Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Hebreos 13:1-8
Nunca te
fallaré. Jamás te abandonaré. (Hebreos 13:5 NTV)
Una de las costumbres,
muy bonita, que teníamos en la Misión Bautista Emanuel de Chacaíto era cantarle
el himno “Te cuidará el Señor”, número 280 del Nuevo Himnario Popular, a los
hermanos en la hora de la prueba. Lo cantábamos a los hermanos que se
enfrentaban a un evento importante de la vida, por ejemplo, a una cirugía, a un
viaje o cuando se despedían de nosotros, o cuando por
razones geográficas no vendrían más a nuestra iglesia, desde luego, a veces se
cantaba sin ningún otro motivo que no fuera el de la adoración y gratitud al Señor
por su eterna compañía.
Le pregunto:
¿cuáles de las circunstancias de nuestras vidas nos pueden separar del amor de
Dios? Le respondo con total certeza: Nada ni nadie, como lo dice al apóstol
Pablo: “Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios.
Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni
nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden
separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni en las
profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del
amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8:38,39,
NTV). ¡Pase lo que pase lo mejor de todo es que el Señor está con nosotros!
En la mañana
del segundo domingo de agosto de 1971 fue la despedida de Mary y yo con Daniel
nuestro hijo mayor de 8 meses, de nuestra amada Iglesia Bautista Emanuel, salíamos
al Seminario, y como en toda despedida, las palabras y las lágrimas brotaban en
el ambiente, en un momento, la hermana Emperatriz Camero de Arreaza pasó al
frente para decir una palabras, e igualmente nos cantó el himno “Te cuidará el
Señor”; muchos años después, en la década de los ochenta, tuve el privilegio de
pastorear nuevamente la Iglesia Bautista Emanuel, y a la hermana Arreaza la iban
a someter a una operación muy delicada, así que toda la iglesia me acompañó
para cantarle “Te cuidará el Señor”, sin duda, ella recibió, la esperanza y
fortaleza en la hora de la prueba, como lo afirma la letra del himno.
Ahora bien,
la autora del himno, Civilla D. Martin (1866-1948) era esposa de un pastor, y
se cuenta que se enfermó gravemente y no pudiendo ir, como era su costumbre y
de su agrado, a la iglesia, le dijo a su esposo: “El Señor estará contigo.”
Pensando en estas palabras que había dicho a su esposo, ella escribió el poema.
Al regresar a casa su esposo Walter Martin (1862-1935), quien poseía mucho
talento musical, le puso la música. Este himno ya no se entona en nuestras
iglesias, pero cuando yo llegué a la iglesia, Dios lo usó en muchas maneras
para recordarme como nuevo creyente, la eterna compañía de Dios para con sus
hijos: “Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré” (Hebreos 13:5; NTV). ¿Te sientes
solo? ¿Te parece que Dios te ha abandonado? Entonces, te invito a que cantemos
juntos este precioso himno:
I
Nunca
desmayes en todo afán
Te cuidará
el Señor.
Sus fuertes
alas te cubrirán:
Te cuidará
el Señor.
Coro:
Te cuidará
el Señor:
No te verás,
solo jamás.
Velando está
su amor:
Te cuidará
el Señor.
II
Cuando
flaqueare tu corazón
Te cuidará
el Señor.
En tus
conflictos y tentación
Te cuidará
el Señor.
III
De sus
riquezas proveerá:
Te cuidará
el Señor.
Jamás sus
bienes te negará:
Te cuidará
el Señor.
IV
Que pruebas
vengan,
No importa
no:
Te cuidará el
Señor.
Tus cargas
todas en Cristo pon
Te cuidará
el Señor.
(ENHP, #280,
CBP,1955)
Pues bien, ¿cuál
debe ser la fuente para nutrirnos en la hora de la prueba? Sí, la Palabra de
Dios, ella nos dice esta verdad en todas sus páginas. ¡No importa el tamaño de
la prueba, sino el tamaño de Dios que como poderoso gigante va a nuestro lado!
Sí, “Te cuidará el Señor” ¡No desmayes!
Oración:
Padre eterno:
En esta hora me afianzo en las
promesas de tu divina compañía, anclado en la esperanza viva que poseo me
enfrento a cualquier dificultad, que como ser humano debo enfrentar. El
sufrimiento me hará estar más consciente cada día de tu gracia y tu poder. Sé
que estoy dentro del círculo de tu soberanía y allí soy “más que vencedor”. Ayúdame
para consolar a otros como tú me has consolado. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
¡No importa
el tamaño de la prueba, sino el tamaño de Dios que como poderoso gigante va a
nuestro lado!
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento a obedecer?
¿Existe
algún pecado a evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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