viernes, 22 de junio de 2018

¡Buenos días belleza!

Francisco Aular
perladelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmo 118:15-29
Este es el día que el SEÑOR ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él. Salmo 118:24 (LBLA)

¡Este es el día que hizo nuestro Dios! Es nuestro. Nadie no los podrá quitar. Solamente nosotros tenemos la clave para hacerlo grande o pequeño.

Hoy nos empinaremos sobre nuestras imposibilidades, y con la ayuda de nuestro Dios seremos lo que Él planeó para nosotros antes de que el mundo fuese. Somos parte del plan eterno de Dios para el universo, y por eso, no somos poca cosa.

Hoy diré a los pensamientos de derrota: ¡Se equivocaron conmigo!, porque al ser un hijo de Dios tengo todo lo que la vida me puede dar.

Hoy los pensamientos de culpabilidad por los momentos perdidos, y otras cosas que mi fragilidad humana permitió serán crucificados y exhibidos por JESÚS en la cruz como hace dos mil años. Respiraré profundo, confesaré mis pecados, y me asiré de su perdón, amor y gracia.

Hoy no me sentiré solo porque la presencia de JESÚS va conmigo, como Él lo prometió. Este cuerpo por débil que me parezca es una catedral donde mora todo el poder de Dios; ¡el mismo poder que levantó a JESÚS de la tumba!

Hoy la paz de Dios que sobrepasa todo pensamiento, gobernará mi mente, mi voluntad y mis emociones, nada me perturbará. Nada ni nadie me distraerá de mis responsabilidades y privilegios, haré lo mejor que pueda para la honra y gloria de mi Señor y Salvador JESÚS.

Hoy aprenderé a contentarme cualquiera sean mis circunstancias. Aprenderé a ser feliz, porque la felicidad es gozarse por lo que se tiene. Tengo en mí lo único que debo poseer como ser humano: la vida que viene del cielo y que me acompañará para siempre. ¡JESÚS es la vida eterna, teniéndolo a Él lo tengo todo!

Hoy mis pensamientos, mis actitudes y mis acciones estarán basados en la honestidad, la justicia, la pureza y todo lo que sea de buen nombre; desecharé  todo lo demás por inútil.

Hoy ratifico mis dos resoluciones para esta vida humana: Primera: Viviré para la gloria de Dios. Segunda: Aunque otros no lo hagan, yo lo haré.

Hoy viviré dándolo gracias a Dios por todo. No dejaré que mi corazón se llene de críticas sin presentar soluciones. No dejaré que un recuerdo me haga su prisionero.

Hoy seré como el sándalo que perfuma el hacha que lo hiere. Buscaré el perdón de quienes he ofendido. Borraré con el perdón las ofensas de quienes me han ofendido. Los verdugos de la enemistad no podrán hacerme daño.

Hoy seré libre, cabalgaré con todo lo que soy y tengo sobre el caballo blanco de la victoria. Pondré alas a mi esperanza y volaré. Seré más de Él, y menos de mí mismo.

Hoy le diré al Señor, gracias por hacerme libre para ser tu siervo. Ser discípulo de JESÚS es humillarse bajo su poderosa mano.

Hoy le diré a la vida: ¡Buenos días belleza!

Oración:
Padre eterno:
DIOS TODOPODEROSO:
Hoy entro a tu presencia por la puerta de mi gratitud. Gracias, oh Dios, por esta vida temporal y la vida eterna a través de JESÚS. Gracias por los dones y habilidades los cuales te rindo en obediencia. Gracias porque has puesto en mi ser el no depender del éxito o  de las circunstancias para ser feliz. Contigo lo tengo todo, y por eso no me canso de  alabarte y bendecir tu nombre. Te doy gracias por lo que me das, y si nada me das, también te doy gracias. Gracias por la perla de gran precio de la salvación, por enviar a tu Hijo amado para comprármela y regalármela por su muerte y resurrección. Él no murió en vano, porque no tendré en poco una salvación tan grande. ¡Bendito y alabado seas! En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Hoy le diré a la vida: ¡Buenos días belleza!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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