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VIERNES, 29 de marzo de 2024
Lectura devocional: Juan 19:17-30
“Y él, cargando su cruz, salió al
lugar llamado de la Calavera,
y en hebreo, Gólgota; y allí
le crucificaron, y con él a
otros dos, uno a cada lado,
y Jesús en medio”.
Juan 19:17,18 (RV60)
Vamos al Calvario y contemplemos a JESÚS
Hoy es Viernes Santo. Sí, sé que tal denominación de este día fue creada hace muchos años por algunas ramas del cristianismo. Cuando yo nací, ya esta fecha del año estaba allí. Mis padres y especialmente mi abuela materna y mis tíos, eran días reservados y entonces, me contaban la historia de JESÚS y el Calvario. Cuando me convertí al SEÑOR, un jueves santo por cierto. El Espíritu Santo puso en mi corazón leerla en una Biblia que teníamos en el estante.
Vamos al Calvario repasando la historia de nuestra redención y el llamado de DIOS al pecador.
En efecto, hace dos mil años cuando JESÚS subió la cuesta del Calvario, el Gólgota estaba afuera de la ciudad de Jerusalén. Hoy existe allí un templo que la religión edificó desde los tiempos de Constantino, pero todavía afuera del majestuoso edificio religioso, se puede ver un lugar como lo describen los evangelios. Cuando hace 30 años visité el lugar, todavía la roca del Monte del Calvario, tiene la forma de Calavera. Había mucha gente a mi alrededor, pero mi mente y corazón estaban contemplando a CRISTO crucificado, y Su llamado insistente a seguirle, desde la Cruz. Como lo dice uno de los grandes de la poesía del Siglo de Oro: Lope de Vega (1562-1635).
ME HABÉIS LLAMADO
¡Cuántas veces, Señor, me habéis llamado,
y cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo como Adán, aunque vestido
de las hojas del árbol del pecado!
Seguí mil veces vuestro pie sagrado,
fácil de asir, en una cruz asido,
y atrás volví otras tantas, atrevido,
al mismo precio que me habéis comprado
Besos de paz Os di para ofenderos,
pero si, fugitivos de su dueño,
hierran, cuando los hallan, los esclavos,
hoy me vuelvo con lágrimas a veros:
clavadme vos a vos en vuestro leño
y tendreisme seguro con tres clavos.
¡Vamos al Calvario y escuchemos las Siete Palabras de JESÚS!
Primera palabra, perdón total:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”(Lucas 23:34).
Segunda palabra, seguridad total:
“De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43).
Tercera Palabra, provisión total:
“Mujer, he ahí tu hijo” Después dijo al discípulo: "He ahí tu madre”.... (Juan 19:26,27).
Cuarta palabra, soledad total:
“Eloi, eloi, ¿lama sabactani? Que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Marcos 15:34; Mateo 27:46).
Quinta palabra, identificación total
“Tengo sed.” (Juan 19:28)
Sexta palabra, cumplimiento total
“Consumado es” (Juan 19:30)
Séptima palabra: confianza total
“Padre en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 24:46)
¡Vamos al Calvario porque JESÚS pagó el precio de nuestra salvación!
Todo lo que vale la pena en esta vida tiene un precio para pagar y la salvación del ser humano es importante para nuestro amado DIOS. El gran apóstol Pablo, pensando en esto escribió:
“El cuerpo de ustedes es como
un templo, y en ese templo vive
el Espíritu Santo que Dios les
ha dado. Ustedes no son sus
propios dueños. Cuando Dios
los salvó, en realidad los compró,
y el precio que pagó por ustedes
fue muy alto. Por eso deben dedicar
su cuerpo a honrar y agradar
a Dios.”
(1 Corintios 6:19,20 NTV).
Esto lo podemos ver mejor cuando usted consulta, ve o escucha cualquier pieza de literatura, escultura o de música. ¡Existe porque alguien pagó el precio!
Con todo esto en mente, ¿usted habrá oído acerca de la gran obra musical dedicada a JESÚS llamada “El Mesías” de G.F Handel (1685-1759). Este gran músico alemán-inglés, ya era famoso cuando escribió su mundialmente conocido oratorio. Fue un genio de la música, en su juventud conquistó grandes audiencias en diferentes países de Europa. Pero luego pasó por diversos problemas que lo hundieron en profunda depresión. Parecía que su brillante carrera había terminado. Obviamente su salud empeoró sin ningún remedio. Sin dinero y solitario , transitó por las calles de Londres de acuerdo a su propio testimonio porque él era un creyente y estudioso de la Biblia, se preguntaba:
“Dios mío, Dios mío
¿por qué me has
desamparado?”
Después de algunos de esos paseos con los hombros caídos y sin fuerzas, regresó a su casa. Su fiel mayordomo lo esperaba con un paquete que el correo le había traído donde un amigo literato le enviaba un manuscrito y esperaba que G.F. Handel, le pusiera música. Con desgano abrió el correo y se sentó al piano y empezó a componer, ¡sin detenerse por 17 horas!... Cuando terminó el coro del Aleluya, dijo a su asistente: "Creo que he visto el cielo delante de mí, y también a Dios."
Otros dicen que su mayordomo lo encontró arrodillado, con lágrimas en sus ojos, mientras se levantaba exclamó: “Yo ayudé a crucificar a mi SEÑOR, MESÍAS y REY…” Como lo sabemos, el oratorio El Mesías fue estrenado el 13 abril de 1742. El rey Jorge II de Inglaterra, asistió al estreno en Londres, se emocionó tanto que al llegar a la última parte del coro Aleluya, se puso en pie con todos sus colaboradores. Desde entonces, sea Navidad o en la Semana Santa ¡Nadie escucha sentado a esta parte del Oratorio El Mesías!
¡Vamos al Calvario! ¡No seas indiferente al hecho más grande de la historia de la Salvación! ¡Busca al “SEÑOR mientras pueda ser hallado”!
Oración:
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, JESÚS mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío
pasas las noches del invierno oscuras?
!Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! !Qué extraño desvarío
si de ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
!Cuántas veces el ángel me decía:
“Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía”!
!Y cuántas, hermosura soberana,
“Mañana le abriremos”-respondía-
para lo mismo responder mañana!
Lope de Vega
Perla de hoy:
¿Seremos indiferentes al precio que pagó en el Calvario nuestro amado JESÚS? La vida es breve, respóndele al SEÑOR.
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