Francisco Aular
Dios los ha unido
a ustedes con Cristo, y gracias a esa unión ahora son sabios; Dios los ha
aceptado como parte del pueblo de Dios, y han recibido la vida eterna. 1 Corintios 1:30 (La Biblia en
lenguaje actual)
A alguien le preguntaron cómo se sentía
y respondió: “Me siento como una mosca mareada en un mundo que va a cien mil
revoluciones por segundos”. Sentirse insignificante, y por ello, intentar ser
alguien en esta vida es el motivo que impulsa a muchos seres humanos a la fama,
a la riqueza, al poder político, a la ciencia y a muchas otras actividades.
Pero Dios, en su infinita sabiduría, solo tiene una respuesta para los que se sienten
insignificantes, JESÚS. En efecto, JESÚS quiere ser nuestro Señor y Salvador,
como lo dice una versión bíblica: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús,
el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención”
(1 Corintios 1:30; RV60).
¿Cómo se siente una persona que ha
encontrado vida en JESÚS? Lo diré por medio de una joven que conoció el Evangelio,
ella era una excelente estudiante universitaria, los jóvenes evangelizadores
llegaron a ella y le presentaron el mensaje de salvación en JESÚS, resultó que
la joven universitaria era dirigente de un partido político dentro de la
universidad, y eso se notaba al verla y hablar con ella, la universidad estaba
cerrada por las vacaciones, así que animé a los muchachos a que se invirtieran
en ella, así lo hicieron. La joven se dispuso a ser discipulada, tenía una gran
fe y sed de la Palabra de Dios. Terminó el verano. Comenzaron las actividades en
la universidad, y ese primer día, aquella joven llena de valor y fe, reunió a
su círculo universitario político y le dijo: “¡Me he encontrado con JESÚS, y en
Él lo tengo todo!”. Eso fue lo mismo que apóstol Pablo expresó: Dios los ha unido a ustedes con Cristo, y
gracias a esa unión ahora son sabios. ¡Dios nos ha unido a nosotros, los
seres humanos nacidos de nuevo, con Cristo! Ahora somos “nuevas criaturas” (2
Corintios 5:17). ¡En JESÚS lo tenemos todo! Esta comunión con JESÚS se da en
áreas diferentes: Comunión con Cristo, con otros en Él, y con otros que no lo
tienen a Él porque no lo han conocido todavía.
¿Cuáles son los beneficios de nuestra
unión con JESÚS? Puedo amar como JESÚS ama; puedo perdonar como JESÚS perdona;
puedo evangelizar porque el amor de JESÚS, quien vino “a buscar y salvar lo que
se había perdido”, habita en mí; mi vida ha sido intercambiada por la vida de
JESÚS, yo le entregué mi vida llena de derrotas, y Él me dio su preciosa vida
llena de victoria, le entregué mis miedos y Él me dio valor, le entregué mi
tristeza y el me llenó de gozo, le entregué mis ideas en cuanto a servirle a
Dios cuando me esforzaba en trabajar “para Dios”, ahora dejo que Él trabaje por
medio de mí; le entregué lo temporal y Él me dio lo eterno, le entregué mis
complejos por no haber nacido en cuna de oro, y Él puso en mi corazón este
desafío: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13); le
entregué el orgullo de mis logros en esta vida, y Él puso en mí este sentir: “Por
lo tanto, como dice la Biblia, si alguien quiere sentirse orgulloso de algo,
que se sienta orgulloso de Jesucristo, el Señor” (1 Corintios 1:31; LBLA).
Ahora entiendo al apóstol Pablo cuando
dijo “con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo
en mí” (Gálatas 2:20; RV60). Ahora también puedo cantar como el salmista: “Tú cambiaste mi tristeza y la
convertiste en baile. Me quitaste la ropa de luto y me pusiste ropa de fiesta,
para que te cante himnos y alabe tu poder. Mi Señor y Dios, no puedo quedarme
callado; por eso siempre te alabaré” (Salmo 30:11,12; la Biblia en lenguaje
actual). Por esto y mucho más, ¡estoy completo en JESÚS!
Oración:
Padre eterno: ¡Te
alabo nuevamente en esta hora, en mi tiempo de comunión contigo! Señor, que yo
pueda decirle al mundo que Tú eres la única razón para vivir. En el nombre de
JESÚS. Amén.
Perla de
hoy:
Hoy puedes decir
frente a las dificultades que yo no puedo, pero, sí reconocer que JESÚS, quien
vive en mí, ¡sí puede!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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