Francisco Aular
faular
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Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la
brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no
lo hallé. Ezequiel 22:30 (RV60)
En un hogar
había dos hijos, los padres tenían tantas posibilidades que les daban de todo.
Los padres enviaron al hermano mayor a un país lejano para que estudiara. El
hermano mayor poseía diez juegos de nintendo,
y el hijo menor tenía cinco de estos juegos. Desde muy chico el hermano menor
tenía habilidades para hacer “negocios”, así que estaba rodeado de muchachos de
variadas condiciones sociales. Algunos eran ricos y otros con muchas
posibilidades de algún día llegar a ser ricos. Un día jugando con los demás
chicos, uno de aquellos exclamó: ¿Quién pudiera tener un juego de nintendo? Se acordó el hermano menor que
él tenía quince juegos de nintendo en
su casa, e hizo negocios con
ellos. Con los suyos, y sin el permiso de su hermano, hizo negocios con sus
juegos también. Pero hubo un problema, nadie poseía en dinero el monto real, así que pidió que algunos le
dieran lo que tuvieran en mano y así lo hicieron. De esta manera los vendió
todos. Así que se dispuso a disfrutar del dinero, y así lo hizo. Se divirtió de
lo lindo y gastó su dinero y también el de su hermano. Pero él se decía a sí mismo:
“No importa, tengo dinero en la calle.” Llegó la tarea de empezar a cobrar el
resto del precio de los nintendos, pero
nadie tenía el resto del dinero ni los nintendos, pues cada niño había jugado
con los ellos hasta dañarlos. En eso
regresó el hermano mayor, y le preguntó al menor: “¿Dónde están mis juegos de
nintendos?”… ¿Quíen pagará los nintendos? ¡Esa es parte de la situación
financiera mundial actual!
¡Algunos gobiernos populistas gastaron los millones de dólares y la corrupción
se tragó todas las posibilidades de progreso y prosperidad!
El Profeta
Ezequiel, vivió en una situación parecida a ésta. Los grandes hombres de Israel
habían desaparecido. La corrupción estaba por todas partes: en los gobiernos
humanos, así como la persecución y la muerte a quienes no estaban de acuerdo
con ellos. Aparte de esto, los hombres que Dios había puesto para hablar Su
Palabra se habían aliado con los gobiernos de tal manera que prometían
prosperidad cuando lo que venía era el castigo de Dios. Aunque había sacerdotes
y profetas, Dios no podía confiar en ellos, y por eso dice: “Y busqué entre
ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a
favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.” (Ezequiel
22:30, RV60) ¡Ninguno de aquellos
hombres daba la cara delante de Dios por su pueblo, y por lo tanto, la
desgracia venía sobre ellos!
La gran
necesidad del mundo de hoy es la necesidad de que hombres y mujeres de Dios se
pongan en la brecha, entre Dios y los demás seres humanos. Lo que viene en los
próximos años exigirá de nosotros, que nos llamemos cristianos nacidos de nuevo,
nos pongamos a proclamar como el Profeta Ezequiel, que le creamos a Dios. La
hora exige valentía moral, una renuncia intencional a toda corrupción que nos
rodea y un enfilarse hacia la voluntad de Dios, y ponerse en la brecha, pase lo
que pase. Y no se aceptan renuncias porque Dios no patrocina fracasos. Que
tengamos la valentía moral para ponernos en la brecha, pase lo que pase. A lo largo y ancho de nuestra
nación, los cristianos nacidos de nuevo vivimos momentos angustiosos de
agitación, confusión, de hambre, insalubridad y muerte. Tal vez, estemos
mirando y esperando que salga otro ser humano que nos ayude, pero no vendrá. ¡Llegó
el momento de ponernos nosotros en la brecha, es ahora o nunca! ¡Nadie puede
detener a un pueblo que se pone en la brecha y abre caminos en donde no lo
haya, derriba los muros, establece puentes y conquista su montaña para vivir
para siempre en compañía de los suyos!
Como lo dijo
el gran poeta puertorriqueño, José de Diego, en su famoso poema:
En la brecha
José de Diego
¡Ah desgraciado, si el dolor te abate,
si el cansancio tus miembros entumece,
haz como
el árbol seco, reverdece,
y como el
germen enterrado, late.
Resurge,
alienta, grita, anda, combate,
Vibra,
ondula, retruena, resplandece…
Haz como el río con la lluvia ¡crece!
Y como el
mar contra las rocas: ¡bate!
De la
tormenta al iracundo empuje
No has de
balar como el cordero triste,
Sino
rugir como la fiera ruge…
¡Levántate!
¡Revuélvete! ¡Resiste!
Haz como
el toro acorralado: ¡muge!
O como el
toro que no muge: ¡embiste!
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Te alabo Padre porque eres bueno y tu misericordia es
nueva cada mañana. Los únicos bienes que poseo verdaderamente son tu salvación
y tu gracia para disfrutarla para siempre. Nada de lo que tengo alrededor se
irá conmigo cuando salga de este cuarto y apague la luz. Hoy vengo delante de ti
con una oración de intercesión por un mundo extraviado de tu voluntad. SEÑOR
que te acuerdes de tus promesas de darnos una restauración espiritual si nos
humillamos y buscamos tu rostro, y nos arrepentimos de nuestros malos caminos.
Ayúdame a proclamar tu mensaje de vida en un mundo de muertos espirituales. Hoy
me pongo en la brecha, e intercedo por la humanidad que no te conoce, delante
de ti, con todo amor y respeto ante tu grandeza y soberanía. En el nombre de
JESÚS, amén.
Perla de hoy:
El Dios que
sostiene al universo eternamente es el mismo Dios que nos busca para
sostenernos en el ahora y en el futuro.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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