Francisco
Aular
Lectura
devocional: Lucas 24:13-35
"Ha
resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón." Lucas 24:34
(RV60)
¡Ha
resucitado el Señor verdaderamente! Es el grito
de triunfo del Crucificado. El día viernes JESÚS muere en victoria, pero su
resurrección el día domingo es el triunfo definitivo. La resurrección de JESÚS
es el sello del regalo de nuestra salvación. La bandera del cristianismo es la
esperanza de la resurrección. Todos los que hemos nacido de nuevo, por la vida
que vino del cielo a través de JESÚS, sabemos por la Palabra, que así como Él
resucitó, ¡nosotros también resucitaremos! Es más, la vida normal del cristiano
de hoy es vivir una vida resucitada y victoriosa por la resurrección de JESÚS.
Cuando
el pastor Germán Núñez Bríñez -mi maestro de homilética en el Seminario
Bautista de Venezuela- y yo fuimos a Jerusalén, visitamos el Jardín de la Tumba
y nos encontramos que en sus alrededores había gentes de muchas partes del
mundo a juzgar por sus rasgos físicos y vestimentas, y aunque todos hablábamos
lenguas diferentes, nos unía una sola verdad dicha dos mil años antes: ¡El
Señor ha resucitado de verdad! La tumba cedida por José de Arimatea a JESÚS,
¡está vacía!, un cartel lo anuncia con las mismas palabras que los ángeles
dijeron a las mujeres que vinieron trayendo las especias aromáticas para ungir
el cuerpo de JESÚS: No está aquí, sino que ha resucitado. Mi amado hermano Núñez
y yo estábamos a punto de llorar de alegría, y con toda esa emoción encima
entramos a la tumba, nos colocamos frente a la abertura, y desde allí
contemplamos a los demás turistas que habían llegado, de repente, la voz
potente del príncipe de los predicadores venezolanos se elevó entonando las
notas del himno que cuenta el triunfo del Crucificado; hicimos un dúo que poco
a poco se convirtió en coro, ya que los demás turistas, conociendo este himno
internacional, lo entonaron en sus propios idiomas:
Cristo
la tumba venció
Y
con gran poder resucitó.
Del
sepulcro y muerte Cristo es vencedor,
Vive
para siempre nuestro Salvador.
¡Gloria
a Dios! ¡Gloria a Dios
El
Señor resucitó.
Sí,¡Ha
resucitado el Señor verdaderamente! Y las apariciones que
reiteradamente JESÚS hizo a sus discípulos, a sus familiares y a otros
seguidores, fueron el hecho que afirmó la fe vacilante de ellos, y lo que
explica la transformación de sus discípulos, de temerosos el día viernes a
valientes el domingo de resurrección hasta nuestros días. En efecto, nos dice
el evangelista Lucas que dos de los discípulos de JESÚS caminaban hacia Emaús
aquel domingo por la mañana, en verdad ellos iban desanimados y lo muestran al
hablar, “nosotros esperábamos que él era…”, pero aquel extraño que iba con
ellos era nada menos que, ¡JESÚS mismo! ¡Sí, JESÚS resucitado y vivificante
desde entonces va con nosotros su Iglesia! Después del encuentro de JESÚS con
sus discípulos, ellos renovaron sus energías y tuvieron fuerzas para unirse en
testimonio con los demás discípulos: “¡El Señor ha resucitado de verdad! Se le
apareció a Pedro.” (Lucas 24:34; NTV).
Este
mensaje nos renueva cada día como a los discípulos de ayer: ¡La tumba vacía
asegura que nosotros los que creemos en JESÚS adoramos a un Dios vivo y no a un
dios muerto!
!El
Señor ha resucitado de verdad! Explica la
existencia de la Iglesia Cristiana, y por eso, cada semana, millones de hombres
y mujeres en todo el mundo salen espontáneamente a predicar y a enseñar las
verdades eternas del evangelio. ¡No lo hacen para ganarse la salvación, porque
esto ya es un hecho, tal y como lo dijo el Apóstol: "El mismo poder que
levantó a JESÚS de la tumba" es el mismo poder que nos ha salvado! Todo
servicio en la obra de Dios es un monumento de nuestra gratitud a Él y
solamente a Él, porque definitivamente: ¡JESÚS es nuestra pasión y triunfo! ¡Nada
ni nadie ha podido detenernos a través de los siglos! Porque todos los que
estamos en esta nueva vida que JESÚS vino a traernos, ¡constituimos un ejército
comandado por el Rey de reyes y Señor de señores! A Él no pudo frenarlo este
mundo, ni el maligno, ni la muerte. El sepulcro no pudo retenerlo porque Él, ¡mató
para siempre a la muerte!". Porque todo cristiano nacido de nuevo
experimenta el hecho de resucitar a una nueva vida, y puede exclamar también
como los apóstoles aquel domingo inolvidable: ¡Ha resucitado el Señor
verdaderamente!
Oración:
Amado
JESÚS, gracias por resucitar en mi corazón hace tantos años. Sé que al final de
la historia, sobre las cenizas de un mundo destruido, me levantaré
conjuntamente con los millares que hemos creído a través de los siglos y te
hemos servido con gozo, fe, amor y esperanza, porque "has resucitado Señor
verdaderamente", no pongo mi confianza para mi salvación eterna en nada y
en nadie más sino en ti y solamente en ti. Amén.
Perla
de hoy:
Alguien
dijo que la resurrección es el amén del Padre, el domingo al "Consumado
es" de JESÚS del día viernes.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento por obedecer?
¿Existe
algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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