VIERNES, 3 de enero de 2023
Lectura devocional: Juan 9:1-7
JESÚS OBRERO
Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Juan 9:4
Los dioses de la mitología greco-romana, generalmente estaban ociosos, eso les daba oportunidad para vivir mezclándose entre ellos, y presos de las mismas pasiones desordenadas de sus adoradores. Así que para los greco-romanos de la época de JESÚS, el trabajo físico era algo de lo que se ocupaban sus numerosos esclavos.
¡Cuán diferente nuestro amado JESÚS; se hizo ser humano para padecer al lado de los suyos, amarlos y morir por ellos! Para nacer, JESÚS escogió el hogar de un padre adoptivo que era un carpintero. Nació como obrero y vivió con gente que trabajaba con sus manos de sol a sol, que ganaban el pan con el sudor de sus frentes.
Así, JESÚS el obrero, el hijo primogénito de José y María, proveyó el pan para su hogar, para Sus hermanos (Marcos 6:3); sí, JESÚS el obrero, antes de salir a anunciar el evangelio, Su verdadera misión.
JESÚS, trabajó con Sus manos, Sus preciosas manos que hicieron tanto bien, con la cuales bendijo a los niños, sanó a los enfermos, consoló a los afligidos, calmó la tempestad, multiplicó los panes… Esas manos que fueron agujereadas por los clavos en el madero, fueron manos sudadas por el manejo de las herramientas y la madera, manos que fueron encallecidas por el trabajo material, antes de cumplir con su misión espiritual.
La obra que hizo JESÚS el obrero se probó primero en físico y después se probó en el espíritu; se hizo pobre siendo rico para llamar a los pobres en espíritu en la fiesta final de Su reino. El humilde JESÚS obrero descendiente de reyes, Hijo de DIOS, escoge nacer en un establo y no en una casa de lujo entre lana y púrpura.
JESÚS dejó asombrado a los grandes de su época porque aunque no hizo de lado la compañía de los ricos y engreídos religiosos de Su tiempo, fue más allá; JESÚS enfocó Su atención sobre los que estaban por debajo de su estatus social, los mendigos, los desheredados, los esclavos, es decir, la chusma de su tiempo. Aquellas multitudes que “estaban desamparadas y dispersas como ovejas sin pastor” (Mateo 9;35).
JESÚS el obrero “vino a buscar y salvar lo que se había perdido”, y en esa labor anduvo sin descanso ni pausas innecesarias. Su labor se mantenido través de los siglos, y por eso nosotros debemos continuarla, sin reservas, sin renuncias y sin lamentos.
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE AMADO:
¡Gracias por darme un trabajo digno para llevar el pan casa! ¡Gracias por darme sabiduría para mantener el equilibrio y no vivir para trabajar, sino trabajar para vivir! ¡Dame fuerzas SEÑOR para trabajar en tu reino y proclamar tu Palabra. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Si JESÚS, siendo DIOS no tuvo a menos trabajar como cualquier obrero, consideremos nuestro trabajo, tanto el secular como el espiritual, una bendición de DIOS.
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