Francisco
Aular
Lectura
devocional: Salmo 126
Cartas
a un Timoteo (3)
Grandes cosas ha hecho Jehová con
nosotros; estaremos alegres. Salmo 126:3 (RV60)
Querido
Timoteo:
Tu
carta me ha emocionado tanto que no me queda más camino que responderte
inmediatamente. Tu pregunta acerca de cómo empezó la Marcha Evangelizadora me
hizo verme a mí mismo a los treinta años en aquella Venezuela llena de
optimismo y visión de futuro de finales de 1976, en la ciudad de la eterna
primavera, Maracay, recuerdo que eran años de la presidencia del primer
gobierno del señor Carlos Andrés Pérez. Me encontraba dejando el pastorado en
la siempre bien recordada Iglesia Bautista El Buen Pastor. Puedo decirte que
mis sentimientos iban desde la tristeza al separarme de aquella gente tan amada
hasta la exaltacion, mi visión era alcanzar a Venezuela y al mundo con el
evangelio, carrera que iniciaríamos mi esposa Mary y nuestros hijitos Daniel,
Frank, Rubén; Mary Ruth llegaría muy pronto. Estábamos lanzados y desafiados al
ministerio a tiempo completo en la evangelización pero no teníamos el sustento
garantizado. Como ya debes saberlo, como buenos bautistas, no damos un paso sin
pisar tierra firme, yo lo había dado, la renuncia al pastorado se había hecho
efectiva, pero te confieso que me encontraba preso por la vocación y pasión
evangelizadora que me consumía; sentía que todos los caminos de la patria me
llamaban y mis pies estaban presurosos a ir; vivía ese precioso momento en que
saberse llamado por Dios, es la mejor recompensa, mucho mejor que todo lo que
pudiera alcanzar en la vida como consecuencia de no obedecerlo. Fuimos.
Mirando
retrospectivamente, hoy siento que haber emprendido aquella Marcha
Evangelizadora es lo mejor que me ha pasado y pudo ocurrirme, pues orar,
evangelizar y discipular han sido para mí, la mejor manera de vivir en lo
particular y en lo colectivo; también he visto que las consecuencias de haber
obedecido al Señor cuando nos invitó a ser parte de su plan, ha bendecido en
gran manera a muchos que como tú, han llegado a la salvación y a un destacado
liderazgo en el reino del Señor, todo ello es parte de nuestra gloriosa
historia de la obra evangélica venezolana. ¡Alabado sea el Señor Jesucristo,
Comandante de nuestra Marcha Evangelizadora!
La
pasión por llevar el mensaje de la salvación por medio del Señor JESÚS me
parece el punto de partida indispensable para hablar de los comienzos de la
Marcha Evangelizadora. El diccionario dice que pasión es “una fuerte emoción,
un ardiente amor, empeño, deseo anhelante, esperanza y gozo”. Nosotros, los que
estábamos involucrados en el movimiento, sentíamos con todas sus fuerzas esta
pasión evangelizadora e hicimos nuestra la consigna paulina: “...y ay de mí
sino anunciare el evangelio” 1 Corintios 9.16b. Llegamos a Barquisimeto aquel
15 de Agosto de 1977. Sabido es que todos éramos un montón de desconocidos en
la Obra, la mayoría de ellos jóvenes, pero cuatro días de adiestramiento
intensivo nos mostraron que no teníamos nada que perder, teniendo a Cristo lo
teníamos todo, todo lo que hiciéramos de allí en adelante sería ganancia para
el Reino. Hicimos. Obedecimos. Fuimos y, ¡Dios lo hizo!
Timoteo,
en estos momentos, delante de mí, tengo una fotografía que data de 1977 en
donde aparezco con Enrique Montoya (quien fue ascendido por el Padre el 16 de
noviembre de 2009) que nos tomamos en Hollywood, Florida, en el marco de la
Primera Marcha Evangelizadora en aquella ciudad, debo decirte que Enrique
Montoya y Julio Ruiz fueron usados en muchas maneras en aquella Primera Marcha
Evangelizadora de 1977. Ambos siervos han sido bendecidos con muchos frutos
para el Reino.
