Francisco Aular
Sus hijos se
levantan y la felicitan; también su esposo la alaba: “Muchas mujeres han
realizado proezas, pero tú la superas a todas” Proverbios 31:28,29
(NVI)
Proverbios 31:10-31
es un poema magistralmente escrito sobre el perfil de una mujer que el Señor ha
llamado en el ser y en el hacer: La mujer virtuosa, no es tanto que sea
perfecta -cosa imposible para un ser humano en este mundo imperfecto- sino que
ella siempre progresa en todo lo que se propone hacer para la gloria de Dios.
Puede uno encontrarse
con una mujer ejemplar, existe, y por ello, el pasaje aludido es uno de los más
hermosos que tenemos en la literatura universal sobre la mujer, escrito en una
época muy lejana, en honor al género más bello y registrado por el Espíritu
Santo en la Palabra de Dios.
En efecto, en todos estos versículos escritos como poema se nos da el perfil de la mujer virtuosa, es decir, de la mujer ejemplar, en sus roles principales de esposa y madre, en el poema encontramos que es poseedora de lo que hoy llamaríamos una realización personal.
En efecto, en todos estos versículos escritos como poema se nos da el perfil de la mujer virtuosa, es decir, de la mujer ejemplar, en sus roles principales de esposa y madre, en el poema encontramos que es poseedora de lo que hoy llamaríamos una realización personal.
Ella experimenta
felicidad por lo que es y hace; está feliz por su apariencia física y se
desplaza en sus distintos roles sin complejos de ninguna especie; se ve que
cada día cuando llega la noche, se puede acostar feliz de la jornada realizada
aunque su ojo vigilante está pendiente de toda su familia; no vive en su
pasado, ni deja que la amargura y la envidia que produce en otros su éxito en
la vida le estorbe para aprovechar lo mejor de esta vida presente; ella tiene
solo una meta, sabe cuál es el propósito para su vida, siente que vive para ese
propósito: ser una mejor persona cada día; sabe para qué está en esta tierra,
sabe dónde está y hacia dónde va; ella sabe que su belleza es pasajera, y las
posesiones se quedan al salir de este mundo y por ello, se aferra a las promesas
de Dios; ella tiene una actitud positiva frente a la vida, y en su hogar,
“hasta la tetera canta de felicidad”. Su rol de madre lo
ha transformado en un cántico nuevo que entona con un desafío cotidiano, por
eso: Sus
hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba: “Muchas mujeres
han realizado proezas, pero tú la superas a todas”. Alabado sea
el Padre por una mujer así.
¿Cómo puedes ser
una mujer ejemplar? Deja que JESÚS entre en tu vida, mediante una oración de
entrega a Él, como la sugiero a continuación.
Oración:
Padre eterno:
Ahora entiendo que
Tú me amas y que desde antes de la creación del mundo, Tú quisiste que yo fuera
parte de tu familia. Señor, con humildad te pido que perdones mis pecados, me
arrepiento, y te ruego que vengas a mi vida. Gracias JESÚS por salvarme, y de
ahora en adelante, Tú eres mi Señor y Salvador. Amén. (Si hizo esta oración con
sinceridad, escríbame para enviarle un material de crecimiento espiritual).
Perla de
hoy:
Mejor que un rubí
es una madre ejemplar, como esa joya preciosa, amémosla y
cuidémosla.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento a obedecer?
¿Existe
un pecado a evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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