miércoles, 19 de abril de 2017

Entre la soledad y la esperanza

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Salmo 71:1-9      
No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabe no me desampares. Salmo 71:9 (RV60)

Estoy en mi oficina; escribo y escribo emocionado la última parte de mi próximo libro. Pongo una idea, la estudio, la dejo o la borro. Empiezo de nuevo. Hoy estoy decidido a terminar con ese libro de una vez por todas, antes de mi cumpleaños que se aproxima. Y hasta… cosa rara en mí, cancelé mi almuerzo y me quedo trabajando, no debo perder ni un minuto, la editora me ha dado un plazo y debo cumplirlo. En eso, suena el teléfono, no lucho por contestarlo o no, porque hasta mi familia sabe que siempre respondo a cualquier llamada y a cualquier hora. Atiendo, al otro lado de la línea habla una mujer, en inglés. Me pregunta que si es la Iglesia Bautista Emanuel de Toronto, le digo que sí, “por favor -me dice-, ¡quiero hablar con el pastor!”, -pienso que esa será mi oportunidad para decirle que soy el pastor de la iglesia hispana y que no hablo bien el inglés como para darle consejería-, pero ella no me suelta: “Pastor, ¿qué cree usted sobre la salvación?” Le respondo que la salvación es una experiencia espiritual, que la Biblia llama el nuevo nacimiento, venimos a este mundo con la vida humana que es temporal, y necesitamos una nueva vida que la que Dios nos da por medio de JESÚS. Me responde “¡qué precioso, cuán grande es la gracia de Dios!”; luego dijo, “nací de nuevo hace más de sesenta años…, pero tenía otra pregunta, y otra más… “Pastor, ¿cree usted en la Segunda Venida de Cristo? Como ese es uno de mis temas favoritos se lo explico con mucho gozo: ¡Si mi amada hermana, JESÚS viene otra vez, como lo prometió! Él mismo dijo que volvería… Ella no deja que termine y exclama: “¡Gloria a Dios!”, y entonces ella me declara con mucha sinceridad, lo que yo pienso la motivó a llamarme: “¿Sabe pastor? mi esposo y yo estuvimos casados por más de cincuenta años, murió hace veintiún años…, siempre, después del almuerzo nos sentábamos a hablar de la Biblia, y sobre todo, de la Segunda Venida de Cristo…Hoy, en esta tarde, me sentí tan sola…, abrí la guía telefónica en busca de una iglesia, y llamé…, ¡y ya ve, me sale usted y ahora me doy cuenta de que no tengo por qué temer a la soledad, porque mi Señor está conmigo a través del Espíritu Santo, y un día, muy pronto, vendrá por mí…”.
No hablamos más, le dije que iba a orar… “Sí pastor” -me respondió- me llamo Dorothy”. Así lo hice. Cerré el teléfono y me di cuenta, una vez más, que como yo, ella también vive, entre la soledad y la esperanza, y nunca, aunque seamos viejos según la carne, Dios nos dejará; somos sus hijos y Él nos trata con ternura, y por eso, podemos afirmar con el salmista: “No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabe no me desampares” ¡Él cumplirá Su promesa!
Oración:
Amado Padre Celestial:
Cuán preciosa es tu Palabra que nos anima, exhorta y pone alas a nuestra esperanza. Bendito seas por hacerla ancla segura en medio de las tormentas de la vida y luz en medio de la oscuridad. Ayúdame para que la Biblia, tu santo Libro, continúe siendo en mí la única fuente segura, y alimento para mi alma y mi espíritu. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Cuando JESÚS entra a tu corazón como lo dice la Palabra de Dios, ¡con Él llega la esperanza y nunca más estarás solo!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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