Francisco
Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmo 126
Los
que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
Irá andando y llorando el que lleva la preciosa
semilla;
Mas volverá a venir con
regocijo, trayendo sus gavillas.
Salmo 126:5,6 (RV60)
“La salvación es gratuita, pero el discipulado cuesta
todo lo que tenemos.” Billy Graham
“Si Jesucristo es Dios y murió por mí, no existe ningún
sacrificio que yo pueda hacer por Él.” Carlos C. Studd
“Sin
reservas, sin retiradas, sin lamentaciones.” William Borden
La historia
del Cristianismo desde que JESÚS ascendió al cielo nos revela que eran hombres
y mujeres de pasión evangelizadora a flor de piel. No los detuvo nada ni nadie
como nos los dice el apóstol Pablo:
En todo lo que hacemos,
demostramos que somos verdaderos ministros de Dios. Con paciencia soportamos
dificultades y privaciones y calamidades de toda índole. Fuimos golpeados,
encarcelados, enfrentamos a turbas enfurecidas, trabajamos hasta quedar
exhaustos, aguantamos noches sin dormir y pasamos hambre. Demostramos lo que
somos por nuestra pureza, nuestro entendimiento, nuestra paciencia, nuestra
bondad, por el Espíritu Santo que está dentro de nosotros y por nuestro amor
sincero. Con fidelidad
predicamos la verdad. El poder de Dios actúa en nosotros. Usamos las armas de
la justicia con la mano derecha para atacar y con la izquierda para defender. 2 Corintios: 6:4-7, NTV).
La pasión
evangelizadora que los acompañaba los hizo ponerse en marcha por todos estos
veinte siglos, y hasta hoy aquí estamos. Exclamamos como el mismo Apóstol: “y
¡ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Corintios 9:16b). Mis amados ¡eso
es pasión evangelizadora!
Algunas veces nosotros,
los cristianos nacidos de nuevo se nos olvida el verdadero propósito para el
cuan nosotros hemos sido salvados y a menos que recobremos la pasión
evangelizadora de nuestros antepasados y muchos que viven y mueren por el Señor
y Su Evangelio en el muchos países en este preciso momento, no estaremos
cumpliendo nuestra verdadera visión, misión y pasión.
Justamente, la Marcha
Evangelizadora surgió para recobrar nuestra pasión por JESÚS y ser parte del
plan de Dios para alcanzar a los que no lo conocen. En efecto el 15 de agosto
de 1977, efectuamos nuestro I Adiestramiento, marchamos con aquellos 25 jóvenes
por varios pueblos y ciudades de la Zona Central de Venezuela. Más de
cuatrocientos nuevos convertidos. ¡Nunca antes ningún esfuerzo evangelizador de
nuestra obra bautista venezolana habíamos tenido tan grande cosecha como aquella. ¡Eso
cambió para bien y espero que para siempre, el miedo para ir a buscar a la
gente y presentarles la evangelización cara a cara! Por ello, el 10
de septiembre de 1977, tuvimos en culto de clausura de la Primera Marcha
Evangelizadora como evento, y fuimos desafiados al ver más de un centenar de
nuevos convertido con nosotros allí en Caracas, de más de cuatrocientas personas que
hicieron manifestación de fe en las poblaciones evangelizadas en la zona
central de Venezuela. Lo cierto es que logramos llegar al templo de la Iglesia
Bautista Central de Caracas. He aquí algunos testimonios que oímos:
Daysi Guillén compartió su experiencia:
¡Miren
hermanos, nunca en mi vida como cristiana -cinco años que tenía-, nacida en un
hogar cristiano, nunca en mi vida, yo había llevado tres almas al Señor en un
mismo día! Yo alabo y glorifico al Señor por eso (...) En otra oportunidad
evangelicé a cuatro personas al mismo tiempo y todas aceptaron al Señor (…) Yo
nunca creí que Dios me pudiera utilizar en tal forma (…) ¡Esta Marcha comienza
hoy pero no finaliza (…) Yo sé que Venezuela será para Cristo!
Alberto Mata testificó diciendo:
Para
nosotros resulta muy difícil decir todas las cosas que el Señor hizo en
nosotros; yo le doy muchas gracias al Señor porque nos dio veintiséis
decisiones, de las cuales veinte, terminaron el discipulado, tanto en la
Victoria como en San Mateo. Esta Marcha comenzó en Barquisimeto, y yo creo que
no va a finalizar nunca (...).
Vicente, un nuevo convertido muy emocionado entre
lágrimas, dijo:
Aquella
mañana, yo estaba en un bar frente al edificio Murachí, en la avenida Miranda
de Maracay, tenía tres días tomando licor y consumiendo drogas; salí a la
acera, navaja en mano, gritando: "¡Quién se me atraviese lo parto en
pedazos!". De repente vino un hombre hacía mí, ahora sé, que era Carlos
García Riobueno, pero, ¡hermanos, créanme¡ yo no vi a Carlos, sino a alguien
como al Señor Jesús que me dijo: “Vicente yo te amo y tengo un plan para tu
vida”. Así que me arrodillé en plena calle y me rendí a él. Los hermanos me han
ayudado, regresé a mi hogar y de nuevo tengo mi trabajo como conductor de
autobuses. Así que esta mañana yo vine desde los Guayos recogiendo a los que
venían para acá (…).
Imposible decir más de esta historia de aquel culto
inolvidable de clausura, extraída de nuestro libro: Pasión por JESÚS en Marcha. Ciertamente, nunca he podido olvidar
aquellos hechos de nuestra Primera Marcha Evangelizadora. Hemos visto el
cumplimiento del Salmo 126, clave de nuestro movimiento, una y otra vez.
Obviamente, no soy el mismo desde entonces.
Bueno mis amados han pasado ya cuatro décadas de este
culto allá en Caracas, pero cada Marcha Evangelizadora tiene caracterísiticas
semejantes porque todo ser humano sin Dios, como dice la Biblia, “está muerto
en sus delitos y pecados”, los muertos no pueden hacer nada por ellos mismos,
solamente los que tenemos la Vida Eterna, podemos compartirla con ellos;
entonces, se arrepienten de sus pecados, creen en JESÚS como Señor y Salvador y
Dios los salva y ellos se convierten en discípulos de JESÚS para llevar esa
Vida a otros. Pero sin que le llevemos el Mensaje, no nacerán de nuevo:
Porque todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y
cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les
predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !Cuán
hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas
nuevas! (Romanos 10:13-15, RV60).
Ineludiblemente, necesitamos una fuerza que nos anime,
avive y empuje para ir
evangelizarlos, discipularlos y enviarlos, en calidad y cantidad suficientes
para impactar a nuestra nación y el mundo. ¡Esa fuerza impulsora es la pasión
evangelizadora en Marcha! ¡Ponte en Marcha, adelante, siempre adelante!
Oración:
Amado
Padre Celestial:
Ayúdanos
a cumplir con la misión indeludible de llevar el Evangelio todos los días, a
todos los hombres y mujeres posibles,
a todos los lugares posibles y de todas las maneras posibles a todos los
seres posibles, y con todos los discípulos posibles. En el nombre de JESÚS.
Amén.
Perla de hoy:
La
pasión evangelizadora es como una cruz clavada en el alma y el espíritu, es la
fuerza que nos anima a seguir evangelizando, discipulando y enviando.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su
Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda
aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo
conmigo?
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