martes, 17 de julio de 2018

41 años de pruebas y triunfos

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Deuteronomio 8:1-10
Recuerda cómo el Señor tu Dios te guió por el desierto durante cuarenta años, donde te humilló y te puso a prueba para revelar tu carácter y averiguar si en verdad obedecerías sus mandatos. Deuteronomio 8:2 (NTV)

Hace muchos años, estaba de visita en una oficina de un pastor mexicano y allí leí un cartelito que decía:
Dinero perdido nada perdido.
Salud perdida, algo perdido.
Carácter perdido, todo perdido.

En efecto, en las pruebas y en los triunfos, se revela el carácter de los seres humanos. ¡Dios quiso forjar un pueblo de carácter para Sí y los sometió a un examen de 40 años! Después de aquellos años, ese pueblo conquistó la Tierra Prometida. A menudo en la Biblia, la palabra probar significa: ¡examinar el carácter! ¡La obediencia a Dios y sus mandatos es el verdadero carácter de un cristiano nacido de nuevo! ¡La obediencia es todo, la desobediencia es seguir el principio satánico de la rebelión! Por la desobediencia Satanás y sus demonios fueron echados del cielo, por la desobediencia Adán y Eva fueron echados del paraíso. Por nuestra desobediencia nosotros podemos servir de estorbo en la obra de Dios. ¡Señor ten piedad de nosotros y ayúdanos para obedecerte!

Desde el principio sabíamos que debíamos entrenar a hombres y mujeres de Dios para forjar a los futuros marchistas, estos primeros evangelizadores tendrían que aprender en cuatro días: a obedecer, a orar, evangelizar, discipular, quien es y como ser llenos del Espíritu Santo, tendrían que aprender a amar y a perdonar.

En otras palabras, tendríamos que reflejar el carácter de CRISTO por todas partes que fuésemos. Todo esto estaba en mi mente cuando llegamos a Barquisimeto e iniciar el Primer Adiestramiento aquel inolvidable lunes 15 de agosto de 1977. En efecto, este año estamos cumpliendo 41 años de aquel evento que marcó mi vida: La Primera Marcha Evangelizadora. Muchos acontecimientos han ocurrido en estos 41 años que han pasado revelando quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Hemos andado algunas veces “tres pasos hacia delante y dos hacia atrás” pero hemos continuado; nos hemos movido en medio de estrecheces como en aquella Primera Marcha, pero como en aquella ocasión, Dios nos ha sostenido con Su mano poderosa; el carácter de los marchistas y los directivos que han pasado por la marcha, han sido examinados una y otra vez, y allí seguimos; no hubiéramos podido llegar muy lejos si la Marcha Evangelizadora, hubiera llegado para dividir y no para multiplicar; nos hemos mantenido bajo la dirección general de la Convención Nacional Bautista de Venezuela, sea quien sea el director nacional de la Marcha evangelizadora sabe que su autoridad espiritual viene de la obediencia, el amor, el pedir perdón y perdonar.

Por otra parte, los tres adultos que me acompañaron a Barquisimeto, Pablo Jorgez, Jesús Bolívar y Francisca de Arias, ya están con el Señor. Del mismo modo se nos adelantaron en el viaje los amados pastores: Germán Núñez Bríñez y Enrique Montoya; Don Germán Núñez Bríñez, era el Secetario Ejecutivo de nuestra Junta de Misiones y Evangelización cuando surgió la Marcha Evangelizadora; el amado Enrique Montoya, fue un marchista total y capaz que dirigió por varios años las Marchas no solamente en Venezuela, sino también en otros países. Enrique nos dejó muchos frutos que hoy sirven al Señor en varios lugares de Venezuela y el Mundo.

También partió con el Señor, nuestro amado General Daniel Enrique Robayo Quintero.  Hombre de Dios de gran testimonio dentro y fuera de las filas de la obra. Hizo historia en la Fuerza Aérea de la armada venezolana. Él y yo, fuimos juntos a varios cuarteles y allí Daniel dio testimonio e invitó a sus compañeros de armas a venir al SEÑOR, varios los hicieron, su amor por ellos y su pasión evangelizadora, la hizo patente aún después de muerto pues su testimonio fue leído en un memorial que se le hizo, a un mes después de su partida en la Iglesia Bautista Emanuel de la Castellana en Caracas. Allí desafió a los marchistas a seguir adelante con la Marcha Evangelizadora (MAREV). Igualmente, hizo un llamado a sus compañeros del aire a seguir a JESÚS. ¡Gloria al Señor por este gran siervo de Dios!

Pues bien, Daniel me acompañó desde 1982 y como él mismo me definió: “pastor, consejero, discipulador y amigo” así me quedo. Como deben saberlo honro las memorias de los me han acompañado a lo largo de estos 41 años y ya no están. Pero la lista es inmensa de los que están activos sirviendo con ese carácter marchista que los modela y define. ¡Gloria al SEÑOR!

También debo mencionar que aquellos jovencitos que estuvieron en la Primera Marcha con un promedio de 18 años de edad, hoy en día son profesionales en distintas ramas del saber humano, padres de familia, y obreros del SEÑOR, tanto en Venezuela como fuera de sus fronteras. Aquel evento que devino en ministerio, nos cambió a todos, y nuestras vidas se marcan en un antes y un después de la Primera Marcha, hace 41 años.

De todos modos todavía no hemos llegado a la Tierra Prometida del cumplimiento de la Gran Comisión, la fuerza impulsora que nos envió ayer, hoy y siempre. Así que el desafío de la oración, la evangelización y discipulado como movimientos permanentes del cristianismo, están allí:
Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:19,20, NVI).

¡Mis amados seguimos bajo el examen de Dios de: Pruebas y triunfos!
Oración:
Amado Padre Celestial:
Tu nombre es digno de ser alabado por tus hijos en toda la tierra. Hazme aprender que la evangelización es la mejor forma de invertir nuestra vida en otros; que como la mujer samaritana, tenga yo esa pasión evangelizadora, capaz de hacerme buscar a otros con tu mensaje. Ayúdame a sembrar, a cultivar y a cosechar para tu honra y gloria. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Nuestro Dios todavía esta en marcha y Él va con nosotros como nos los ha prometido. ¡Marchemos!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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