Lectura
devocional: Josué 1:1-9
Mi
mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el
Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”. Josue
1:9 (NTV).
“¡Sé
fuerte y valiente!”, fueron las palabras que me dijo mi madre, aquella tarde
del 19 de mayo de 1955. Todavía lo recuerdo muy bien, estábamos visitando a mi tía
María de la Paz y a su hija Ana, quien había venido desde Caracas para llevarme
con ella; pero yo no sabía. Mi madre abrió mi pequeña maleta porque mi primo
Antonio, había tenido la idea de sacarme a pasear, y ella se iría en mi
ausencia. Yo tenía nueve años, lo suficiente para saber que algo importante
debía estar ocurriendo a mi alrededor. Mi madre me vistió y mientras lo hacía,
estuvo pendiente de todos los detalles, y me hablaba, su voz tenía un dejo de
tristeza, y ella que no era dada a expresar en alto sus sentimientos -como mi
padre lo hacía-, me hablaba continuamente de la estrecha relación entre ella y
yo; la vi secarse los ojos, de vez en cuando… “Hijo, me dijo con ternura”, se
detuvo y luego siguió, -ella y yo, asistíamos a una congregación evangélica,
así que no me pareció tan raro que me dijera, “pase lo que pase sé un muchacho
de Dios, y sé obediente con los demás como hemos aprendido de la Biblia”. Metió
cuidadosamente en mi maleta, varias seleccione de los Evangelios. Mi madre
terminó de vestirme. Pasó sus manos sobre mí, alisando cuidadosamente mi camisa
especialmente el cuello y mi cabello. Como mi primo Antonio, me llamaba para
salir, mi madre me estrechó contra ella y me besó. Lejos estaba de suponer que
aquella era una despedida, y no nos veríamos de nuevo, en muchos años. Mi primo
Antonio y yo salimos y dimos un largo paseo por San Felipe, la ciudad que me
vería partir, en la madrugada del día siguiente. Así que cuando regresamos ya
era de noche, y mi madre, no estaba. Desde luego, un dolor profundo se apoderó
de mí, pero el momento había llegado de hacer lo que mi madre me aconsejó: “¡Sé
fuerte y valiente!”.
“¡Sé
fuerte y valiente!”, le aconseja Dios a Josué su nuevo portavoz delante de
Israel. Josue es la historia de otra despedida, y el gran paso hacia un mundo
nuevo, en donde él era el protagonista principal. Pero Josué, había sido
preparado por Moisés para esa despedida, durante 40 años. Los mensajes que
encontramos en el libro que lleva el nombre de nuestro héroe, nos ayudarán a
soportar el primer impacto en nuestra dura batalla contra nuestros tres
enemigos: el mundo, el demonio y la carne. Como comandante Josué fue ejemplar y
valiente; como líder espiritual y cívico, supo darle la gloria a Dios; como
padre de familia, fue un modelo desde su juventud hasta su ancianidad, pues a
los 110 años, pudo decir delante de sus conciudadanos: “Pero si te
niegas a servir al Señor, elige hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso optarás por
los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O
preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en
cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor.” (Josué 24:15 NTV).
“¡Sé
fuerte y valiente!”, porque necesitaremos valor para esta hora de angustia,
desánimo y desesperanza en la cual vivimos; se es fuerte y valiente cuando
realizamos una obra que requiere fuerza y osadía; se es fuerte y valiente, el
que viendo a otro ser humano atravesado en los rieles de un tren que se acerca,
se lanza y rescata a una vida a tan solo segundos de la muerte; se es fuerte y
valiente, cuando se atraviesan las llamas de un incendio para rescatar a quien
pide auxilio. Sin embargo, ser valiente y fuerte implica mucho más que actos
heroicos ocasionales. Horacio, dijo: “Admiraré a quien no se avergüence de sus
andrajos, a quien mude de fortuna sin inmutarse, a quien en la prosperidad lo
mismo que en la adversidad, mantenga la actitud del varón fuerte.” Se es
valiente y fuerte quien pueda vencer todas las alternativas que la vida le
presenta, sin que se altere su espíritu, sin que merme su fe, sin que decline
la intensidad de su amor y su perdón; se es valiente y fuerte, cuando se es
capaz de pedir perdón, de alabar en vez de criticar, de ayudar en vez de
observar, de comprometerse en vez de huir de la responsabilidad.
Hoy la
poderosa voz de Dios que aconsejó a Josué es la misma que te dice: “Mi mandato
es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu
Dios está contigo dondequiera que vayas”. Josue 1:9 (NTV).
Oración:
Señor, te
ruego que me guíes y me inspires al evaluar tu mandato cuando me dices: “¡Sé
fuerte y valiente!”. Ayúdame a evaluar también mi verdadero propósito en esta
vida y proceder con toda valentía a llenar cada día de mi vida con tu Palabra
que permanece para siempre. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de
hoy:
Dios
puede hacer de nuestro dolor pasado, una preciosa perla en nuestro hoy y el
mañana.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento a obedecer?
¿Existe
un pecado a evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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