Francisco Aular
Lectura devociona: Isaías 55
Porque con alegría saldréis, y con paz seréis conducidos;
los montes y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo delante de vosotros,
y todos los árboles del campo batirán palmas. Isaías 55:12 (La Biblia de las Américas)
¡Hoy daré lo mejor de mí! Adueñándome
de lo que Dios ha creado para mí por medio de mis emociones positivas! Sé que
existe un ciclo en las cosas, un desfile continuo de grandes acontecimientos a
mi alrededor que no puedo cambiar: el frío invierno llega, haré que haya
belleza en él; cuando llega la primavera los árboles que antes lucían como
huesos secos, cobran vida, así que me uno a ese despertar con todo gozo; el
verano con sus días largos y calurosos, me invita a que disfrute ríos, mares y
lagos para darme un chapuzón en ellos; el otoño con sus mil colores en los
árboles y la nostálgica caída de sus hojas, me recuerda que esta vida humana es
breve, por lo cual, aprovecharé cada minuto de ella para lo grande, lo hermoso
y lo puro. No desperdiciaré la luna llena, ni la media luna; no perderé la
hermosura del amanecer, ni la belleza del crepúsculo; como un chiquillo cantaré
y saltaré debajo de la lluvia; estaré listo para la siembra y también para la
cosecha; veré la partida inevitable de las aves hacia el sur a principios del
invierno, pensando en su retorno bullanguero en la primavera; la muerte de las
flores y de mis tulipanes en el jardín es inevitable en el invierno, pero su
resurrección en la primavera es una muestra de que la tumba no será mi final,
estoy destinado a una resurrección y a un cuerpo resucitado. Así, la naturaleza
me contagia con sus distintos estados de ánimo y yo como el profeta y poeta
Isaías, aprovecho esos ciclos para ver como “los montes y las colinas prorrumpirán en
gritos de júbilo delante de vosotros, y todos los árboles del campo batirán
palmas”. ¡Me uniré a ellos en alabanzas
eternas a mi Creador!
¡Hoy daré lo mejor de mí! Exigiré a mis emociones que hagan lo que yo quiero y den lo
mejor; no dejaré que ellas me esclavicen, ni me lleven a la autocompasión, a la
ira, a la tristeza, a la depresión y al fracaso. Hoy seré como el canario que
no canta porque es feliz sino que es feliz porque canta; cuando la tristeza
quiera asomarse a mi rostro, la cambiaré por una sonrisa; si el miedo intenta
paralizarme, me lanzaré en carrera para vencerlo; si me siento como si no
valiera nada, recordaré que no soy un accidente en este mundo, Dios me hizo con
un propósito; me daré un buen baño, perfumaré mi cuerpo, vestiré ropas nuevas y
saldré con mis hombros en alto para conquistar al mundo; veré a los demás a los
ojos cuando les hable y gentilmente levantaré mi voz, eso me dará seguridad;
cuando sienta que no tengo lujos como los demás, diré como el Apóstol: “He
aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así
para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para
padecer necesidad” (Filipenses 4:11,12), y también como él podré decir,
exclamar, recitar o cantar: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
(Filipenses 4:13). Con todo eso afirmándose en mí, mi actitud podrá decir: ¡Hoy daré lo mejor de mí!
Oración:
¡Gracias Señor por darme esta salvación tan grande! No hay manera en que
pierda teniéndote a ti, me hiciste con el propósito de rendirte honor y gloria para siempre. Enséñame Señor a
mostrar lo mejor de mí por donde vaya. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Nada que no
sea dar lo mejor de nosotros es digno de Dios.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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