor y dignidad, le diste autoridad sobre tus obras,
lo pusiste por encima de todo: sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes, sobre las aves que vuelan por el cielo,
sobre los peces que viven en
el mar,
¡sobre todo lo que hay en el mar! Señor, soberano nuestro,
¡tu nombre domina en toda la tierra! (Salmo
8:1-8 DHH) ¡Dios hizo planes para nosotros los seres humanos aún antes de la
creación del mundo! ¡Él es Soberano puede hacer lo que Él quiera, cuando quiera
y con la persona que Él quiera!
Este hermoso poema del rey David debiera ser
suficiente para que al hacer planes, metas y en la toma de decisiones, decir:
“¡Si el Señor quiere!”.
Oración:
Padre eterno:
Estoy finalizando este año y gracias por tu compañía. Al hacer planes
para mi futuro y de los que me rodean, no quiero que bendigas esos planes que
hemos hecho juntos, sino a mi persona que tu has enviado para llevarlos a cabo.
¡No quiero apartarme de tu comunión en la oración y de tu guía por la Palabra
tuya, y en medio de las circunstancias que me esperan, sin yo saberlo. Dame
sabiduría, fuerza y valor para aferrarme a tu dirección y no soltar tu mano
hasta la eternidad contigo. Todo esto lo haré, si tú quieres. En el nombre de
JESÙS. Amén.
Perla de hoy:
Dios
nos ha invitado a ser parte du Su plan. Invitémoslo a los nuestros.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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