jueves, 14 de marzo de 2024

LA HUMILLACIÓN DE JESÚS

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Filipenses 2:1-11
VIERNES, 15 de marzo de 2024
En cambio, renunció a sus privilegios divinos; 
adoptó la humilde posición de un esclavo
 y nació como un ser humano. Cuando apareció en
 forma de hombre,  se humilló a sí mismo en 
obediencia a Dios y murió en una cruz como 
morían los criminales.

 

Los acontecimientos de la última semana de JESÚS de Su vida  bíos, como ser humano aquí en la tierra, son demasiados grandes como para olvidarlos. Cuando vine a CRISTO hace 60 años, ya era tradición entre los bautistas de mi país, el “Culto de las Siete Palabras”, dadas por personas diferentes o un solo predicador que fuese capaz de centralizar el Mensaje de la Cruz a través de las últimas palabras, o sentencias dichas por nuestro amado Salvador en el Calvario. 

 

¡Nunca podré explicar lo que significaron en ese entonces y significan todavía hasta el final de mi vida! ¡Creo que todavía las Siete Palabras pueden llegar a nuestros oídos con la frescura, el poder y la pertinencias con las cuales las revistió el SEÑOR aquel Viernes, hace 2000 años! ¡Debe haber sido algo glorioso aquel espacio de la culminación de la historia de la salvación para haberlo vivido! 

 

Aunque Dios ha puesto dos milenios entre aquella hora y la nuestra, nosotros somos los responsables hoy de anunciar la historia otra vez. Y hacer que la voz del mismo JESÚS hable por nuestra voz. Hoy vivimos en un mundo convulsionado y sufrimos una sociedad que de muchas maneras le ha dado la espalda a DIOS. Sin embargo, aquí estamos nosotros para recordarles y recordarnos: “La historia más impactante y extraña que jamás se haya dicho.”

 

Por otra parte, la secuencia de eventos desde el domingo de la “Entrada triunfal de JESÚS a Jerusalén”, los días lunes hasta el domingo, también DIOS habló. En aquellos eventos que ocurrieron, podemos también extraer: Siete Palabras, antes de la Cruz. Aquí en Perlas del Almas, las iniciaremos el sábado 16.

 

Luego el sábado 23 de marzo, día por día, estudiáremos las Siete Palabras desde la Cruz. Con respecto a la visión del Cristo Crucificado, sigue siendo el tema fundamental del Evangelio que presentamos en la “Soteriología”, es decir, la historia de la salvación: “Cuando apareció en forma de hombre,  se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales”. (Filipenses 2:8, NTV). La humillación de JESÚS en la Cruz, todavía me conmueve. ¡Por eso en que en toda campaña evangelizadora o sermón para alcanzar a los que están lejos de DIOS, fue, es y seguirá siendo el lema de mi predicación! Por ello, desde el mismo inicio de mi carrera como cristiano y predicador, el Soneto a CRISTO Crucificado, de autor anónimo, es mi poema favorito. Aquí va…

 

 SONETO A CRISTO CRUCIFICADO

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

 

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

 

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

 

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

 

Aquel evento que nos cambió la historia de seres humanos “muertos en sus delitos y pecados”, en hombres y mujeres transformados por la Resurrección de JESÚS. También podemos resumirlos en las Siete Palabras, después de la Cruz. Esas palabras explican el nacimiento de la Iglesia triunfante de CRISTO. 

 

Concretamente, los invito a ser parte de su tiempo devocional empezando con la pasión, muerte, resurrección de JESÚS,  y culminando con el verdadero desafío que no legó el SEÑOR en Su Gran Comisión. 

 

¡Adelante, siempre adelante!

 

Oración:

AMADO JESÚS:

Todos hemos sentido los efectos dolorosos y el peso de nuestro pecado y pecados resultantes. ¡Gracias por haberte humillado y desde allí, morir por nosotros para llevarnos a morar contigo para siempre! ¡Gracias por tanto mi amado DIOS y SEÑOR! ¡Ayúdame con gratitud proclamarte y seguir crucificado contigo, y disfrutar, desde ya, de la victoria final que nos espera. ¡En tu nombre! ¡ Amén!

Perla de hoy:

Humillarme a mí mismo es el camino a la grandeza de ser un discípulo del SEÑOR.

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