Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Mateo 28:16-20
Ustedes vayan y hagan más discípulos míos en todos los
países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado.
Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo. Mateo 28:19-20 (LBLA)
¡Mi Comandante Nazareno, pido permiso para hablar con Usted!
¡Amado JESÚS!, mi Comandante
Nazareno, hoy me presento delante de usted, como hace 55 años, en aquella tarde
de un jueves santo en que lo conocí. Yo era entonces un jovencito de 17 años
atraído por la vanidad de la vida, pero a través de su Santa Palabra usted me dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Le obedecí, y aquella inolvidable
tarde usted me aceptó como Su hijo (Juan 1:12). Recuedo que usted me dijo: “Si ustedes
les dicen a otros que son mis seguidores, yo le diré a mi Padre que está en el
cielo, que sí lo son. Pero si ustedes dicen a la gente que no
son mis seguidores, yo también le diré a mi Padre que no lo son” (Mateo
10:32-33 LBLA).
Pues bien,
¿sabe mi Comandante que desde ese día usted me hizo parte de uu ejército, y me
enlisté con el grado de soldado raso? Allí sigo. Mi dedicación a usted y la
proclamación de sus verdades es total. ¡No me avergüenzo de ser un apasionado
por usted y su glorioso evangelio desde aquella tarde! Mi único propósito en la
vida es vivir para la gloria suya y de nadie más.
Usted entonces,
me comisionó para que en su Nombre fuese por varios países de la tierra. Le
obedecí. Usted mi Comandante, ha viajado conmigo; su influencia la he hecho
sentir en muchas partes, he puesto mi granito de arena en la extensión de su
reino; hoy más de una tercera parte de la población mundial profesa seguirlo;
hoy más de cien mil personas llegan ante usted diariamente confesándolo como
SEÑOR y SALVADOR, ¡eso es grande!; hoy sus Palabras traen consuelo a millones
de hombres, mujeres y niños en todo el mundo; hoy sus milagros y sus hechos
corren de boca en boca y de corazón a corazón; hoy sus enseñanzas y su ejemplo
de amor y perdón son las armas pacíficas que sus soldados levantamos en su
Nombre; todavía recuerdo cuando en 1961 los Beatles dijeron que ellos eran mas
famosos que usted, sin embargo, la juventud de hoy va en pos de otros artistas
y ya los olvidaron, pero usted sigue cautivando las vidas y corazones de
millones de jóvenes; los poetas, compositores y cantantes, se inspiran en usted
y salen a la conquista de las multitudes en su Nombre; hoy los enfermos y los
desechados por la medicina acuden a usted en oración, y usted en su soberanía, los
sana. ¡Bendito sea usted por los siglos de los siglos!
Por otra
parte, mi amado JESÚS, mi Comandante Nazareno, vengo a decirle que ya no soy un
muchacho de 17 años, yo he cambiado de aspecto, pero usted, hoy como ayer,
sigue siendo el mismo. Le pido un favor, aquí le traigo el arado que usted me
dio aquel día, está oxidado por mi sudor y mis lágrimas, vengo a pedirle que me
lo renueve; porque sigo como soldado suyo en su ejército mundial; mientras
usted no venga por los suyos para llevarlos al cielo o me prolongue la vida, me
quedan muchos países por recorrer, millones por evangelizar, muchas personas
por bautizar y muchísimos otros para enseñarlos a obedecer a usted como nuestro
Comandante Nazareno; sí, lo sé, usted lo dijo y me lo ha demostrado en estas
cinco décadas en su ejército: ¡Usted va conmigo, no voy solo! ¡Usted es real y
estoy convencido de que es la única esperanza para este mundo convulsionado!
¡Mi
Comandante, pido permiso para retirarme, voy al cumplimento de Su Gran Comisión
en este día! ¡Bendito sea usted mi amado Comandante JESÚS Nazareno!
Oración:
Amantísimo Padre Celestial: Gracias por enviar a tu Hijo para rescatarnos,
comprarnos un lugar en el cielo; como nuestro pariente redentor y además, ser
quien intercede por nosotros delante de ti. Dame fuerzas para seguir siendo un
soldado de su ejército mundial. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Servirle a
JESÚS no es opcional, o Él es nuestro único y suficiente Comandante y Señor, o
seguimos a otro.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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