domingo, 16 de abril de 2017

¡Ha resucitado verdaderamente!

Francisco Aular
Lectura devocional: Lucas 24:13-35
"Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón." Lucas 24:34 (RV60)

¡Ha resucitado el Señor verdaderamente! Es el grito de triunfo del Crucificado. El día viernes JESÚS muere en victoria, pero su resurrección el día domingo es el triunfo definitivo. La resurrección de JESÚS es el sello del regalo de nuestra salvación. La bandera del cristianismo es la esperanza de la resurrección. Todos los que hemos nacido de nuevo, por la vida que vino del cielo a través de JESÚS, sabemos por la Palabra, que así como Él resucitó, ¡nosotros también resucitaremos! Es más, la vida normal del cristiano de hoy es vivir una vida resucitada y victoriosa por la resurrección de JESÚS.
Cuando el pastor Germán Núñez Bríñez -mi maestro de homilética en el Seminario Bautista de Venezuela- y yo fuimos a Jerusalén, visitamos el Jardín de la Tumba y nos encontramos que en sus alrededores había gentes de muchas partes del mundo a juzgar por sus rasgos físicos y vestimentas, y aunque todos hablábamos lenguas diferentes, nos unía una sola verdad dicha dos mil años antes: ¡El Señor ha resucitado de verdad! La tumba cedida por José de Arimatea a JESÚS, ¡está vacía!, un cartel lo anuncia con las mismas palabras que los ángeles dijeron a las mujeres que vinieron trayendo las especias aromáticas para ungir el cuerpo de JESÚS: No está aquí, sino que ha resucitado. Mi amado hermano Núñez y yo estábamos a punto de llorar de alegría, y con toda esa emoción encima entramos a la tumba, nos colocamos frente a la abertura, y desde allí contemplamos a los demás turistas que habían llegado, de repente, la voz potente del príncipe de los predicadores venezolanos se elevó entonando las notas del himno que cuenta el triunfo del Crucificado; hicimos un dúo que poco a poco se convirtió en coro, ya que los demás turistas, conociendo este himno internacional, lo entonaron en sus propios idiomas:
Cristo la tumba venció
Y con gran poder resucitó.
Del sepulcro y muerte Cristo es vencedor,
Vive para siempre nuestro Salvador.
¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios
El Señor resucitó.
Sí,¡Ha resucitado el Señor verdaderamente!  Y las apariciones que reiteradamente JESÚS hizo a sus discípulos, a sus familiares y a otros seguidores, fueron el hecho que afirmó la fe vacilante de ellos, y lo que explica la transformación de sus discípulos, de temerosos el día viernes a valientes el domingo de resurrección hasta nuestros días. En efecto, nos dice el evangelista Lucas que dos de los discípulos de JESÚS caminaban hacia Emaús aquel domingo por la mañana, en verdad ellos iban desanimados y lo muestran al hablar, “nosotros esperábamos que él era…”, pero aquel extraño que iba con ellos era nada menos que, ¡JESÚS mismo! ¡Sí, JESÚS resucitado y vivificante desde entonces va con nosotros su Iglesia! Después del encuentro de JESÚS con sus discípulos, ellos renovaron sus energías y tuvieron fuerzas para unirse en testimonio con los demás discípulos: “¡El Señor ha resucitado de verdad! Se le apareció a Pedro.” (Lucas 24:34; NTV).
Este mensaje nos renueva cada día como a los discípulos de ayer: ¡La tumba vacía asegura que nosotros los que creemos en JESÚS adoramos a un Dios vivo y no a un dios muerto!
!El Señor ha resucitado de verdad!  Explica la existencia de la Iglesia Cristiana, y por eso, cada semana, millones de hombres y mujeres en todo el mundo salen espontáneamente a predicar y a enseñar las verdades eternas del evangelio. ¡No lo hacen para ganarse la salvación, porque esto ya es un hecho, tal y como lo dijo el Apóstol: "El mismo poder que levantó a JESÚS de la tumba" es el mismo poder que nos ha salvado! Todo servicio en la obra de Dios es un monumento de nuestra gratitud a Él y solamente a Él, porque definitivamente: ¡JESÚS es nuestra pasión y triunfo! ¡Nada ni nadie ha podido detenernos a través de los siglos! Porque todos los que estamos en esta nueva vida que JESÚS vino a traernos, ¡constituimos un ejército comandado por el Rey de reyes y Señor de señores! A Él no pudo frenarlo este mundo, ni el maligno, ni la muerte. El sepulcro no pudo retenerlo porque Él, ¡mató para siempre a la muerte!". Porque todo cristiano nacido de nuevo experimenta el hecho de resucitar a una nueva vida, y puede exclamar también como los apóstoles aquel domingo inolvidable: ¡Ha resucitado el Señor verdaderamente!
Oración:
Amado JESÚS, gracias por resucitar en mi corazón hace tantos años. Sé que al final de la historia, sobre las cenizas de un mundo destruido, me levantaré conjuntamente con los millares que hemos creído a través de los siglos y te hemos servido con gozo, fe, amor y esperanza, porque "has resucitado Señor verdaderamente", no pongo mi confianza para mi salvación eterna en nada y en nadie más sino en ti y solamente en ti. Amén.
Perla de hoy:
Alguien dijo que la resurrección es el amén del Padre, el domingo al "Consumado es" de JESÚS del día viernes.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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