Francisco Aular
Lectura
devocional Hebreos 2:5-18
No obstante, lo que sí vemos es a Jesús, a quien se le dio una posición
«un poco menor que los ángeles»; y debido a que sufrió la muerte por nosotros,
ahora está «coronado de gloria y honor». Efectivamente, por la gracia de Dios,
Jesús conoció la muerte por todos. Hebreos 2:9 (NTV)
Era viernes,
22 de noviembre de 1963, hace exactamente 50 años, hubo una muerte que cambió
practicamente la situación de Estados Unidos y el mundo. ¿En dónde estaba yo en
ese momento? Mi compañero de trabajo, Orestes Martín Ramos y yo, estabamos
saliendo del Restaurante Splendor, el
cual quedaba justamente enfrente del estudio fotográfico Luz y Sombra, en donde
trabajábamos, entre las esquinas de Reducto a Municipal, frente a las Torres de
El Silencio. El restaurante estaba
lleno ese día, y tenían un aparato de televisión en blanco y negro, estrategicamente
ubicado a la vista de los comensales.
Serían como las 12 y 45 minutos; la gente estaba viendo el Show de
Victor Saume por Radio Caracas Televisión. Entonces, escuchamos la conocida música
de una noticia importante… Martín me preguntó ¿qué pasará?, nos regresamos, lo
primero que oímos fue un rumor como de una queja colectiva que se convirtió en
grito: “¡Asesinaron al Presidente John Kennedy!” Por aquellos años, los Kennedy
habían ido a Venezuela,–John y su esposa Jackie en sus intentos de hablar
español, se habían ganado el cariño de los venezolanos, en su visita a
Venezuela inaugurando su proyecto Alianza para el Progreso-. Entre esos
afectos, el mío. Ahora aquel hombre había sido vilmente asesinado en su propio
país. Ahora bien, aquella mañana de este fatídico día, el Presidente Kennedy,
había abandonado la Casa Blanca y el avión presidecial lo llevó a Dallas,
Texas. Pienso que si el Presidente John F. Kennedy, hubiera sabido de antemano
que sería asesinado y que la muerte lo estaba esperando en la ciudad de Dallas
en Texas, en aquel día, él nunca hubiera ido.
Sin
embargo, la muerte de JESÚS, se había anunciado, se había profetizado y Él, sí
sabía de antemano que la muerte, y la forma de su muerte le esperaban “Cuando se cumplió el tiempo en que él había de
ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén” (Lucas 9:51 RV60)
igualmente, en Su agonía en Getsemaní exclamó sabiendo que estaba en el punto
de no retorno en el plan eterno de la salvación para el ser humano: “Padre, si
quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”
(Lucas 22:42) Sí, la cruz de JESÚS, fue una muerte anunciada ¡aún antes de la
fundación del mundo!: “Hace mucho tiempo, antes de que formara al mundo, Dios
nos escogió para que fuésemos suyos a través de lo que Cristo haría por
nosotros; y resolvió hacernos santos, intachables, por lo que hoy nos
encontramos revestidos de amor ante su presencia. Su inmutable plan fue siempre
adoptarnos en su familia enviando a Cristo para que muriera por nosotros, y esto
lo hizo voluntariamente en todo sentido” (Efesios 1:4-5 Lo más importante es el
amor) Los especialistas bíblicos nos dicen que más de trescientas profecías del
Antiguo Testamento, se cumplen en JESÚS en toda Su vida, pasión y muerte.
Mientras escribo esto, tengo delante de mí, en mi Biblia personal subrayada 29
profecías que hablan de la traición, muerte, sepultura de nuestro Señor
Jesucristo, fueron pronunciadas en diferentes oportunidades por muy diferentes
voces y escritores durante los cinco siglos 1000-500 A.C., y ¡asombrosamente,
todas ellas fueron cumplidas literalmente en JESÚS en un período de
veinticuatro horas de duración! Esto nos revela que JESÚS es quien dijo ser: “Y
les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que
era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44 RV60)
Frente a la imposibilidad de que algo así
ocurriera con cualquier ser humano, tenemos delante de nosotros -según el escritor
inglés C.S Lewis-, un trilema planteado
ante la pregunta ¿Quién es JESÚS?: ¿Señor, mentiroso o lunático? Y
concluye así: “Un hombre que fuera solamente un hombre y dijese las cosas que
JESÚS dijo, no sería un gran maestro de moral. Podría ser un lunático con
delirios de grandeza, o bien podría ser el mismo diablo del infierno. Le
corresponde a usted decidir. Si este hombre fue, y es, el Hijo de Dios; o si es
un demente; usted puede tacharlo de demonio, o puede caer a sus pies y llamarlo
Señor y Dios. Pero no venga con un aire de superioridad a decir que JESÚS fue
un gran maestro de moral. Él no nos ha dejado esa alternativa”… ¿Qué
responderás? No tome en vano a JESÚS porque Su muerte cambió al mundo.
Oración:
Padre eterno:
Sí, me doy cuenta que JESÚS es quien dijo ser mi
Señor y Salvador. Y por eso, gracias a las profecías que anunciaban la muerte
de JESÚS por mí, me inclino ante Él y lo adoro con profunda reverencia. Ayúdame
a proclamar a tu Hijo como el único camino hacia ti. En el Nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La tarea de JESÚS fue morir
para salvarnos, la nuestra aceptarlo como el Señor y Salvador de nuestrras
vidas.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio
de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual
pueda aferrarme?
¿Existe una lección por
aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por
obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento
para llevarlo conmigo?
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