Pero
volviendo a la Marcha de Florida, en Fort Lauderdale, allí, Dios utilizaría
grandemente a un joven marchista de la tercera generación: Vernig Suárez de San
Fernando de Apure. Como resultado de aquella Marcha de Hollywood se fundó
una nueva iglesia en aquel lugar.
Hoy,
¿dónde estamos? La Marcha Evangelizadora ha llegado a ser uno de los brazos
fuertes de la obra de evangelización y discipulado en la obra que la vio nacer:
La Convención Nacional Bautista de Venezuela, pero ha ido mucho más allá porque
se han realizado Marchas Evangelizadoras en casi todos los países de América
Latina, discípulos forjados bajo esta estrategia la han compartido por muchos
lugares, una nueva generación de marchistas que el Señor ha levantado han
continuado llevando la bandera con firmeza y distinción, también ellos se
mueven con una pasión evangelizadora y algunos han dejado todo por servir al
Señor en distintas condiciones, ambientes y necesidades. He oído noticias muy
alentadoras de lo que el Señor hace y hará con ellos, pero sé que de los hechos
de una mayoría de ellos no los conoceremos sino en el cielo. ¡Ese es el mejor
lugar para recibir reconocimientos!
Pues
bien, al momento de escribir esto, reviso un informe que hice hace varios años
para la obra en Virginia: “En esta
misma semana, en una reunión de plantadores de iglesias de la Convención
Bautista Conservadora de Virginia he tenido el privilegio de escuchar a un
doctor en teología (su disertación doctoral fue un estudio sobre la Marcha
Evangelizadora) hablo de mi amigo Stewart Pickle quien, actualmente es el
director de planificación estratégica para plantadores de iglesias de la
Convención antes mencionada, él dijo, haciendo alusión a su viaje a Venezuela y
su participación en la Marcha Evangelizadora del año 2002 en Acarigua: “A
ningún otro grupo de evangelizadores he visto con mayor pasión, amor, unidad y
sentido del trabajo en equipo como los marchistas venezolanos. Ese mismo
espíritu quisiéramos en los marchistas estadounidenses. Aquí estamos para
fundar iglesias nuevas que sean evangelizadoras y discipuladoras, y que funden
otras iglesias con esa misma visión y pasión...”.
Ahora
bien Timoteo, mi querido discípulo, esta carta se ha prolongado más de lo que
yo esperaba. Es mi anhelo que continúes creciendo conforme a la gracia y el
conocimiento del Señor. Me despido, nos veremos, si el Señor lo permite, el
próximo año en Venezuela, en Barquisimeto, los días 17-19 de agosto de 2017
estaremos celebrando los 40 años de la Marcha Evangelizadora. Seguimos orando para
entusiasmar a todos los que han sido marchistas, los que han creído en el Señor
y los que han crecido en el Señor, y que en esta hora se encuentran en muchos
lugares del planeta, para que celebremos juntos estas cuatro décadas
inolvidables. Será una fiesta del espíritu y el alma, no te la pierdas. Allí a
una sola voz repetiremos el versículo de hoy: “Grandes cosas ha hecho Jehová
con nosotros; estaremos alegres.”( Salmo 126:3, RV60). Me uno emocionado a tu
corazón y a todos los que amamos la proclamación del Evangelio y decimos
unánimes: ¡Gracias Señor por estos 39 años por Venezuela y el Mundo!
Con
mucho afecto,
Francisco
Oración:
Mi amado Señor y Dios:
Ya tu amor probaste en mí al perdonar mi vida
pasada y recibirme en tu redil como una oveja más de tu precioso rebaño eterno.
Sé cuán frágil soy para seguir adelante, y no puedo poner mi confianza en mí,
sino en ti para todo. Gracias por despertarnos a buscarte en oración, darnos
valor en la evangelización personal y constancia en la edificación de tu
pueblo. Ayúdame a perseverar delante de ti hasta cruzar la meta que me has
señalado. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla
de hoy:
Recordar los hechos del Señor del pasado juntos, nos
llena de fortaleza y gozo.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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