domingo, 26 de febrero de 2023

¿CUÁNDO NECESITAMOS UN AVIVAMIENTO EN LA IGLESIA?

SALUTACIÓN 
Francisco Aular 
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Filipenses 2:1-4
¿Hay algún estímulo en pertenecer a Cristo? ¿Existe algún consuelo en su amor? ¿Tenemos en conjunto alguna comunión en el Espíritu? ¿Tienen ustedes un corazón tierno y compasivo? —Filipenses 2:1 (NTV)

Definamos:
Un avivamiento espiritual es una renovación de nuestra pasión y amor por nuestro amado JESÚS y Su evangelio, producido por el impacto de la Palabra de DIOS, la oración y el Espíritu Santo, esto produce como resultado el fruto del Espíritu, es decir: una transformación para cambiar, servir, influir e impactar.
¿Cuándo necesitamos un avivamiento en nosotros y en la iglesia? ¡Aquí vamos!

“¿Hay algún estímulo en pertenecer a Cristo?”.
¿Necesitamos un avivamiento en nuestra iglesia? Cuando perdemos el primer amor y necesitamos un renuevo espiritual. Recién convertidos, en aquellos años hermosos y llegamos a la iglesia, cuando éramos una congregación que se había plantado para ser un faro de luz en medio de la oscuridad de un mundo sin CRISTO y ese desafío trajo fuego en nuestros corazones.

Cuando el estímulo al ser salvados por Su gracia, nos puso una pasión por el SEÑOR que no lo apaciguaron, ni el desprecio ni las burlas que nos hacían cuando afirmábamos que DIOS nos amaba y nosotros a Él. Así pudiéramos decir como aquel misionero inglés C.T. Studd, al contestar una pregunta parecida a la de este párrafo, respondió:
—“Si Jesucristo es Dios y murió por mí, entonces ningún sacrificio que yo haga por Él es demasiado grande.”

“¿Existe algún consuelo en su amor?”.
Necesitamos un avivamiento cuando hemos perdido nuestro primer amor por el SEÑOR y Su iglesia. Había un joven que el hermano Clark, a veces invitaba a nuestra Misión a cantar, nosotros le pedíamos un canto que nos marcó en aquellos años y todavía. Aquel joven se ponía detrás del púlpito, y no contaba un precioso himno que habla del amor de DIOS:
“Si fuera tinta todo el mar, y todo el cielo un gran papel,
Y cada hombre un escritor, y cada hoja un pincel.
Nunca podrían describir el gran amor de Dios;
Que al hombre pudo redimir de su pecado atroz.
Coro:
¡Oh amor de Dios! Brotando está,
Inmensurable eternal;
Por las edades durará,
Inagotable raudal”.
¡La iglesia local o la asamblea que se congrega en el nombre de SEÑOR es el milagro más grande del amor de DIOS!

“¿Tenemos en conjunto alguna comunión en el Espíritu?”.
Nos hace falta un avivamiento, cuando no tenemos una comunión espiritual como hermanos en CRISTO. Una de las cinco funciones de la iglesia es la “koinonía” comunión o compañerismo que en sentido horizontal que, es cuando los miembros y congregantes de una iglesia experimentamos y que nuestros familiares y amigos que no conocen al SEÑOR, viendo el amor que nos profesamos unos a otros, puedan decir: 
—“¡Miren cómo esa gente se aman!”. Eso nos trae a la mente las palabras de JESÚS, la misma noche en que fue entregado por nosotros, cuando dijo:
“Así que ahora les doy un nuevo mandamiento: ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes deben amarse unos a otros. El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos”. (Juan 13:34,35, NTV).

“¿Tienen ustedes un corazón tierno y compasivo?”.
El avivamiento nos hace falta y es necesario como una comunidad terapeútica fundamental para sanar a los corazones, las vida humanas que andan sin esperanza, si fe y sin amor. Cuando una persona llega a una iglesia avivada y hace posible que alguien reciba atención espiritual y disfrute para siempre de la Vida en CRISTO, la vida que Él mismo es. Como en los tiempos de JESÚS, algunos han pasado por religiones y sectas que mataron hasta el sentido gregario que los seres humanos poseemos y no tienen confianza en nadie, ya no esperan nada de nadie.

Hace años conocí a precioso matrimonio: Gianfranco y Patty, en Toronto. Llegaron a nuestra iglesia; pero si algo tiene esa iglesia es que está compuesta por corazones tiernos y compasivos. La pareja hablando al unísono, un tiempo después, ya integrados a la iglesia, en una confesión sincera me dijeron:
—“Pastor, al ver tanto amor y atención por nosotros , dijimos: ¡no puede ser! Algo quiere esta gente de nosotros. Ahora que somos parte, hemos aprendido a amar sin esperar nada a cambio, viéndolos a ustedes. ¡Gracias!”.

Amados, sí se puede. Hoy la iglesia avivada es la respuesta divina para traer Vida y esperanza en tiempos difíciles. Las Palabras de Pablo a Timoteo, nos las dice el SEÑOR a la iglesia local de hoy: “Para que, si me retraso, sepas cómo deben comportarse las personas en la familia de Dios. Esta es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad”. (1 Timoteo 3:15,NTV)

¡Adelante, siempre adelante! 
¡Feliz Domingo del SEÑOR para todos en todas partes!

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